“Pisotearon la democracia”: expresidente del Deportivo Cali, Luis Fernando Mena, habló de su polémica salida y del riesgo en que está el equipo

Por Francisco Henao Bolívar

El 22 de agosto hubo remezón dirigencial en el Deportivo Cali. Con dos directivos ausentes, Luis Fernando Mena y Hárold Losada, los otros tres miembros del Comité Ejecutivo (Guido Jaramillo, Eduardo Calderón y Diego Quintero), reunidos en la sede administrativa, acordaron el relevo en la presidencia, una decisión que sorprendió a muchos socios e hinchas del equipo verdiblanco.

Esa movida supuso la salida del entonces máximo directivo, Luis Fernando Mena, y el arribo a esa posición de Guido Jaramillo. Mena, quien venía abiertamente distanciado con los tres dirigentes que propiciaron su salida de la presidencia, calificó la situación como un golpe bajo, aclarando que en ese momento estaba recluido en una clínica, y que lo acordado en dicha reunión no tenía validez ante el Ministerio del Deporte.

Un poco más de dos meses de su salida de la presidencia del Deportivo Cali, Mena decidió hablar sobre lo acontecido, pero también del futuro que le ve al equipo.

¿A usted lo sacaron o se fue?

Yo me fui por la forma en que pisotearon la democracia y como actuaron tres miembros de la directiva. Eso de hacer un Comité cuando Hárold Losada no estaba en Cali, y yo estaba en una clínica desde las 8:00 a.m., es muy bajo. Y en la toma de decisión estuvo Diego Quintero, que ni siquiera había sido nombrado en el Comité. ¿Quién es el que llama a un Comité? El Presidente. Y ellos lo hicieron.

¿Usted apeló?

Sí, me opuse y apelé, no con el fin de regresar, sino con la idea de mantener la democracia en el Deportivo Cali, que es un equipo democrático, de tradición, para que tres personas vengan a hacer lo que hicieron. Pisotearon la democracia. Eso no tiene presentación, y más, cuando le entregué al Deportivo Cali mi salud y tranquilidad. Me retiré de la presidencia y del Comité.

Fue al Ministerio del Deporte para denunciar esa situación. ¿Qué le dijeron?

Yo radiqué la apelación, dije que no estaba de acuerdo con lo que hicieron porque era ilegal. El Ministerio no reconoció ni la decisión, ni lo que habían hecho. El Cali legalmente no tiene Presidente. Por el afán se olvidaron de algunas cosas, no las hicieron bien.

¿Sospechó que eso podía pasar?

Sí, desde que entró Quintero, porque llegó a hacer daño. Antes de él teníamos un buen Comité, estaba Marco Caicedo. Gabriel Robayo se fue y antes de irse pidió que metiéramos a Quintero, y lo hicimos. Pero no sabía lo que era. Sacó a Pinto, un hombre correcto. El Comité estaba dividido 3-2, Losada es un señor y trabajábamos con los demás, pero todo se dañó porque a Jaramillo y a Calderón los voltearon.

¿Cómo se enteró de la decisión de que ya no era el Presidente?

Por las noticias, porque ni siquiera tuvieron la decencia de llamarme. Yo ese día fui a un partido en nuestro estadio y allá se escondieron. No volví a ningún otro partido. Me fui dolido con ciertos asociados que se encargaron de hacer la guerra. Es que en el Cali, cuando ven que alguien trabaja por el equipo, de inmediato empiezan a tirarle piedras.

¿Qué les dice a los que dijeron que usted mintió con lo del inversionista?

No era un inversionista, sino un empleado de los interesados en invertir en el equipo. Lo trataron muy mal y yo mismo le dije que no volviera. Estuvo detenido en Estados Unidos, pero por embriaguez. Luego vino un mexicano que lo trajo otro directivo y nunca dijo que el Deportivo Cali tenía que pagar todos los gastos de esa persona. Pero a la gente le dijeron que yo era el mentiroso. Yo acepto que me equivoqué en muchas cosas, pero en otras situaciones no tuve nada que ver y quedé como el malo del paseo.

Directivos, socios e hinchas dijeron que usted, por el afán de protagonismo, se tiró muchos negocios...

Que me digan qué negocios me tiré. En cambio, yo sí puedo decir todo lo que hice por el Cali. El señor Carlos Baeza, socio del equipo, dijo que yo le cobraba al Cali 2,34 % de intereses mensuales por unos préstamos que le hice al equipo. Eso es mentira. Un préstamo muy grande lo hice al 0,7 % de interés mensual, y el otro, viendo la situación, presté al 0.4 %. ¿Quién presta así? Nadie. Y no presté siendo Presidente. Lo hice porque hablábamos de la dura situación y nadie aportaba. Presté el dinero para salir del problema.

¿Usted sigue cobrando ese dinero o renunció a ello?

