Amenazas, malos arbitrajes y suplantación de nombres: los escándalos que hacen que el fútbol colombiano huela feo

Por Francisco Henao Bolívar, editor de Deportes

La época oscura del fútbol colombiano en los años 80, en la que las apuestas, el narcotráfico y los sobornos arbitrales estaban a la orden del día, no parece haberse ido del balompié nacional como muchos pensaban.

Casi cuatro décadas después la liga colombiana se juega en medio de un escándalo en el que el tema de apuestas copa la atención, con investigaciones en curso, pero también está al rojo vivo por los continuos errores arbitrales y del VAR, además de amenaza a jugadores y técnico, y la suplantación de identidad de un futbolista.

Este, sin duda, es un mal momento para el fútbol colombiano por hechos sospechosos que fueron denunciados por los mismos directivos.

“Nos atracaron en Envigado, estos árbitros no pueden volver a pitar porque no son garantía. ¿Cómo es posible que no pite a favor nuestro un penal clarísimo, y finalizando sí pita uno en contra de nosotros que no existió?”, se quejó el máximo accionista del América, Tulio Gómez, después del escandaloso arbitraje del casanareño Ferney Trujillo, quien tomó decisiones erradas, respaldado por el VAR.

Lo sucedido el pasado domingo en Envigado avivó el tema de las apuestas, y allí apareció el presidente de Patriotas, César Guzmán, para recordar que un jugador de su plantilla fue separado del equipo, por supuestamente estar involucrado en este ilícito.

“Hay un hecho claro de un jugador nuestro que fue separado del plantel mientras se adelantan las investigaciones, porque eso ya está en la Fiscalía; pero estamos hablando de dos o tres partido nuestros que están bajo sospecha”, dijo Guzmán.

El máximo dirigente de la Dimayor, Fernando Jaramillo, reconoció que el tema de las apuestas es un ‘chicharrón’ al que le tendrán que poner cuidado. “Lo de las apuestas es otra amenaza que nos apareció; y no sólo en la Liga, también en otros torneos; por lo pronto hay una investigación por el tema Patriotas, pero no se puede adelantar nada para evitar que la investigación se desvíe”, dijo Jaramillo.

La situación de posibles apuestas en el fútbol ya las había denunciado en el 2023 Acolfutpro, la entidad que agremia a los futbolistas.

“Esta situación se viene presentando de forma reiterativa especialmente en la B , donde estos personajes de dudosa reputación, que se mueven en el oscuro mundo de las apuestas y quienes saben que los futbolistas reciben bajos salarios, se aprovechan para tentarlos con importantes sumas de dinero a cambio de la manipulación ilegal del resultado”, dijo el ente.

Eduardo Pimentel, dueño del Chicó, en diálogo con ‘Los dueños del balón de Bogotá’, reconoció que “hace cuatro años denunciamos ante la Fiscalía un tema que sucedió con Nelino Tapia, un jugador nuestro al que llamaron para sobornarlo antes de un partido. Pero la Fiscalía archivó el tema”.

El año pasado fue Nicolás Pimentel, presidente de Chicó, quien denunció que a sus jugadores les ofrecieron dinero para dejarse ganar del Deportivo Cali en la fecha que definía los últimos clasificados a cuadrangulares.

“Hay que investigar a fondo lo que está pasando; si hay jugadores que están involucrados en temas de apuestas, que digan sus nombres y los castiguen de por vida. Pero no podemos volver a años anteriores con este tema, debe haber una sanción ejemplar para los que están metidos en eso, porque es el prestigio del fútbol colombiano el que está en juego”, dijo el exdelantero del Deportivo Cali, Hamilton Ricard.

Los árbitros y el VAR

Aunque algunos relacionan los errores arbitrales con el tema de apuestas, hay directivos que no creen en esa versión, más allá de que muchas decisiones de los colegiados les generan dudas.

“Se han presentado partidos que nos dejan claro que hay cosas que no están funcionando. Hay que exigirle a la Comisión Arbitral que corrija lo que está mal. El VAR tampoco está funcionando bien. Lo del domingo en Envigado lo vimos todos, y si hay que sancionar a todos los árbitros, traigamos árbitros de afuera " señaló Eduardo Pimentel.

Entre tanto varios exárbitros reconocieron que el tema de la corrupción siempre ha permeado al gremio.

