Las razones para leer a Arnoldo Palacios, referente de la literatura afro en Colombia
La Feria del Libro de Cali rinde homenaje esta semana al escritor. Su hijo, Pol Palacios, estará este lunes en un conversatorio sobre su padre.
En la presente Feria Internacional del Libro de Cali se rinde homenaje a Arnoldo Palacios, escritor referente de la literatura afro en Colombia. Oriundo del departamento del Chocó y naturalizado francés, en sus obras costumbristas dejó testimonio de las tradiciones y de la vida rural en el Pacífico colombiano, de la mitad del Siglo XX.
Nacido en 1924 en Cértegui, Chocó; un pequeño pueblo a una hora de la capital Quibdó; y fallecido en Bogotá el 12 de noviembre de 2015, Arnoldo Palacios, se ha convertido en una figura esencial para hablar de los orígenes de la literatura afro en nuestro país.
Su novela Las Estrellas Son Negras, retrata -sin tapujos, ni embellecimientos-, el lenguaje, las costumbres y los saberes ancestrales, de los chocoanos que vivieron a mediados del siglo pasado, en una Colombia rural, previa al estallido de la época de la violencia; un hecho histórico, que aunque no se encuentra presente en este libro, le sería imposible desligarse anecdóticamente, pues fue en la Bogotá convulsionada del 9 de abril de 1948, donde Palacios perdería el manuscrito de esa ópera prima, pero que gracias a una habilidosa reconstrucción recurriendo a su memoria y la de sus allegados, lo pondría en la mirada de los intelectuales colombianos y europeos en poco tiempo.
FILCali en esta edición tiene a Francia como País Invitado de Honor; por ello se le da protagonismo al fallecido escritor chocoano, quien gracias a sus habilidades académicas, emigró a París para estudiar becado en la Universidad de La Sorbona, en donde estableció lazos afectivos con el país europeo, desde sus relaciones personales e intelectuales; y que lo llevarían a vivir en él, la mayor parte de su vida.
De esos lazos románticos que Arnoldo Palacios construyó en Francia, nació su hijo Pol Palacios, quien reside en México y que estará presente en FILCali en el homenaje a su padre, en el conversatorio ‘Vida y obra de Arnoldo Palacios’, junto con los académicos Darío Henao y Fabio Martínez, este lunes en el Auditorio Arnoldo Palacios (Bulevar del Río), de 6:00 p.m. a 6:45 p.m.
Arnoldo Palacios, escritor chocoano, emigró a París para estudiar becado
en la Universidad de La Sorbona.
Le puede interesar: "Nadie dijo que Colombia sería un paraíso al día siguiente de firmar la paz": Santos
Pol Palacios brindó una entrevista, en la que evidencia la importancia del escritor para la memoria colombiana:
Arnoldo Palacios, su padre, escribió desde su percepción de la vida urbana y rural en el Pacífico colombiano, y desde su condición de afrodescendiente, ¿qué retos considera que le significó tomar la decisión de escribir una literatura de estas características en Colombia y en Francia?
Arnoldo siempre metía al Chocó en el centro de su entorno intelectual, personal y filosófico. Nunca hablaba de afrodescendiente, no tenía temor a las palabras, se definía como un negro del Chocó, que no era un concepto sociológico, de clasificación social humana. Y eso es muy potente porque ahí hay algo muy importante, que es el orgullo que la gente debe tener de su propia identidad, y mi papá tenía orgullo de su naturaleza de chocoano.
Entonces no fue un reto escribir una literatura de esas características en Colombia o en Francia, sobre todo en Francia, porque los franceses tenían una mirada de curiosidad de este mundo chocoano y esta condición de vida en Colombia. No fue un reto sino una curiosidad. Escribir una literatura chocoana en Colombia era un reto en el sentido que se tenía que meter al Chocó y la literatura chocoana en el mapa intelectual del país, pero creo que iniciativas como la de la Feria Internacional del Libro de Cali, en donde hay interés por la vida y obra de Arnoldo Palacios, son la prueba de que él alcanzó a hacerlo.
Conocemos la historia de cómo perdió el manuscrito de su novela Las Estrellas Son Negras en medio de la tragedia del 9 de abril de 1948 en Bogotá, y su posterior reescritura con el apoyo de colegas y amigos. ¿Recuerda cómo contaba su padre esta historia y qué le significó frente al resultado final de una de sus más importantes obras, publicada por primera vez en 1949?
Sobre la reescritura del libro, después de que se quemó el manuscrito, la característica es que mi papá lo contaba de manera muy sencilla y muy corta, decía: “Yo tenía el manuscrito, allá en el Ministerio porque yo no podía llevar la máquina de escribir ni los manuscritos a la casa, entonces todo se quedaba ahí, y el 9 de Abril se quemó, y lo reescribí, en pocas semanas”. Así era de sencillo.
