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Orar es el acto de hablar con Dios u otros seres en los que las personas suelen creer.
Orar es el acto de hablar con Dios u otros seres en los que las personas suelen creer. | Foto: Getty Images

Cultura

Oración al Justo Juez para espantar a los enemigos

Esta oración está profundamente arraigada en la cultura religiosa.

17 de septiembre de 2023 Por: Redacción El País

En el vasto universo de la espiritualidad y la fe, las oraciones ocupan un lugar especial. Son plegarias que conectan a los creyentes con lo divino, buscando guía, protección y consuelo en momentos de necesidad.

Una de estas oraciones, conocida como la “Oración al Justo Juez”, ha capturado la atención de quienes buscan una protección particularmente poderosa contra los enemigos y las adversidades.

Orar
La oración debe ser consciente, con palabras que salgan del corazón. | Foto: Getty Images

La Oración al Justo Juez es una tradición profundamente arraigada en la cultura religiosa de muchas personas en todo el mundo. Si bien su origen puede ser rastreado en diferentes culturas y religiones, su propósito fundamental es el mismo: buscar justicia divina y alejar a los enemigos que amenazan la paz y la armonía de uno.

El poder y la significación de la Oración al Justo Juez

La Oración al Justo Juez es una invocación especial dirigida al poder divino para obtener protección contra la maldad y la injusticia. Su estructura y contenido pueden variar según la tradición religiosa, pero su objetivo principal es siempre el mismo: buscar la intervención de un ser supremo para juzgar y alejar a aquellos que desean causar daño o perjuicio.

En su esencia, la oración busca justicia, paz y seguridad. Muchos creyentes la utilizan como un medio para enfrentar situaciones difíciles, sentirse protegidos y encontrar consuelo en tiempos de angustia.

Oración
Las oraciones son una forma de fortalecerse para enfrentar los problemas. | Foto: Getty Images

Se considera que el Justo Juez es un intermediario entre los fieles y lo divino, capaz de comprender las necesidades más profundas del corazón humano y actuar en consecuencia.

Estas palabras a menudo se recitan en momentos de desesperación, cuando las fuerzas terrenales parecen insuficientes para resolver los problemas. En muchas ocasiones, se busca no solo la protección personal, sino también la eliminación de la maldad y la injusticia en la sociedad en general. La oración se convierte en un grito de esperanza y un recordatorio de que, incluso en medio de la adversidad, la fe puede ser un refugio.

Así es la oración al Justo Juez

“Divino y Justo Juez de vivos y muertos, eterno sol de justicia, encarnado en el casto vientre de la Virgen María por la salud del linaje humano.

Justo Juez, creador del cielo y de la tierra y muerto en la cruz por mi amor.

Tú, que fuiste envuelto en un sudario y puesto en un sepulcro del que al tercer día resucitaste vencedor de la muerte y del infierno.Justo y Divino Juez, oye mis súplicas, atiende a mis ruegos, escucha mis peticiones y dales favorable despacho.

El imperio de tu voz ponía en fuga a los demonios, haciéndoles salir de los cuerpos de los poseídos, y dio vista a los ciegos, habla a los mudos, oído a los sordos y perdón a los pecadores, como a la Magdalena y al paralítico de la piscina.

Tú te hiciste invisible a tus enemigos, a tu voz retrocedieron cayendo por tierra en el huerto los que fueron a aprisionarte y cuando expirabas en la Cruz, a tu poderoso acento se estremecieron los orbes.

Tú abriste las cárceles a Pedro y le sacaste de ellas sin ser visto por la guardia de Herodes.Tú salvaste a Dimas y perdonaste a la adúltera. Te suplíco, Justo Juez, me libres de todos mis enemigos, visibles e invisibles: la Sábana Santa en que fuiste envuelto me cubra, tu sagrada sombra me esconda, el velo que cubrió tus ojos ciegue a los que me persiguen y a los que me deseen mal, ojos tengan y no me alcancen, manos tengan y no me tienten, oídos tengan y no me oigan, lengua tengan y no me acusen y sus labios enmudezcan en los tribunales cuando intenten perjudicarme.

¡Oh, Jesucristo Justo y Divino Juez!, favoréceme en toda clase de angustias y aflicciones, lances y compromisos y haz que al invocarte y aclamar al imperio de tu poderosa y santa voz llamándote en mi auxilio, las prisiones se abran, las cadenas y los lazos se rompan, los grillos y las rejas se quiebren, los cuchillos se doblen y toda arma que sea en mi contra se embote e inutilice.

Día a día los creyentes se comunican con Dios a través de la oración.
Día a día los creyentes se comunican con Dios a través de la oración. | Foto: Getty Images

Ni los caballos me alcancen, ni los espías me miren, ni me encuentren. Tu sangre me bañe, tu manto me cubra, tu mano me bendiga, tu poder me oculte, tu cruz me defienda y sea mi escudo en la vida y a la hora de mi muerte.

Yo te suplico me cubras con el manto de la Santísima Trinidad para que libre de todos los peligros y glorifiquen tu Santo Nombre. Amén”.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.

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