VALENTINA ACOSTA
La 'hija' que regresa: Juana Acosta habla sobre su debut en Cali después de triunfar en España
Juanita Acosta, la actriz caleña que conquistó con su talento a los españoles, regresa a Cali para presentar El Perdón, su obra autobiográfica, este martes 14 de marzo en el Teatro Jorge Isaacs.
“Te tengo una mala noticia”. Estas fueron las palabras que recibió Juanita Acosta por parte de la esposa de su hermano. Fue ella quien le comunicó hace 30 años, a la joven de 16, vestida de bailarina, que su padre estaba muerto.
“Te tengo una mala noticia” es también la primera frase de la obra ‘El Perdón’, trabajo autobiográfico que regresó a Juana, como se le conoce en España, a las tablas y a la danza, con una obra que la llevó a una larga gira por ese país y que el próximo martes la trae de regreso a Cali dónde dará la única y —cree—, la última función de este trabajo tan personal, para el que tuvo que reabrir las heridas del pasado, exponerlas, limpiarlas y hacer todo lo posible para dejarlas sanar.
En la puesta en escena también hay un teléfono que no deja de sonar y que ella no quiere contestar.
Dice la actriz, que después de eso no quiso volver a bailar, que este proceso de creación ha sido tal vez el más importante y completo de su vida. Nunca se sintió tan desnuda y es el resultado de un año de una labor de filigrana, mano a mano, con el director y coreógrafo Chevi Muraday, (Premio Nacional de Danza) y con Juan Carlos Rubio, su dramaturgo.
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Lo primero que hizo para ponerlos en contexto al decidir contar su historia, fue pasarles el libro ‘El olvido que seremos’, de Héctor Habad Faciolince, “para que entendieran parte de la realidad de nuestro país y después vimos películas, documentales, leímos poesía, quise incluir fragmentos de poetisas colombianas que hubieran escrito sobre la violencia, para de esta manera universalizar la pieza y sacarla de mi drama personal”.
¿Qué significa volver a Cali, el lugar en el que fue asesinado su padre?
Era algo casi fundamental volver a Colombia y sobre todo presentar ‘El Perdón’ en Cali. Soy caleña, mi padre era caleño. Creo que será una función muy emotiva. Después de la gira en España, nos seguían llamando, pero le dije al coreógrafo que tenía que parar porque fueron muchas funciones y es un espectáculo muy exigente para mí, física y emocionalmente. Le dije que la única forma de volver era en Cali y allí estaré. Tuvimos la suerte de que el Teatro Colón también nos invitara a hacer allí tres funciones en Bogotá.
Volver es una forma muy bonita y necesaria de cerrar el círculo en la ciudad que amo profundamente.
¿En qué momento estaba cuando decidió contar la historia de su padre y de su familia?
De alguna manera no era consciente de que había algo que yo no había terminado de elaborar sobre su muerte. Y lo fui descubriendo a medida que hacía la obra el año pasado. Un día me levanté con un impulso de bailar, lo necesitaba después de 30 años. De los 3 a los 6 años hice ballet y hasta los 16, contemporáneo en la Academia de baile María Sanford.
Encontramos una estructura que nos ayudó mucho y fue trabajar mi vida ‘antes’ de la llamada. Allí, hablo de mi padre en presente, como si estuviera vivo. Luego viene el ‘después’, que es toda la parte del duelo y el ‘ahora’ es mi presente, como mujer de 46 años y también es el presente del público en el momento en el que sucede la función.
En la obra evidencio la dificultad mía para hablar de este asunto. Hubo momentos en los ensayos en los que me sentí muy expuesta. Nunca estuve tan desnuda frente a nada. Hubo mucho miedo, mucho pánico de sentir que no iba a ser capaz y es muy especial como el dramaturgo y el director decidieron incluirlo en el espectáculo.
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¿Qué se encuentra el público en este trabajo?
La obra es el resultado de un impulso de hablar sobre el tema y de cerrar el círculo de la violencia, porque a los 16 años se me metió en el cuerpo. Cuando la violencia te golpea de esta manera, hay un impulso natural y humano de responder con la misma moneda. El asunto es ver cómo te haces cargo de eso.
También es la posibilidad de verla volver al baile, su primera pasión...
Fue algo muy especial descubrir que el cuerpo tiene memoria y que la técnica que había adquirido en mis años de estudio en María Sanford seguía alojada en mí, volver a conectar con la emoción a través del movimiento ha sido fascinante y traspasar los límites que me había impuesto a mis 46 años, es de lo más impresionante que he vivido nunca como artista.
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¿Qué significó el recibimiento de esta obra en España?
Ha sido espectacular. Para mí el teatro es un encuentro esencial que a veces se produce y a veces no. Con ‘El perdón’ se da de una manera muy especial, al ser un espectáculo testimonial donde se rompe la cuarta pared, el público conecta con la experiencia real y traspasa al actor para conectar con el ser humano.