“Siempre han existido los árbitros corruptos que están en temas de apuestas; no voy a dar nombres, pero lo viví hace unos años con un árbitro que incluso fue Fifa y había recibido un dinero para favorecer a un equipo. Los mismos tipos que le dieron la plata lo aventaron ante la Comisión Arbitral. Yo hice una investigación sobre el tema de apuestas, con árbitros involucrados, pero eso no pasó a mayores porque no me permitieron seguir”, dijo Carlos Chávez, quien pitó del 2000 al 2009, y después fue instructor arbitral.

Por su parte Norberto Portela, exasistente arbitral durante varios años, aseguró que no vio anomalías de colegas involucrados con apuestas.

“En mis largos años en el arbitraje yo no vi que un compañero estuviera involucrado en apuestas; lo que sí noto, y coincidió con la llegada de las casas de apuestas al fútbol colombiano, es que se han presentado unos marcadores en algunos partidos, que no se daban antes. El nivel tan bajo que tenemos en el arbitraje es por la estructura que Óscar Julián Ruiz montó”, dijo Portela.

Agregó que “a la Comisión Técnica del arbitraje llegaron personas sin méritos, pero lo hicieron recomendados por Óscar Julián. Y ahí están también Imer Machado, Otálvaro Polanco y Fernando Avendaño, apoyados por Álvaro González que es el que manda”.

En igual sentido se pronunció otro exárbitro, Hárold Perilla, quien aseguró que “la corrupción viene de años atrás, hay tráfico de influencias; aquí no pita el que lo haga bien, sino el recomendado por Óscar Julián Ruiz”.

A raíz de la crisis, el jueves se llevó a cabo una reunión entre la Federación Colombiana de Fútbol y la Comisión Arbitral, con el fin de analizar lo sucedido y tratar de reestructurar la Comisión Técnica que está a cargo del exárbitro Imer Machado. Pero, de acuerdo a lo que se conoció, el tema no pasó a mayores y todo seguirá tal como está.

¿Y las amenazas?

Para enrarecer más el ambiente, apareció otro actor que ya dejó consecuencias: las amenazas.

El año pasado el español Iago Falque dejó al América después de que su carro recibiera varios impactos de bala, en sucesos que aún no han sido esclarecidos del todo.

Este año, Jaime de la Pava recibió muchas amenazas en su teléfono por el dudoso inicio del Deportivo Cali, lo que hizo que desde las directivas azucareras y las autoridades, se tomaran medidas para salvaguardar su integridad.

Y ahora el turno fue para el uruguayo José Aja, jugador del Medellín, y el técnico de Nacional John Bodmer. Los dos fueron intimidados vía whatsapp. Bodmer ya había sido objeto de insultos por parte de un aficionado que se coló en la rueda de prensa posterior a un partido con el Deportivo Cali.

“Lo de Aja da tristeza. Saben cuánto agradezco a este país, que me da trabajo, me ha cobijado a mí y a mi familia, nos han tratado bien. Pero se ha institucionalizado en este país el amenazar jugadores, llevar más allá del juego, si les gusta como juega o no, porque este no es el primer caso y no nos podemos hacer los distraídos”, dijo el técnico del Medellín, Alfredo Arias.

En cuanto a Bodmer, una fuente aseguró que “a él ya lo habían amenazado vía whatsapp, pero cuando se metieron con la esposa, ahí es donde decide renunciar porque sabe que cualquier cosa puede pasar en este país”.

En la Fiscalía reposan denuncias sobre supuestas apuestas y amenazas, pero hasta ahora ninguna ha llegado a feliz término, con algún implicado detenido o sentenciado.

El postre

Como si fuera poco para el coctel que deja en entredicho el fútbol colombiano, El País publicó en exclusiva la semana pasada la detención de que fue objeto el jugador del Bucaramanga, Fabio Delgado, al parecer por suplantación de nombre.

“A él se le detuvo en el hotel de concentración del equipo en Cali, antes de un partido, porque hay certeza de que ese no es su verdadero nombre. Fue dejado libre, pero la investigación continúa”, dijo una fuente de la Fiscalía.

Debido a eso, el Once Caldas instauró una demanda contra Bucaramanga, reclamando los puntos del partido que jugaron y que terminó 1-1.

El País conoció que en el torneo de ascenso hay otros jugadores que actúan con documentos adulterados, lo que atenta contra el juego limpio.

Les tocará a los directivos ponerse serios para limpiar de tanta mugre el fútbol, un negocio que deja buenos dividendos, pero que ante los últimos acontecimientos también transmite dudas y un mal olor.