Cultura
¿Qué es el Viacrucis y cómo rezar en esta época? Guía paso a paso
Conozca la manera de rezar esta importante oración durante la Semana Santa.
El Vía Crucis es una de las oraciones más bellas y sentidas de la religión católica. Con la llegada de la Semana Santa es tradición recorrer espiritualmente las estaciones que Santa María y si bien el Viernes Santo es el día que especialmente se recuerda el camino al Calvario, la Pasión de Cristo debe ser vivida y recordada todos los días. Esta oración le ayudará a unirse a Cristo.
Esta oración consta de 15 estaciones si se incluye en la que Cristo triunfó sobre la muerte y resucitó al tercer día.
Oración inicial: Existen variantes de la oración inicial, aquí te dejamos algunas:
«Señor, que la meditación de tu Pasión y Muerte nos anime y ayude a tomar la cruz de cada día y seguirte, para un día resucitar contigo en la gloria. Amén».
¿Cómo se rezan las estaciones?
De acuerdo con Catholic Link, estas son las oraciones que se debe realizar durante la Semana Santa para recordar la Pasión de Cristo.
1. Jesús es sentenciado a muerte
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Dame, Señor, imitarte, uniéndome a Ti por el Silencio cuando alguien me haga sufrir. Yo lo merezco. ¡Ayúdame! Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Posteriormente, se reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
2. Jesús cargado con la Cruz
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Que yo comprenda, Señor, el valor de la cruz, de mis pequeñas cruces de cada día, de mis achaques, de mis dolencias, de mi soledad.
Dame convertir en ofrenda amorosa, en reparación por mi vida y en apostolado por mis hermanos, mi cruz de cada día. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Para terminar, se reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
3. Jesús cae por primera vez bajo el peso de la Cruz
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Tú caes, Señor, para redimirme. Para ayudarme a levantarme en mis caídas diarias, cuando después de haberme propuesto ser fiel, vuelvo a reincidir en mis defectos cotidianos. ¡Ayúdame a levantarme siempre y a seguir mi camino hacia Ti! Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Después, se reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
4. Jesús se encuentra con su Madre
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Haz Señor, que me encuentre al lado de tu Madre en todos los momentos de mi vida.
Con ella, apoyándome en su cariño maternal, tengo la seguridad de llegar a Ti en el último día de mi existencia. ¡Ayúdame Madre! Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Luego, se reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
5. El Cirineo ayuda al Señor a llevar la Cruz
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Cada uno de nosotros tenemos nuestra vocación, hemos venido al mundo para algo concreto, para realizarnos de una manera particular.
Para finalizar, se reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
6. La Verónica enjuga el rostro de Jesús
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Es la mujer valiente, decidida, que se acerca a Ti cuando todos te abandonan. Yo, Señor, te abandono cuando me dejo llevar por el «qué dirán», del respeto humano, cuando no me atrevo a defender al prójimo ausente, cuando no me atrevo a replicar una broma que ridiculiza a los que tratan de acercarse a Ti.
Y en tantas otras ocasiones. Ayúdame a no dejarme llevar por el respeto humano, por el «qué dirán». Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Por último, se reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
7. segunda caída en el camino de la Cruz
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Caes, Señor, por segunda vez. El Vía Crucis nos señala tres caídas en tu caminar hacia el Calvario. Tal vez fueran más.
Caes delante de todos… ¿Cuándo aprenderé yo a no temer el quedar mal ante los demás, por un error, por una equivocación? ¿Cuándo aprenderé que también eso se puede convertir en ofrenda? Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Luego, se reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
8. Jesús consuela a las hijas de Jerusalén
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Muchas veces tendría yo que analizar la causa de mis lágrimas. Al menos, de mis pesares, de mis preocupaciones. Tal vez hay en ellos un fondo de orgullo, de amor propio, malentendido, de egoísmo, de envidia.
Debería llorar por mi falta de correspondencia a tus innumerables beneficios de cada día, que me manifiestan, Señor, cuánto me quieres. Dame profunda gratitud y correspondencia a tu misericordia. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Para terminar, se reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
9. Jesús cae por tercera vez
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Tercera caída. Más cerca de la Cruz. Más agotado, más falto de fuerzas. Caes desfallecido, Señor.
Yo digo que me pesan los años, que no soy el de antes, que me siento incapaz. Dame, Señor, imitarte en esta tercera caída y haz que mi desfallecimiento sea beneficioso para otros, porque te lo doy a Ti para ellos. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Por último se reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
10. Jesús es despojado de sus vestiduras
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Arrancan tus vestiduras, adheridas a Ti por la sangre de tus heridas. A infinita distancia de tu dolor, yo he sentido, a veces, cómo algo se arrancaba dolorosamente de mí por la pérdida de mis seres queridos.
Que yo sepa ofrecerte el recuerdo de las separaciones que me desgarraron, uniéndome a tu pasión y esforzándome en consolar a los que sufren, huyendo de mi propio egoísmo. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Posteriormente, se reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
11. Jesús clavado en la Cruz
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Señor, que yo disminuya mis limitaciones con mi esfuerzo y así pueda ayudar a mis hermanos. Y que cuando mi esfuerzo no consiga disminuirlas, me esfuerce en ofrecértelas también por ellos. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Después, se reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
12. Jesús muere en la Cruz
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Te adoro, mi Señor, muerto en la Cruz por Salvarme. Te adoro y beso tus llagas, las heridas de los clavos, la lanzada del costado… ¡Gracias, Señor, gracias! Has muerto por salvarme, por salvarnos.
Dame responder a tu amor con amor, cumplir tu Voluntad, trabajar por mi salvación, ayudado de tu gracia. Y dame trabajar con ahínco por la salvación de mis hermanos. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Luego, se reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
13. Jesús en brazos de su Madre
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Déjame estar a tu lado, Madre, especialmente en estos momentos de tu dolor incomparable. Déjame estar a tu lado. Más te pido: que hoy y siempre me tengas cerca de Ti y te compadezcas de mí. ¡Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía! Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Después, se reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
14. El cadáver de Jesús es puesto en el sepulcro
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Todo ha terminado. Pero no: después de la muerte, la Resurrección. Enséñame a ver lo que pasa, lo transitorio y pasajero, a la luz de lo que no pasa. Y que esa luz ilumine todos mis actos. Así sea. Señor, pequé, ten piedad y misericordia de mí.
Por último, se reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
15. Jesús resucita al tercer día
Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Si Cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe. Por las veces que he hecho vana mi fe al creer en mitos que van en contra de tu Resurrección. Por las veces en que olvido que si no muero a mí mismo, Jesús, no podré resucitar contigo.
Luego, se reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.