Para mí era fundamental cerrar el círculo en mi tierra natal, donde vivió mi padre, donde viven mis hermanas y gran parte de mi familia y amigos; será muy emocionante presentarlo aquí, será cerrar un acto casi psicomágico al ser un homenaje a mi padre, quien este año cumple 30 años de fallecido
¿Cómo han recibido su puesta teatral sus hermanos y familiares?
Ellos son parte fundamental de esta pieza, durante el proceso de creación entrevisté a todos mis hermanos y a mis tíos para recuperar la figura de mi padre desde el recuerdo de todos. Fue importante escuchar su testimonio, saber cómo había vivido cada uno lo ocurrido y en qué punto están hoy, quiénes habían podido perdonar y quiénes no. Uno de mis hermanos no pudo perdonar, ni hacer ese camino hacia la vida y se terminó suicidando quince años después. Fue muy importante esta parte del proceso porque entendí que el no perdonar también es lícito en la medida en que no se perpetúe la violencia.
¿Cree posible que los colombianos puedan perdonar tanta violencia?
Creo que esto es algo sumamente personal, ni mi obra es panfletaria, ni pretendo darle lecciones a nadie. A mí me ayudó perdonar para seguir viviendo, pero esta es una elección de vida. Cuando la violencia te golpea de esta manera tan fuerte, tienes dos caminos, quedarte anclado a la rabia y al odio o ir a la vida. Yo elegí lo segundo.
¿Cómo logró hacer esta catarsis?
He podido seguir elaborando algo que no era consciente, que no había acabado de elaborar. Esta pieza llena de belleza y poesía me ha permitido sanar y se ha convertido en un camino catártico que no solo ha representado un salto cuántico en mi vida personal sino un salto expresivo como actriz muy importante en mi carrera.
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Una mujer carismática
Si su presente está hecho de perdón, el futuro de Juana está lleno de planes. “En breve empiezo a rodar mi próxima película francesa con Jean Christophe Meurise. La segunda mitad del año grabaré en Colombia una serie para Televisión Española y estoy muy ilusionada con Calité Films, una productora de desarrollo de contenido audiovisual y teatral que fundé con mi hermana Valentina, en donde damos voz a historias de mujeres, lejos de estereotipos”, cuenta.
Está a punto de estrenar ‘Del otro lado del jardín’, la ópera prima de Daniel Posada, adaptación de la novela de Carlos Framb para HBO, su primera película como productoras, en donde también actúa. Además, con Calité Films están desarrollando una obra en la que compartirán set.
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Para Valentina Acosta, hermana de Juana, trabajar con ella es un gran privilegio, en el cual, además de cumplir proyectos profesionales, se afianza su relación fraternal, “Crear Calité Films es cumplir un sueño, hace un año que tenemos la productora, pero llevamos dos trabajando en ella. Es muy lindo porque nos entendemos muy bien, las dos somos actrices, tenemos mucha empatía y criterios comunes”.
La también actriz describe a su hermana como una mujer que cree en el perdón, en la reconciliación y especialmente en el amor, y lo demuestra día a día con su familia, especialmente con Lola, su hija. “Es una mamá muy entregada, no sé cómo hace para llevar a cabo todas las tareas que tiene. Siempre soñó con ser mamá, y es una muy empática, amorosa, basa toda su educación en la comprensión, en la libertad, en los límites sanos, es hermoso porque maneja su relación desde el amor”.
Juana, la niña hecha mujer que se volvió a poner tutú, después de tres décadas, se presenta el 14 de marzo en el Teatro Jorge Isaacs, a las 8:00 p.m.
Volver a Cali siempre será para la actriz de Vientos de la Habana una de las mejores sensaciones que alberga en su corazón, “siempre que estoy acá me siento como en casa, me gusta visitar. Cuando visito Cali no puedo dejar de ir a Platillos Voladores, el restaurante de mi hermana”.
Se refiere a la chef Vicky Acosta, propietaria de Platillos Voladores, quien sabe que uno de los planes favoritos de la actriz es comer Sopa Baudó, a base de pasta con queso y camarones, y por eso siempre la recibe con esta versión de la casa del tradicional plato del Pacífico.
Y como fiel seguidora de la comida típica, Juana disfruta desde un aborrajado hasta un pandebono, “le encanta la comida de Cali, cuando nos visita suele llevar a España un paquete de masa preparada de pandebono, para hacerle a Lola”, cuenta Vicky.
Esta última describe a su hermana como una mujer carismática, que suele caer bien en todo lugar donde llega, “tiene una energía bellísima, que ilumina con su espontaneidad. Cuando era pequeña nos preparaba shows, de canto, baile, actuación, y presentaba el espectáculo. Es una belleza”, recuerda con alegría. Tanto Vicky, como Juana y Valentina, han sido celosas con cuidar su relación, por respetarse y siempre tener en cuenta los sentimientos de la otra. Un estilo de vida que les dejó como herencia su padre.
