Deportes
Daniela Castillo, la llanera que decidió ser árbitra de la Liga Femenina y no reina de belleza como querían en Villavicencio
Daniela suma más de 20 partidos dirigidos en la Liga Femenina, y aspira a ser tenida en cuenta en torneos internacionales.
Tiene 25 años, es llanera y está en el arbitraje desde el 2015, porque pudo más su amor por el fútbol, que los cantos de sirena que le llegaron constantemente para ser reina en Villavicencio.
Daniela Castillo se ha hecho a pulso. Desde muy niña perdió a su madre, y el otro golpe duro lo recibió el año pasado con el fallecimiento de su padre. Por esa razón le tocó vivir con sus tíos Marina y Tobías, quienes la criaron y le enseñaron valores y principios que hoy aplica en el día a día.
Aunque el año entrante se gradúa de abogada, Daniela no piensa dejar el arbitraje porque, dice, aún tiene retos y sueños por cumplir.
En cada jornada de la Liga Femenina sobresale su belleza, pero también su capacidad para sacar los partidos adelante y para hacer los méritos que la conviertan en árbitra internacional.
¿Por qué árbitra?
Porque me gustó desde un comienzo. Inicié en el 2015 por una invitación de un árbitro internacional en ese tiempo, Humberto Clavijo, y de inmediato ingresé a la Corporación de Árbitros de Fútbol del Meta; yo entrenaba atletismo en esa época y vi que en el estadio estaban entrenando algunos árbitros; me acerqué, después fui a la Corporación y empecé pitando partidos de niños. Era difícil al comienzo, pero a la vez muy bonito porque el fútbol es emoción, e impartir justicia es algo lindo. En el 2017 estuve en la primera pretemporada de árbitras y luego me invitaron a un partido profesional femenino como asistente, que fue Patriotas-Equidad.
¿Cuándo fue su debut como árbitra central?
El 11 de febrero de 2018 en un partido Bogotá-Fortaleza en Zipa, de la Liga Femenina. Ahí empiezo como árbitra central, ya llevo 46 partidos, y 23 como central. Gracias a Dios la Comisión Arbitral me dio la oportunidad de estar de cuarta árbitra en un partido masculino, del torneo de ascenso. También estuve en Llaneros-Orsomarso hace poco. He estado en los cursos de la Fifa, donde vienen instructores de otros países y ahí siempre aprovecho para aclarar dudas y aprender más.
¿Cuál es su meta en esta actividad?
Mi anhelo es ser árbitra internacional; no solo es llegar a portar una escarapela Fifa, sino ser tenida en cuenta en torneos olímpicos, copas y mundiales que es mi gran sueño.
¿Qué es lo más difícil de ser impartir justicia en un partido?
Tener la capacidad y la personalidad de saber afrontar las situciones, porque uno no es perfecto; van a llegar momentos en que uno cometa un error, y ese error lo marque a uno. Ahí es donde hay que tener la fortaleza mental para pararse y seguir porque todo el mundo se viene encima. Un error puede dañar los demás minutos del partido, entonces hay que trabajar para evitar las equivocaciones.
¿Se habla con sus compañeras de otros colegios arbitrales sobre temas de partidos y demás?
Comparto opiniones con las compañeras de diferentes Ligas, de Cali, Medellín, Bogotá... de todos lados; hablamos de los partidos, de los resultados, también con compañeros árbitros. Me gusta hacer esa retroalimentación para tener una opinión de ciertas jugadas y seguir creciendo.
¿En la Liga Femenina hay respeto o también se presentan reclamos airados?
Hasta ahora no he visto nada extraño, han sido muy respetuosas. Hay momentos en que se manejan emociones y de pronto aparece un gesto, como el de una arquera hace ya rato; pero de resto han sido muy respetuosas, se acercan, me hablan, me alertan de cualquier cosa. No soy enemiga, somos amigas, entonces hablamos y les pido que pongamos todas de nuestra parte para que el partido salga bien. Nosotras somos mediadoras cuando se presentan inconvenientes entre las jugadoras.
¿El arbitraje femenino ha crecido a la par de la Liga?
Me parece que sí, gracias a la Comisión Arbitral con sus cursos de capacitación; hemos fortalecido los conocimientos, eso nos ha ayudado para hablar un solo idioma en cada partido; tratamos de tomar las mejores decisiones.
¿Cuál es el partido que considera pitó para 10 puntos?
Hay dos: Santa Fe-Nacional y Nacional-Deportivo Cali. Me sentí muy bien en esos dos partidos, hubo continuidad del juego, y todas pusieron su granito de arena para que las cosas salieran bien.
Cuando no está en el arbitraje, ¿qué otra actividad desempeña?
Estoy terminando mis estudios de Derecho; el año pasado terminé materias y ahora estoy en Judicatura; Dios mediante el año próximo me gradúo de abogada. Pero seguiría como árbitra, es mi pasión. Cuando no estoy en un estadio, trabajo de lunes a viernes en la secretaría jurídica de la Gobernación del Meta. Allí me han apoyado para dedicarme al arbitraje.
¿Le han propuesto ser reina o modelo?
Sí, una vez me invitaron para que fuera reina en un evento de comunas, es algo que se hace acá en Villavicencio todos los años, pero no me animé porque estaba comenzando en el tema del arbitraje. Aunque me insistieron ser reina, dije no porque me podría afectar. Lo que sí me gustaría es ser modelo de ropa deportiva, reina no.
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