Atletas del rompecabezas: así es el ‘speed puzzling’, el deporte que está en auge en Colombia

Por Santiago Cruz Hoyos - Editor de Crónicas y Reportajes

Imagine un rompecabezas de 42 mil piezas; un mural con la figura de los principales monumentos del mundo. ¿Estaría dispuesto a tomarse el tiempo para armarlo? En Colombia no solo hay quién quiera hacerlo, sino que se trazan un reto: lograrlo en el menor tiempo posible, como entrenamiento. Detrás hay un deporte nuevo llamado ‘speed puzzling’.

El deporte surgió en la década del 80 en Estados Unidos, cuando comenzaron a realizarse en todo el país competencias de velocidad para armar rompecabezas. El auge sin embargo viene desde 2020, a raíz de la pandemia del coronavirus. La humanidad confinada se empezó a interesar por los rompecabezas y a competir por armarlos rápido en encuentros a través de Zoom y videollamadas.

Un año antes, en Colombia, la abogada Jensy Nandar Bejarano se preguntaba si acaso alguien más hacía lo que ella hacía: coleccionar rompecabezas. En su casa tiene 500. Alrededor de 200 están exhibidos como pinturas.

La pasión de Jensy por los rompecabezas le surgió de casualidad. Un día fue a la casa de un amigo y vio que los cuadros eran rompecabezas. Semanas después pasó por una tienda y compró uno de 1000 piezas, la figura de un barco. No hubo vuelta atrás.

— Armar rompecabezas me relaja, me desestresa, me desconecta por completo. En mi caso no los intercambio como otros coleccionistas. ¡No soy capaz de desprenderme de mi colección!

Mientras ella compraba y armaba rompecabezas, empezó a investigar quién más compartía su particular afición. Descubrió un grupo en México y supo que no estaba sola en el mundo, que en realidad son miles los apasionados por los rompecabezas, algunos tan extraños y difíciles de encontrar que cuestan miles de dólares. Con la llegada del coronavirus, en el grupo empezaron a competir por quién los armaba más rápido.

En las competencias de ‘speed puzzling’ los participantes deben armar el mismo rompecabezas de forma simultánea. Nadie puede conocer la imagen hasta el momento de la partida. Hay un cronómetro visible y gana quien termine primero y de ahí en adelante se asignan las posiciones de acuerdo al orden en que terminan.

Y hay un tiempo máximo para armar el rompecabezas. En competencias locales son dos horas y media. En el mundial, hora y media. Terminado ese tiempo se cuentan las piezas restantes de las personas que no hayan terminado para posicionarlas en la tabla final.

A Jensy, mientras competía en el grupo de México, le surgió la idea: organizar el primer encuentro virtual de armado de rompecabezas a velocidad en Colombia. Era julio de 2020.

Compró decenas de rompecabezas de una misma referencia, con una misma imagen, y los envió por correo a la casa de cada uno de los participantes. El rompecabezas iba envuelto en un plástico negro para que nadie pudiera memorizar la imagen previo a la competencia.

En ese torneo conoció a Alejandro Gamboa, también coleccionista, y se convirtieron en los precursores del ‘speed puzzling’ en Colombia.

— Alejandro es una ‘pieza’ fundamental para que el deporte crezca en el país. En ese primer torneo fueron 15 participantes, categorías individual y parejas. Luego realizamos el segundo torneo, con una participación de 28 competidores. Nos pusimos como reto armar un rompecabezas de 13.200 piezas, pero no había suficientes personas y no lo logramos. Y en 2024 acabamos de hacer el torneo internacional en Colombia. De 28 participantes, pasamos a 146 (114 colombianos y 32 extranjeros de Brasil, Chile, México y Costa Rica). El presidente de la Federación de este deporte, ubicada en España, nos dio el aval para la realización del evento. Cada vez toma más auge el ‘speed puzzling’ en el país – cuenta Jensy, con la emoción de quien encuentra la pieza faltante del rompecabezas.

El torneo fue presencial, en Villa de Leyva, y la colombiana con mejor marca fue la ingeniera química nacida en Buga, Mariandrea Cruz. Ocupó el quinto lugar. A la segunda colombiana con mejores tiempos le tomó una ventaja de 26 minutos.

El primer video en la cuenta de Instagram de Mariandrea (@larompecabezas) es uno en el que arma un rompecabezas con las fichas boca abajo, tal como lo hacía a los 6 años en la casa de su abuela.

— Mi abuelo tenía una colección, entonces había uno de 100 piezas que era el que siempre me prestaban cuando estaba chiquita, ese lo aprendí a armar al derecho y al revés. Después me fueron prestando los rompecabezas más grandes, de 500 o más piezas. Mientras tomaban tinto, yo iba armando. Con los años heredé esa colección, que fui ampliando. Ahora tengo casi 130 rompecabezas – dice Mariandrea, para quien esta pasión no solo la desconecta, la relaja, sino que también le deja lecciones para la vida.

— Sin importar lo difícil que sea el rompecabezas, lo grande, o la técnica que uses, al final tiene una solución. Es convertir el desorden en orden. Es una disciplina que además te enseña de análisis espacial, resolver problemas, hacer relaciones de formas, figuras, colores, desarrollar la concentración, la paciencia, no rendirse, atención al detalle.

Mariandrea descubrió que existían competencias de armado a velocidad de rompecabezas gracias a la youtuber Karen Puzzles, a quien siguen casi 300 mil personas.

Al principio, Mariandrea empezó a competir consigo misma en su casa. Tomaba un cronómetro y armaba el rompecabezas. Unos meses después se enteró del torneo que organizaba Jensy y se inscribió. Fue segunda en esa primera participación. También viajó a México a competir en mayo de 2023.

Cada que tiene una competencia, procura entrenarse armando mínimo un rompecabezas al día, no importa lo cansada que llegue del trabajo, y cinco diarios los fines de semana.

Ahora su sueño es ganar el nacional de ‘Speed puzzling’ en Colombia, que se realizará en julio de 2024, y llegar a la final del mundial que se realizará en España. Mariandrea ya tiene el cupo y los tiquetes. Busca marcas que la patrocinen para cubrir todo lo demás.

El campeón vigente es el español Alejandro Clemente, quien arma rompecabezas de 500 piezas en poco más de media hora: 32 minutos y 41 segundos.