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“Mi papá siempre nos decía que no éramos medias hermanas, que eso era una bobada. Nos inculcó que realmente somos hermanas y que debemos estar juntas. Nos impulsó a tener una unión increíble que aún se mantiene”, manifiesta Vicky.
Una idea que fue más allá de las palabras, pues cuando Juana vivía en Cali, antes de la muerte de su padre, solía compartir con sus hermanas y su padre, “nuestros padres se la llevaban muy bien, y en ese tiempo no existía los horarios parentales. Mi papá nos recogía y nos llevaba a planes muy chéveres, comíamos, nos íbamos a la finca, visitábamos a nuestra abuelita 'Ita', la madre de mi padre”, trae a su memoria Vicky.
Justamente en la casa de la abuela 'Ita' Juana presentó sus primeros personajes, fue en el patio de la casa materna de don Álvaro Acosta que ella jugaba con sus hermanas a disfrazarse y representar a algún personaje, “nuestra abuela nos pasaba unas telas para disfrazarnos y a pesar de que teníamos una diferencia de edad muy marcada, en ese momento eso no se sentía”, menciona la dueña de Platillos Voladores.
El arte le salvó
La vida de Juana siempre ha estado en escena, y ha sido así sin preverlo siquiera, desde cuando montaba coreografías de danza en Cali, para luego pasar a la actuación en telenovelas colombianas, trasladarse a Estados Unidos y finalmente, aventurarse en España, adonde llegó para continuar su formación en interpretación.
Sus primeros trabajos en la pantalla chica colombiana mostraban, desde entonces, una Juana apasionada por el arte, mismo al que ha consagrado su vida, como una manera de exorcizar las penas. Fueron las producciones ‘Mascarada’, ‘La dama de pantano’ y ‘Es mejor ser rico que pobre’, las primeras telenovelas en las que participó, antes de adentrarse en el mundo cinematográfico.
La primera de tantas producciones en las que ha participado, fue interpretando a Akira Viani, una joven actriz entusiasta, en la película ‘Kalibre 35’, dirigida por Raúl García, en 2000. Desde entonces, la cinta la perfiló como una promesa de la industria. Ese mismo año, la película ganó el premio al mejor filme latinoamericano en la novena edición del Festival de Cine de España y América Latina, en Bruselas.
Tras ese salto en su carrera, comenzó a conquistar el mercado televisivo español en papeles secundarios de producciones seriales como: ‘Policías, en el corazón de la calle’, (2001-2002), y ‘Javier ya no vive solo’, (2002). Un par de años después, consiguió ser parte de largometrajes como ‘Diario de un skin’, ‘Los dos lados de la cama’ y ‘A golpes’.
Paralelo a su trabajo en España, tuvo la oportunidad, en el año 2010, de volver a sus raíces trabajando junto a otra connacional, Angie Cepeda, en la comedia ‘Una hora más en Canarias’. Luego le siguieron El Cartel de los Sapos, dirigida por Carlos Moreno, y posteriormente, la producción franco-colombiana ,‘Anna’, entre otras tantas producciones que han constituido su prolífica carrera actoral.
“Juana Acosta tiene un papel muy importante en la cinematografía colombiana porque ella representa un sector del arte cinematográfico bastante complejo y el cual es el aspecto más visible del cine. Los actores son los que encarnan las historias y los que finalmente quedan en la memoria de los espectadores, y Juanita lo ha logrado en gran medida. Ella ha sido una mujer que se ha consagrado al arte de la interpretación dramática. Y es muy valioso poder destacar hoy su figuración internacional. Una actriz que se ha hecho a pulso, que empieza en la televisión colombiana, hace algunas incursiones en el cine y después se va a vivir a Europa y desde allí ha proyectado y ha forjado una carrera importante. Ese ha sido el lugar en donde se ha mantenido vigente a lo largo del tiempo”, destaca Juan Carlos Romero, docente y crítico de cine.
Para él, es una lástima que sus obras, justamente por realizarse lejos, hayan sido un trabajo que se ve de manera posterior y no con la difusión y la promoción adecuada para poderse analizar en las virtudes que, evidentemente tiene el trabajo de esta artista.
“Recordemos que sus series de televisión y sus películas la han llevado incluso a ser nominada a los Premios Goya, los más importantes de España, y en otros importantes galardones. Pero más allá de eso, Juana es una persona que siempre ha estado comprometida con sus raíces y creo que eso también es algo que le da mucho valor a su trabajo artístico”, concluye Romero.
No obstante, Laura Beracasa, Tv Host de Hola, confiesa que en Europa, Juana no solo es un referente cinematográfico, también lo es del estilo y del buen gusto. “Siempre que va a una alfombra roja es de las mejores vestidas. Le gusta la moda así que colabora con marcas importantes en Europa. Y lo más positivo, no es una mujer estereotipada por su origen latino”.
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