Cultura
Zaíno, la editorial independiente creada por el escritor colombiano Carlos Ospina
La editorial Zaíno se interesa por autores colombianos y latinoamericanos con nuevas propuestas literarias.
Por Javier Zamudio, especial para El País
Me encuentro con Carlos Ospina en el Hotel El Prado en Barranquilla. Lo había buscado en internet, por lo que sabía que es el autor de El andariego: relatos cafeteros, publicado en 2018, que ganó en 2020 el Concurso de Relatos Alianza por la Solidaridad (Madrid) y fue finalista en 2022 del premio de Novela Corta Roberto Burgos Cantor; además, dirige, en compañía del novelista Juan José Ferro Hoyos, la editorial independiente Zaíno.
De Ferro Hoyos ya había escuchado, obtuvo el Premio Nacional de Novela Obra inédita 2022 (Ministerio de Cultura), y es autor de las novelas El efecto Bilbao y Saber y ganar.
Luego de un apretón de manos y algunas palabras cordiales, le propongo ir al restaurante del hotel para desayunar, quiero aprovechar para conversar con él sobre Zaíno.
Nos acomodamos en la parte exterior, en una mesa ubicada sobre un pasillo ajedrezado y desde donde podemos contemplar la piscina. Le pregunto a Carlos por las motivaciones, a qué le apuesta una editorial fundada por escritores, por qué dar vida a Zaíno.
«¿Por qué no?», me dice. «Zaíno parte de una necesidad. Jorge Carrión decía hace un tiempo que la industria editorial juega un rol fundamental en la curaduría de lo que se publica y lo que no; instaba a los autores a que, en lugar de culpar a las editoriales por la no publicación de sus obras, trabajaran más en sus manuscritos para así superar esta barrera, si se quiere, de calidad. Estamos de acuerdo, pero sentimos que esta es una afirmación válida para la industria editorial española: grande, consolidada, variada y económicamente rentable. En Colombia el panorama es otro y sentimos que hay obras que no se publican por razones ajenas a la calidad literaria: falta de recursos, ausencia de una editorial que quiera asumir el riesgo de publicar a un desconocido, en fin, motivos sobran».
La respuesta de Carlos pone el foco sobre la precariedad de la industria editorial colombiana. Pienso en esa última frase, «los motivos sobran», pero todos parecen vinculados con la imposibilidad de ser rentables en un mercado con pocos lectores. De acuerdo con información publicada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) y la Cámara Colombiana del Libro (2022), en promedio un colombiano lee 1,9 libros al año.
Llevo la conversación al tema de la corrección política, recordando la propuesta de reescribir los libros de autores clásicos para eliminar contenido que pudiese resultar ofensivo. Le pregunto a Ospina cuál es la posición de la editorial al respecto.
«También notamos ciertos pedidos a la corrección política o ideológica en la edición independiente. Esa censura, esa autocensura, la rechazamos. Y nuestra forma de rechazarla es justamente esa: editar una literatura que incomode en términos políticos, estéticos, morales, y cualquier otra dimensión que se pueda imaginar. Que nos incomode a nosotros, incluso».
Estamos en la mitad del desayuno. El sol cae sobre un costado del pasillo, acercándose a nosotros. Le hablo a Ospina del rol del escritor como editor, recordándole a Juan Forn que desempeñó ambos oficios con maestría.
«Es un ida y vuelta», me dice. «Editar también es escribir y escribir es pensar. El ejercicio editorial no puede sino resultar en un enriquecimiento de mis preguntas y mis búsquedas como escritor. No es solo, como editor, pulir la voz que otro u otra quiere desarrollar en un manuscrito; es también entender sus intereses, sus lecturas, sus ideas, todo el pensamiento que hay detrás de la creación de una obra literaria. Editar a mis pares, escritores y escritoras jóvenes, en definitiva, me convierte en mejor lector y en mejor escritor».
De acuerdo con lo dicho por Ospina, hay un diálogo con lo contemporáneo. De hecho, el catálogo de Zaíno está compuesto por cinco libros, que combinan voces de diferentes geografías: una autora chilena, un autor mexicano y autores colombianos. Por último, le pregunto cómo llegaron estos autores a la editorial y qué significa esta mezcla de voces latinoamericanas para la identidad del proyecto.
"La de Juanita Hincapié en este libro es una voz que salpica, que rasguña, y aun así, nos incita a quedarnos allí, presas del bendito masoquismo de su estilo".https://t.co/nkSkOKmYOF
— Editorial Zaíno (@EditorialZaino) March 19, 2023
«Llega cada uno por su camino. Principalmente por amigos en común que nos recomiendan o por personas que conocemos desde antes de fundar la editorial. Recibimos un montón de manuscritos e intentamos responder con sinceridad, y afecto, a quienes nos los confían. No aspiramos a la unidad geográfica. Publicamos buenos libros, sean quienes sean sus autores. Sería necio negar que hace todo más fácil cuando los autores están cerca y pueden ir a eventos/lanzamientos/charlas. Pero seguramente seguiremos por esa veta hispanoamericana con otros títulos».
«Cuando empezamos también pensábamos en el riesgo de lanzar una editorial con dos autores casi inéditos de países distintos al nuestro. No teníamos mayor respuesta que la que ha guiado casi todo nuestro trabajo: ¿por qué no?».