CICLISMO
Hace 50 años, 'Cochise' Rodríguez le entregó a Colombia la primera conquista mundial en deporte
Martín Emilio Cochise Rodríguez continúa, a sus 79 años de edad, disfrutando de la bicicleta.
Tranquilo, con voz pausada, pero en la que transmitió júbilo y orgullo, porque como dice "recordar es vivir", Martín Emilio Rodríguez rememoró una hazaña que le dio un giro a su vida y permitió que en Colombia, país que en ese momento no sonaba con fuerza en el plano deportivo internacional, se empezara a creer que lo imposible sí era posible.
En una fecha como hoy, hace 50 años, en Varese, Italia, Martín Emilio Cochise, sin comillas porque hace buen tiempo decidió ponerse ese tercer nombre en su documento de identidad, se convirtió en el primer deportista del país en conquistar un título mundial.
El 27 de agosto de 1971, el antioqueño, quien tiene ahora 79 de edad, hizo que millones de colombianos se pegaran a la radio para escuchar en vivo el desenlace de la final de la prueba de los 4.000 metros persecución individual, tras la cual, luego de imponerse ante el suizo Josef Fuchs, despertó la euforia de una nación que empezó a soñar en grande.
Un año antes tras batir el récord mundial de la hora en México, Martín Emilio daba aviso que estaba para triunfos mayores.
Su conquista causó tanta sensación, que el presidente de la época, Misael Pastrana Borrero, no vaciló en contactar a Cochise vía telefónica para felicitarlo y decirle que actos como el que acababa de conseguir en suelo europeo le devolvían al país "la fe en sus posibilidades".
Gracias a este logro en Italia, así como otros importantes que reposan en su palmarés, Martín Emilio sigue siendo recordado y reconocido en cada rincón que pisa en territorio nacional. Mientras muchos se le acercan a pedirle un autógrafo o sacarse una foto con él, los más jóvenes le piden consejos con la ilusión de ser tan grandes como lo fue él.
En charla con El Colombiano, Cochise habló del título que abrió el palmarés exitoso que ahora goza Colombia ante el mundo.
¿Qué sentimiento lo embarga 50 años después de darle la primera conquista mundial a Colombia en el deporte?
"Mucha alegría, porque imagínese si hoy es duro conseguirlo, en esa época lo era más, pero nunca dejé de creer en mis condiciones. Fue un momento grato, una proeza, y un punto de partida para abrir la senda victoriosa del país en eventos mundiales no solo en el ciclismo sino en otras disciplinas".
¿Qué logró el país con aquella victoria?
"Hubo demasiado júbilo, hasta el presidente Pastrana me llamo a felicitarme por esa hazaña no solo para Colombia sino también para Latinoamérica. Pienso que lo más importante fue la confianza que adquirieron los demás deportistas, porque se apreció que sí podíamos hacer la diferencia ante los otros referentes en el mundo. Si yo pude, ¿por qué los demás no? Entendimos que los sueños sí se cumplen. Siento satisfacción ser ejemplo a seguir".
Así es, porque en los lugares que visita siempre hay alguien que lo recuerda...
"Eso es algo grandioso, ganarme el cariño de la gente. Todavía reflejan alegría cuando me ven. De hecho me dan las gracias por todo lo que conseguí para el país. Hasta me dicen que ojalá Dios me regale más años de vida, todo ello me llena de satisfacción. Recordar es vivir como dice el dicho. Son 50 años que pasaron pero aún se habla de ese título".
Es que en realidad dejó huella...
"Sí, ser referente no es fácil y mucho menos que te reconozcan lo que conseguiste. Es que se pueden lograr buenos resultados, pero entrar en el corazón de la gente es complicado. Entonces que los abuelos y papás les digan a los niños quién fui es en realidad muy grato para mí, pues mi nombre no se olvida".
¿Qué recuerda de la competencia en Italia?
"Fue maravilloso, algo que muchos no esperaban, entre ellos los europeos. Pero había soñado y trabajado por un título de esos varias veces y lo conseguí. Recuerdo muy bien ese instante. Gané con la bicicleta con la que siempre corrí, de marca italiana - Pogliaghi-, de color plateada, como niquelada, la cual la conservó en el garaje de mi casa -en el barrio La Alameda de Medellín- como si fuera un trofeo. Mi técnico era el italiano Claudio Costa, quien me supo guiar ronda tras ronda para llegar con mente fuerte a la final. Recuerdo que en la definición del título le dije a Costas que iba a ganarle a Josef Fuchs por 200 metros (risas), es que me tenía mucha confianza. Al final, en esa pista tan larga, que era casi de 400 metros, casi lo alcanzo. Gané con demasiada ventaja".
¿Cuál era su secreto para hacer la diferencia en pista y en ruta?
"El trabajo constante en ambas modalidades para mejorar en técnica y rendimiento. Fue una labor ardua que se hizo, de madrugar a montar en bici y de no trasnochar. De comer bien, nada de licor, distracciones... Estar bien preparado y enfocado en lo que se quería eran claves".
Y ser tan profesional se le ve reflejado, a sus casi 80 años de edad, pues aún sigue rodando...
"Así es, esa en una felicidad, lo cual le agradezco a Dios porque es lo que más me apasionó en la vida y lo que me dio para ser alguien y levantar a mi familia. Salgo a montar entre 50 y 60 kilómetros diarios. El día que no lo hago es porque está lloviendo, pues de nada vale salir a mojarme sin necesidad, ni que me estuvieran pagando (risas)".
¿Qué consejo les da los jóvenes deportistas?
"Que se preparen bien, que trabajen por lo que desean, pues soñar no cuesta nada y todo, con honestidad, se puede alcanzar. Que tengan ganas, entusiasmo, disciplina y, sobre todo, voluntad de pararse sin que la pereza sea un obstáculo. Además, que complementen el deporte con el estudio, es la mejor fórmula para tener éxito".
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