30 años del 5-0: “El triunfo de Colombia sobre Argentina no es mi gran tesoro”: Pacho Maturana

Por César Polanía / Editor de Deportes

Antes de terminar el primer tiempo, Pacho Maturana quiso hacer cambios, pero ‘Bolillo’ Gómez, su asistente, lo persuadió para que no los hiciera. De hecho, los once jugadores que comenzaron el partido fueron los mismos once que terminaron. Una ‘ficha’ nueva, quién lo sabe, habría podido cambiar las cosas.

Lo cierto es que aquella noche del 5 de septiembre de 1993, los hombres escogidos por el entrenador de Colombia estuvieron tan monumentales como el mismo estadio de River Plate, donde la Selección escribió una de las páginas más bellas en la historia del fútbol nacional, al humillar con un 5-0 a Argentina y mandarla al repechaje contra Australia en busca de un tiquete al Mundial de USA 94.

Se cumplen justamente este martes, 5 de septiembre, 30 años de semejante triunfo, que significó la clasificación de Colombia al Mundial y la ratificación de un estilo con sello propio, el de Pacho, aunque para el técnico chocoano este no haya sido el partido que más lo llenó. Entrevista.

Han pasado ya 30 años y seguimos hablando del 5-0. Hoy, de manera más reposada, ¿qué significó ese triunfo para Pacho Maturana?

El 5-0 no ha sido para mí el mejor partido. Fue un partido importante por lo que representaba. Tuvimos la oportunidad de enfrentar a Argentina tres veces antes. En un primer partido en la Copa América (1993) se dijeron de todo, fue más peleado que jugado, y terminó empatado. El segundo terminó igual y clasificó Argentina a las semifinales por penales. Vino luego el encuentro en Barranquilla por eliminatorias, donde Colombia hizo un muy buen juego, ante un equipo que llevaba 33 partidos sin perder. Valenciano y el ‘Tren’ marcaron los goles. Los periodistas hacían la ola. Y después de esos partidos quedamos casados para el duelo de Buenos Aires.

¿Cómo fue el recibimiento?

Muy hostil. El estadio iba a estar lleno, se dijeron muchas cosas, unas con razón, otras sin razón. Ya en el partido, el primer tiempo no fue bueno, yo me sentía incómodo con la expresión futbolística de Colombia, y ‘Bolillo’ fue el que me tranquilizó, porque de entrada yo quería hacer cambios. Pero ‘Bolillo’ me insistió, “espera que baje la marea, espera”, me dijo, y justo vino el gol de Fredy.

¿Cuántas veces ha visto el partido?

No lo había hecho nunca hasta hace unos pocos días. Escuché la narración y los comentaristas pedían cambios cuando el partido iba 2-0. Por fortuna no los escuché, porque así habría quedado. Una vez estaba yo en Ghana, en el África, y había unos morochitos jugando en una calle, y de repente me ven y dicen “Maturana, Maturana, Colombia five y Argentina nule”. Ese triunfo fue asumido como propio por muchos países, pero el 5-0 no es mi gran tesoro. En cambio, veo mucho el 1-1 contra Alemania, porque siento todavía el trabajo impecable de esa estructura. Todavía hablo de ese partido con Valdano y Arrigo Sacchi. Entonces, el 5-0 fue un paso más en el andar de Colombia. Y salió bien.

Tanto que no hizo un solo cambio…

Faltando tres minutos, el médico me pide un cambio, y yo le digo que no, porque yo sentía que el estadio se iba a unir en un aplauso para Colombia, y no quería que fuera para un solo jugador, sino para todo el equipo. Queríamos un triunfo perfecto. En alguna ocasión yo estaba en Tokio, escuché a una persona hablar que los jugadores colombianos fueron muy cansones ese día, que uno de ellos (‘Barrabás’) le pidió al árbitro que no expulsara a Simeone por un codazo, y no aguanté y le pregunté que cómo sabía eso. Y el hombre me contestó: “Pacho, yo era el árbitro”.

¿Qué aspectos tuvo en cuenta para planificar ese partido?

Esta selección nunca fue camaleónica. Colombia jugaba como jugaba Colombia, no dependiendo del rival. Como lo sentíamos nosotros, pero aprovechando ciertas circunstancias. En Barranquilla jugó Valenciano y marcó gol, pero en Buenos Aires no fue titular, allá iba a haber espacios y se necesitaba más a Fausto o Adolfo.

A pesar de la goleada, Argentina nunca bajó los brazos...