El aspecto más importante detrás de esa anécdota, es que mi padre hablaba siempre de la disponibilidad inmediata, que es un concepto que dice que el intelectual tiene que estar siempre listo, con un trabajo acabado, planificado y pensado de forma perfecta desde la primera vez. Entonces no creo, y no creía él, que hubiera una influencia demasiado grande sobre la naturaleza de la obra después de reescribirla. La historia es que la obra estaba en su cabeza, y la podía sacar de nuevo, y de nuevo, y de nuevo, siempre, de manera perfecta y rápida. Él escribía sus manuscritos en un día, muy rápido, sin ningún borrador, lo sacaba directo, como una impresora. Él tenía la obra en el disco duro cerebral. Lo importante ahí es que, en el espíritu de Arnoldo Palacios, la creación siempre debe estar lista y organizada en el cerebro de su creador para salir al mundo.
Vea también: Ganador del Concurso de Cuento Andrés Caicedo cuenta los detalles de su escrito
A propósito de Francia como País Invitado de Honor a la FIL Cali 2019 –en el marco de una conversación entre culturas afro del Pacífico colombiano y las culturas afro francófonas–, ¿qué opina de que sea Arnoldo Palacios la figura emblemática para celebrarlo?
Sí, es un honor. Pensamos que le habría gustado a mi padre ser visto como el puente, el vínculo, entre el mundo africano y el mundo del Pacífico del Chocó. No creo que él hubiera insistido tanto en una separación entre el África francófona, lusófona o anglófona, porque lo que le interesaba a él eran las raíces africanas de la cultura chocoana. Entonces en ese sentido, si el vehículo era el pensamiento universal francés, él era un representante de eso, pero eso va más allá del idioma o de las naciones, porque el mensaje de mi padre siempre ha sido universal. Ser un intelectual emblemático del vínculo, entre África y el Chocó, la región del Pacífico, y que este puente, ha sido construido intelectualmente sobre los valores universales de libertad, de igualdad, de eternidad, de importancia del filósofo y del intelectual, y de la libertad de exprimir sus ideas; como lo son los ideales franceses, desde la revolución y antes, eso sí sería algo bueno y le hubiera gustado a mi padre explorarlo.
¿Qué le gustaría destacar de su padre en lo personal y lo literario?
Lo que se debe destacar de Arnoldo Palacios, como ya lo hemos hecho en la película de Andrés Morales y Telepacífico, El Hombre Universal, es esta naturaleza universal del papel del intelectual, del artista, del creador o del científico; de aportar a la humanidad, en su libertad y su autonomía. Mi padre, a pesar de ser un hombre universal, que había viajado mucho, conocido mucha gente, y era parte de una historia contemporánea muy amplia, él nunca se había olvidado de sus raíces, sus padres, su cultura. Él tuvo en esa fuente chocoana y colombiana, la fuerza y la riqueza con la cual expresar su creación y sus concepciones intelectuales, para llevarlas al mundo de manera universal, demostrando que el negro del Chocó es alguien con quien se puede hablar de filosofía, como en una universidad de Francia.
Lo último que quisiera agregar es que esa obra (Las Estrellas Son Negras), sigue exponiendo la importancia de la educación de un pueblo para alcanzar el nivel de excelencia requerido, y lo importante que es apoyar a la gente a realizar sus sueños y sus retos. Por eso él creó con mi madre la Fundación Palacios, que busca facilitar el acceso de la gente para explorar sus ideas culturales, científicas o promover proyectos educativos. En Cértegui hay una beca Arnoldo Palacios que se brinda cada año al mejor estudiante del pueblo, para destacar la excelencia académica.
“Nunca hablaba de afrodescendiente, no tenía temor a las palabras, se definía como un negro del Chocó, orgulloso de ello”: Pol Palacios, hijo de Arnoldo Palacios.
Homenaje
En Cali
Lunes 14 de octubre
- Conversatorio ‘Vida y obra de Arnoldo Palacios’.
- A cargo de Pol Palacios, Darío Henao y Fabio Martínez.
- 6:00 a 6:45 p.m.
- Auditorio Arnoldo Palacios.
Martes 15 de octubre
- Taller de escritura creativa basado en la obra de Arnoldo Palacios.
- A cargo de Yaír Cuenú y Jorge H. Medina.
- 6:00 a 8:00 p.m.
- Aula GEUP.
Miércoles 16 de octubre
- Charla sobre prácticas mágico-religiosas en la obra de Arnoldo Palacios.
- A cargo de Jenny Valencia.
- 3:00 a 3:45 p. m.
- Auditorio Cali Lee.
Jueves 17 de octubre
- Segundo día del Taller de escritura creativa basado en la obra de Arnoldo Palacios.
- A cargo de Yaír Cuenú y Jorge H. Medina.
- 6:00 a 8:00 p. m.
- Aula GEUP.
En Buenaventura
Martes 15 de octubre
- Conversatorio Vida y Obra de Arnoldo Palacios.
- A cargo de Pol Palacios y Fabio Martínez.
- 2:00 a 2:45 p.m.
- Escuela Taller.
Jueves 17 de octubre
- Charla sobre prácticas mágico-religiosas en la obra de Arnoldo Palacios.
- 11:00 a. m. a 12:30 m.
- Escuela Taller.
Regístrate gratis a nuestro boletín de noticias
Recibe todos los días en tu correo electrónico contenido relevante para iniciar la jornada. ¡Hazlo ahora y mantente al día con la mejor información digital!