Herencia de Timbiquí le canta a sus ancestros

Begner Vásquez, William Angulo y Kike Riascos (en la marimba), integrantes de la agrupación Herencia de Timbiquí, estuvieron cinco años investigando y preparando su proyecto musical y cultural más ambicioso y entrañable: Herencia Pacífica, su sexto álbum de estudio, en homenaje a sus ancestros.

“Este álbum fue inspirado por ese deseo de mostrar a las generaciones emergentes nuestra cultura, nuestra música, que hace muchos años viene haciendo aportes al tejido social, pero se conoce muy poco de esta. Es nuestra responsabilidad mostrar que en el Pacífico tenemos una capacidad del disfrute, de la sabrosura cuando bailamos, cantamos y tocamos, que nuestra gastronomía ligada a nuestra musicalidad y que en el Pacífico nunca estamos solos, siempre nos damos apoyo moral, mental y físico, entre las familias”, dice William Angulo.

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Todo eso está contado en canciones del Pacífico, con fusiones de música urbana, como ‘La vamo a tumbá’, ‘Río Timbiquí’, ‘Mujer del campo”, “Caldo de piangua’, ‘La banda’, ‘A Tumaco lo quemaron’, ‘Negrito contento’, ‘Ola de la Mar’, ‘La tunda’, ‘La pluma’, ‘La memoria de Justino’ y ‘Mi Buenaventura’.

El sencillo seleccionado para ser el abrebocas de esta locura musical llamada ‘Herencia Pacífica’, fue ‘La Vamo a Tumbá’, canción compuesta por el maestro Octavio Panesso Arango, director del grupo Saboreo que invita al jolgorio.

“La mayoría de las tablas de mi casa, de la madera de mi casa, son de cedro macho, pero el cedro macho no le dice mucha cosa a un español como madera, no le dice nada a un europeo o a un norteamericano. Pero cuando uno habla de guayacán, ellos entienden perfectamente”, explicó el autor en su momento sobre esta canción que sin ser salsa, fue Canción de la Feria de Cali en el año 2000.

Esta canción, todo un clásico del Pacífico, un gran éxito del maestro Octavio Panesso, fue escogida por Herencia de Timbiquí para el segundo lanzamiento del álbum.

“Decidimos incluirla porque es una de las pocas canciones que reivindica a la mujer en todos los espacios y esferas de la sociedad, principalmente a esas mujeres que realizan las labores menos valoradas como lo son las campesinas y amas de casa; esas mujeres que hacen un trabajo tan grande e importante pero se les reconoce poco y esperamos que esta canción se convierta en un icono en el proceso de reivindicación de la mujer”, dice Begner Vásquez.

Las mujeres del Pacífico, dice William, lo son todo “madres, trabajadoras del campo, portadoras de tradición, de la gastronomía y de la cultura y muchas, cabeza de hogar”.

“Señor Justino García, un hombre muy popular... con su marimba en la mano, puso a temblar el litoral.... Como tocaba, como se oía, como repicaba esa marimba”.

En los años 70 era extraño ver en Timbiquí una marimba de chonta, por eso Inés Granja se sorprendió al conocer al marimbero Justino García y le compuso esta canción en 1981, que grabó La Bámbara Negra, que dirigía Justino y que llevaron con Inés a varios municipios del Pacífico.

Homenaje a ‘El Brujo’, Alfonso Córdoba Mosquera (murió en Quibdó el 26 de junio de 2009), compositor, y dice: “Yo soy un negrito contento que a Dios le doy mil gracias, por haberme dado como bendición, la dicha, de haber nacido en el Chocó, la tierra prodigiosa que bajo su manto de fértil verdor ella encierra celosa, es dueño esquivo del oro y el platino, mi tesoro nativo. Por eso y mucho más es que grito contento ¡yo! hacia los cuatro vientos: qué linda es mi tierra, qué feliz soy yo”.

Homenaje a Abelino Ocoró, autor de esta canción grabada en el 2004 por el grupo Canalón de Timbiquí, liderado por la maestra Nidia Góngora. En el Pacífico sus músicos le cantan al agua, que les brinda sustento, alimento y es parte de sus rituales de vida y muerte.

En este currulao las cantadoras le piden al río que los deje pasar para ir al baile de la Trinidad: “Estas son las olas que vamo’ a pasar, para ir al baile de la Trinidad. Río Timbiquí, déjame subí, déjame subí tranquila, no me vayas a hundí”.

Esta es una historia que con la poderosa y a la vez dulce voz de la maestra Zully Murillo, cuenta cómo se celebraba el 20 de julio, Fiesta de la Independencia de Colombia, durante los años 30, se reunían los mejores músicos del pueblo, a compartir en un ambiente donde la armonía reinaba.

Otros compositores y artistas homenajeados en esta producción son: Octavio Panesso, Abelino Acoró, Inés Granja, Zully Murillo, Ana Francisca Hernández, Peregoyo y su combo Vacana, Víctor Ramos Gonzales - Jairo Polo, Petronio Álvarez, Alfonso Córdoba, Mon Rivera y Alfonso Bengoechea.