Sabíamos cómo iba a estar el ambiente y cuando llegó el primer gol, empezaron a caer botellas y de todo en el banco. Yo les pedí mesura, nada de celebrar, quietos en primera. Después, en el segundo tiempo, viene el segundo gol. Ellos a salir del banco, y yo nada, quietos. Después llega el 3-0 y Gustavo Moreno me mira y me dice: “Pacho, no jodás, comé mierda, si me vas a matar, matame”, y salió a celebrar con los jugadores y lo hicieron todos los del banco. Y ya en el cuarto gol hasta salí yo, que no soy de celebraciones. Nunca estuve tranquilo, porque esa Argentina nunca se entregó.

Y Córdoba estuvo inmenso...

El trámite del partido fue angustiante, porque Óscar era protagonista, y cuando eso sucede con el arquero, quiere decir que las cosas no andan bien. Óscar hacía parte de una estructura sólida. Valdano dice que no se puede jugar bien, si en defensa se juega mal. Y nosotros siempre pensamos en defendernos bien. Ahora parece un pecado decirlo. La defensa tiene sus principios, pero el ataque no es trabajable, es fantasía, es inspiración.

Cuando se acaba el partido, ‘Bolillo’ le dice “Pacho, nos jodimos”. ¿Siente que esa frase cobró valor en el Mundial de USA 94?

Si hoy le ganas a Millonarios, la gente piensa que tenés que ser campeón de Colombia. Nosotros le ganamos a Argentina 5-0 en Buenos Aires y la gente creyó que debíamos ser campeones del mundo, pero el fútbol no es así de fácil. Hay más de 200 federaciones de fútbol y solo ocho han ganado el Mundial. Colombia no tenía historia y nos pusieron el rótulo de campeones, pero nunca un jugador o el cuerpo técnico o un miembro de la Federación dijo que éramos candidatos. Mire la Argentina de las eliminatorias del 2002, la de Bielsa, nos masacró a todos, la veían como campeona, y más cuando tenía los títulos de 1978 y 1986, pero en el Mundial salió en la primera fase. Esa Argentina tenía historia, nosotros no, entonces, ¿con qué ropa nos íbamos a creer campeones? El único folclórico fue Pelé.

¿Pesaron muchas cosas externas?

El fútbol lo hacen los jugadores y las circunstancias, y las nuestras, en Estados Unidos, fueron de amenazas, zozobra, mensajes que decían que no podía estar uno u otro jugador, y yo le dije a ‘Bolillo’ que no le parara bolas a eso, y él me contestó: “Pacho, en ese mensaje no hablan de tu familia, sino de la mía”. ¿Quién vivía la angustia de los jugadores sino ellos mismos cuando pitaban sus casas con amenazas? A Rumania fui a verlo jugar tres veces antes de enfrentarlo, y perdimos. A Estados Unidos le ganamos cada que lo enfrentamos, y perdimos. Las circunstancias no podían ignorarse.

¿Le dejó alguna lección el 5-0?

Uno siempre quiere ser mejor, pero el fútbol tiene ese valor de la amistad que a mí me conmueve. Luego de la victoria, llegué a la habitación del hotel y me encerré, porque soy muy malo para las celebraciones. De pronto me llaman y me dicen que en la recepción estaban Oswaldo Palavecino, Rubén Carra y Raúl Navarro. Los invité a subir a mi cuarto y allí me quedé con mis amigos, que, siendo argentinos, estaban felices por el triunfo de un amigo. Ese era un partido de duelo para los argentinos, pero ellos tuvieron la valentía y el sentido de la amistad para venir a abrazarme.

¿Cómo recibió el aplauso de Maradona de pies en el Monumental?

Maradona fue un amigo, un tipo que te abrazaba y no te soltaba, que peleó siempre por la gente que quiso. En el fútbol, los argentinos son personas de respeto. Yo llego a Argentina y difícilmente hago fila, la gente me reconoce y paso derecho en migración. Fui a Santa Fe una vez y sentí el cariño, a pesar de que no triunfé con Colón, pero la gente quiere y recuerda al Maturana de esa Colombia.

¿Con qué partido se queda de los que dirigió con Colombia?

El partido de Wembley contra Inglaterra me pasa por la cabeza cuando estoy en la almohada. El 1-1 contra Alemania fue la presentación de una Colombia diferente a la de la droga, de una Colombia con orden, amistad y sacrificio. Y del 5-0, me quedo con el resultado, pero la selección le ganó antes 2-1 a Argentina en Buenos Aires (1987), y ellos tenían en la cancha a Maradona. Me llenó más el fútbol de ese día.