Cultura
Guillermo Fischer: adiós al ícono de la arquitectura colombiana
El mundo de la arquitectura colombiana está de luto.
Guillermo Fischer Muñoz, reconocido arquitecto colombiano, falleció el pasado martes a sus 66 años de edad. Esta noticia generó conmoción en el mundo de la arquitectura del país.
Fischer, con ascendencia estadounidense y alemana, siempre se recordará por el sello que dejó en la arquitectura colombiana a lo largo de más de 30 años de carrera, pues se convirtió en un referente en esta disciplina gracias a sus proyectos comerciales, institucionales y de vivienda.
Cabe resaltar que durante sus años de carrera realizó todo tipo de proyectos, desde edificios comerciales como viviendas. Como por ejemplo, diseñó las aulas de Ciencias de la Universidad Nacional.
Asimismo, Fischer recibió el Premio de la XX Bienal de Arquitectura, otorgado por Sociedad Colombiana de Arquitectos, específicamente en la categoría de Arquitectura de Interiores. A esta lista, se sumó el Premio Lápiz de Acero.
Según la página de la Universidad de los Andes, Guillermo fue profesor de cátedra de taller de arquitectura en la Universidad de los Andes por cerca de diez años en la última década de 1990. Fue profesor y amigo de muchos profesores de la Facultad de Arquitectura y Diseño, además de compañero de trabajo. También fue profesor en diferentes universidades de Bogotá como la Universidad Nacional, Universidad Javeriana, Universidad Jorge Tadeo Lozano, donde siempre demostró un gran cariño por la docencia.
Vale la pena mencionar que Guillermo Fischer resaltaba que la arquitectura debía ser más que una mera construcción. Así día a día, se dedicó a crear espacios que fueran placenteros, despertaran los sentidos y además, brindará una excelente experiencia al usuario. Fischer le apostó a una experiencia sensorial con apoyo de elementos de la naturaleza.
Colombia está de luto: Botero, otro icono colombiano falleció
Ayer, 15 de septiembre, Colombia y el mundo se encontraron con la noticia de que Fernando Botero había fallecido a los 91 años de edad en Mónaco, ciudad en la que habría pasado sus últimos meses de vida. ¿La causa? Complicaciones de salud.
La noticia resonó en redes sociales, noticieros y claro, casas de subastas y museos. El que era considerado el artista colombiano más grande de todos los tiempos había puesto fin a casi un siglo de historia.
Durante su carrera fue conocido, principalmente, por sus ‘Gordas’, que no solo cautivaron al público mundial, sin importar si eran o no amantes del arte, sino que también le dieron nombre a su corriente: ‘el Boterismo’.
“Tuvo una acogida mundial porque supo hablar desde un lenguaje local sobre aspectos que preocupan al resto del mundo, planteó una pintura que puso en juego valores espaciales y culturales del pueblo colombiano como la copla, el refrán, el chiste, la exageración”, señala el docente de la Universidad Javeriana y experto en la obra de Botero, Ricardo Toledo Castellano.
Algunas de las obras que, precisamente, muestran esa cotidianidad, y que destacaron los curadores del Banco de la República, fueron Una familia (1989), Maternidad (s.f) y Hombre, mujer y niño (s.f), en donde se plasmaban las familias latinoamericanas; la religión católica en pinturas como Caminando cerca al río (1989), Madre superiora (1996), y las esculturas Adán (s.f) y Eva (s.f) y la violencia en las pinturas Guerrilla de Eliseo Velásquez (1988) o Manuel Marulanda “Tiro Fijo” (1999).
Fue tan fiel a su estilo, que pese a que el artista produjo obras en diferentes técnicas, óleo, tinta, carboncillo, grabados o esculturas, basta con ver cualquier de ellas para saber quién es el responsable. Fueron tantas, y con temáticas variadas como la vida cotidiana, la mitología, la historia y la política, que los curadores y expertos como Toledo, no se atreven a lanzar un estimado.
“Es muy difícil tener un estimado de las obras que hizo en su vida, debe ser una suma enorme porque era un trabajador incansable. Creo que no debe haber quien pueda dar una cuenta”, añadió el experto.
Botero nació en Medellín en 1932, arrancó como banderillero, pues su afición era la tauromaquia. Comenzó a pintar a una edad temprana y algunas de las que se cree fueron sus primeras obras datan de cuando tenía 16 años.
*Con información de Colprensa.
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