Virgen de Chiquinquirá: esta es la oración para pedir protección en el hogar

La Fiesta de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá se celebra cada año el 9 de julio. La virgen fue proclamada Patrona de Colombia por el Papa Pío VII en 1829. En esa ocasión, el Pontífice le otorgó su propia fiesta litúrgica.

Luego, en 1919, Nuestra Señora de Chiquinquirá sería coronada canónicamente por decreto del Papa San Pío X.

El Santuario de la Patrona de Colombia (en Chiquinquirá, Boyacá), declarado Basílica en 1927 por el Papa Pío XI, es visitado por miles de fieles, en especial los días cercanos a la Fiesta central.

Allí está el lienzo con la imagen de Nuestra Señora, custodiado por los hermanos dominicos. En la imagen se ve a la Virgen María en su advocación del Santo Rosario, acompañada de San Antonio de Padua y San Andrés Apóstol.

Oración

Oh incomparable Señora del Rosario de Chiquinquirá! Madre de Dios, Reina de los ángeles, abogada de los pecadores, refugio y consuelo de los afligidos y atribulados.

Virgen Santísima, llena de poder y de bondad, lanza sobre nosotros una mirada favorable para que seamos socorridos por Ti en todas las necesidades en que nos encontramos.

Acuérdate, ¡Oh clementísima Señora del Rosario!, que nunca se oyó decir que alguien que haya recurrido a Ti, invocado tu Santísimo nombre, e implorado tu singular protección, fuese por ti abandonado.

Animados con esta confianza, a ti recurrimos. Te tomamos desde hoy y para siempre por Madre nuestra, nuestra protectora, consuelo y guía, esperanza y luz en la hora de la muerte.

Líbranos de todo aquello que pueda ofenderte y a Tu Santísimo Hijo, Jesús.

Presérvanos de todos los peligros del alma y del cuerpo; dirígenos en todos los negocios espirituales y temporales; líbranos de la tentación del demonio, para que andando por el camino de la virtud, podamos un día verte y amarte en la eterna gloria, por todos los siglos de los siglos.

Amén.

Milagros que se le atribuyen a la Virgen de Chiquinquirá

Con más de 435 años de historia, la virgen sigue impactando en la vida de los fieles que la acompañan.

También se cree que son innumerables los testimonios de milagros que ha hecho la Virgen de Chiquinquirá a enfermos.

“Mi hija nació con un pie equino varo y con pie mono; estuvo un año con yeso en ambas piernas, se arrastraba por el suelo y me dijeron que no podría caminar. Le pedí a ‘La Chinita’ y mi hija camina sin problemas y está curada del diagnóstico que tenía cuando nació”, señala un testimonio.

Y así, como este testimonio, son varios los que cuenta la población cuando se refieren a milagros atribuidos por la Virgen de Chiquinquirá.

Momentos de esplendor del cuadro de la Virgen de Chiquinquirá

Uno de ellos ocurrió el 30 de julio de 1588 cuando “se iluminó de manera milagrosa y pudo ser admirada por toda la población de Chiquinquirá”. Dos semanas después el “extraordinario y sobrenatural prodigio”, se repitió delante del arzobispo de Santa Fe, Luis Zapata de Córdoba, y numerosos fieles.

En 1589, también en Chiquinquirá, otra iluminación se extendió durante más de 24 horas. El 5 de julio de 1985 y el 25 de marzo de 2001, idéntico milagro fue documentado por un grupo de sacerdotes, monjas y pobladores quienes afirmaron que vieron cómo ”la Virgen apareció muy brillante e iluminada, como salida del lienzo”.

La corona y la aureola de Nuestra Señora forman una sola pieza en la que están incrustadas 140 esmeraldas y 78 brillantes de diferentes tamaños. La corona del Niño Jesús es más pequeña y solo tiene dieciséis esmeraldas y 29 brillantes. El cetro de oro de la Virgen, con dieciocho diamantes y veintidós esmeraldas, pesa 250 gramos.