No me han pagado y no voy a renunciar a cobrar mi dinero, menos con este Comité. Presté para pagar nómina porque estábamos expuestos a sanciones.

¿Es cierto que no quería llevar al equipo a la ley de reestructuración porque se embolataba el dinero que prestó?

Eso es de ignorantes, porque nunca estuve pendiente del dinero que presté. Del único dinero que sí estuve detrás para que me pagaran era el que tenía destinado para el matrimonio de mi hija; se lo presté al Cali para que el equipo femenino viajara a un torneo en Ecuador. Y me pagaron. Yo no quería que el equipo entrara a la ley en ese momento. Si el Deportivo Cali no hace las cosas bien ahora, puede desaparecer, lo pueden intervenir. Porque con un empleado que vaya hoy y demande por falta de pago, se acaba el acuerdo.

¿Dejó adelantado algo sobre algún inversionista para el equipo?

Dejé adelantado lo de unos inversionistas colombo-americanos que han entregado todo lo que les ha pedido la firma auditora. Quieren comprar el 80 % del equipo, pero como que no les ha interesado a los directivos.

¿Por qué no fue a la última asamblea?

Porque no quiero saber nada del Comité. Allá se apareció mi hijo, no sabía que iba a ir, y les dijo unas cuantas verdades, les preguntó que por qué habían sacado a la única persona que metía plata en el equipo. El único que le contestó fue Hárold Losada que es un señor. Pero hay cosas que prefiero callar, y otras que se estaban haciendo mal y las tuve que parar.

¿Como cuáles?

Muchas: primero, la contratación del arquero panameño. Comenzaron diciendo que su sueldo sería de 7 mil dólares, después lo subieron a 8 mil, más vivienda. Al cerrar la contratación, dijeron que había que pagar una prima de 50 mil dólares, a lo que me opuse rotundamente. Tenían un afán de firmarlo que me dejó claro para dónde iba el tema. Después vino lo de Juan Manuel Valencia, quien venía del Tolima. No pasó los exámenes médicos, me opuse también a ese fichaje, pero aún así lo contrataron y ahí está, no puede jugar porque no lo inscribieron. Otra cosa que hice fue parar la regaladera de camisetas. Todo el mundo sacaba camisetas para fulanito o zutanito. Frené eso porque el Cali no estaba para perder plata de esa manera.

¿Qué errores admite?

Para muchos cometí errores, como dirigir el tránsito varias veces a la entrada y salida del estadio. Una vez en el estadio estaba un muchacho que me pedía a gritos una camiseta. Error mío fue quitármela y regalársela porque de ahí se pegaron para criticarme.

También lo señalaron de populista, como aquella vez que fue a la tribuna de la barra más radical, previo a un partido, para saludar o ser aplaudido por los hinchas...

La barra Frente Radical es la más fiel que tiene el Deportivo Cali. Va a donde tengan que ir para acompañar al equipo. A esa barra hay que agradecerle, no despreciarla. Siempre les expresé mi agradecimiento, hablé con ellos para que no sabotearan los partidos porque el equipo necesitaba el apoyo y no una sanción de su estadio. Ser presidente de una compañía, institución o de un país, no lo aleja del pueblo. Al contrario, es donde más cerca debe estar. Y la hinchada del Cali es el pueblo, y a todos me les acerqué y los respeté.

¿Hay quienes dicen que la venta de Pance 2 fue un negocio que no benefició al Cali?

Fue una venta transparente que hice yo. Lo vendí a la Alcaldía, que ofrecía 5 mil millones de pesos. El avalúo indicaba que valía 8 mil millones de pesos, y lo terminé vendiendo en $11.700 millones. Ese dinero le entró al Banco de Occidente, al Deportivo Cali, se pagaron otras deudas, además de mil millones en estampillas. ¿Qué suspicacia puede haber? La plata entró a una fiduciaria. Al banco se le debía un dinero importante y se le pagó.

¿Usted sigue al Deportivo Cali?

No, yo quedé como han quedado todos los expresidentes del Cali: desilusionado. Para todo el mundo yo decía mentiras, pero nunca dijeron todo lo que hice por el Cali. Mi tiempo en el equipo fue con entrega y transparencia. Presté dinero en uno de los peores momentos de la institución. Di siempre la cara, negociamos con la Dian por la deuda que se tiene, traje a uno de los mejores técnicos. Hoy recuerdo al profe que me dijo que me cuidara de los compañeros que tenía en el Comité.

¿Qué futuro le ve al Deportivo Cali?

Deportivo Cali está en alto riesgo. Ya se vence octubre y no sé de dónde van a pagar. Una demanda laboral por el no pago de las obligaciones, se acaba el acuerdo y al Cali lo intervienen. Al Cali le deseo lo mejor porque soy hincha de corazón. Estuve todo este tiempo entregándole lo que tenía que entregar. Heredé la presidencia, la cual llevé con respeto. Pero me fui con una tristeza, no por la institución, por los asociados que se dejan manosear.