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¡El partido que viene! Clubes colombianos quieren bajar salarios de jugadores; el gremio se opone

La emergencia por el coronavirus ha llevado a muchos equipos a tener grandes pérdidas económicas.

26 de marzo de 2020 Por: César Polanía, Editor de Afición
Imagen del clásico 291 entre América y Deportivo Cali disputado en el estadio Pascual Guerrero. | Foto: Bernardo Peña - El País

Cuando el fútbol vino a este mundo —dicen que por allá en 1863, en Inglaterra—, se esparció en todo el planeta como un ‘virus’ que ha contagiado hasta hoy a unas 270 millones de personas que lo practican, según datos de la Fifa.

Y ahora, otro virus, también con categoría de pandemia, pero que ha cobrado vidas humanas, tiene paralizado al deporte más popular de todos. Que el balón ruede nuevamente en poco tiempo es una incertidumbre.

En Colombia, el coronavirus no ha entrado a los camerinos ni los estadios como ya lo hizo en Italia y España, pero la Liga nacional fue la primera del continente suramericano en cesar los partidos. 900 jugadores de 36 clubes —20 de la A y 16 de la B— están ahora en sus casas, recogidos con sus familias y haciendo entrenamiento individual mientras las condiciones lo permitan, a la espera de que el Covid-19, que ya contagió a 491 colombianos —hasta ayer—, sea un visitante pasajero. Eso, en realidad, nadie lo sabe.

Que el coronavirus haya paralizado el campeonato colombiano significa que los clubes no están recibiendo dinero por taquillas, televisación de los partidos, venta de camisetas, recaudos por derechos federativos de jugadores vendidos, ni patrocinios. Significa, en otras palabras, que los equipos no tienen con qué pagarles los salarios a sus futbolistas.

El fútbol es un negocio de reacción en cadena. Lo que sucede en Europa ponto se repite en Suramérica y con efectos similares. Allá en el Viejo Continente, clubes como el Barcelona español y el Bayern Munich alemán han anunciado que disminuirán los salarios de los jugadores para paliar la crisis. En Colombia, ya varios equipos han manifestado esa misma intención.

Millonarios es uno de ellos. El club capitalino, a través del presidente de la junta directiva, Gustavo Serpa, lanzó su estrategia sin ningún reparo: “Nosotros no nos vamos a sentar a conversar (con los futbolistas), porque esta medida no resiste el diálogo. Vamos a poner un tope salarial y esperamos que los jugadores lo acepten. No tengo duda de que la gran mayoría lo va a aceptar. Nadie va a dejar de recibir dinero, pero el tope máximo va a estar cerca de los 10 y 12 millones de pesos”.

Su rival de patio, Independiente Santa Fe, apeló a una ‘jugada’ igualmente polémica. El presidente del club cardenal, Eduardo Méndez, autorizó la publicación en redes sociales de un particular sondeo a los hinchas, que les preguntaba si estaban de acuerdo con la disminución de los salarios de los futbolistas. Muchos contestaron que sí. Otros criticaron a los directivos por exponer de esa manera a los jugadores.

“La encuesta solo quiso sondear el querer de los aficionados para nosotros tomar decisiones en diálogo con los futbolistas. Estamos a la espera de que el Ministerio de Trabajo nos responda unas inquietudes que planteamos”, explica Méndez.

¿Y los equipos de Cali?

Pero rojos y azules no son los únicos en la misma tónica. Deportivo Cali tiene listo ya un plan de choque con ese propósito. Marco Caicedo, su presidente, lo expone: “Nosotros no hemos tomado una decisión todavía. Esta pandemia del coronavirus nos cogió a todos fuera de base y estamos volando a ciegas con un alto grado de incertidumbre, pero la parte administrativa ya dio un paso disminuyendo su salario y esperamos que los jugadores sean solidarios y acepten la propuesta”.

La nómina del primer equipo, afirma Caicedo, tiene un costo mensual de 1300 millones de pesos “y la institución ha dejado de percibir cerca de mil millones en este último mes por ‘merchandising’, venta de camisetas, publicidad, patrocinios y taquillas, pero su mayor impacto obedece a no poder ejecutar las cuentas por cobrar de la venta de los derechos federativos de jugadores al fútbol mexicano, por ejemplo, porque todas las ligas están quietas”.

Caicedo asegura que si la paralización de la Liga colombiana se prolonga, “es probable que el otro semestre no hagamos contrataciones o tengamos que prescindir de jugadores costosos de la nómina”.

El mayor propietario del América, Tulio Gómez, habla de un panorama más crítico. “Si la Liga se reactiva en un mes, no tendremos tantos inconvenientes financieros, pero si llega la mitad del año y nos sigue afectando el tema del coronavirus, se acaba el fútbol en el mundo, porque los equipos no tendrían ingresos”.

Dice Gómez que la pandemia le impide al América recibir unos 2000 millones de pesos mensuales por cuenta de taquillas, venta de camisetas, patrocinios y otros ingresos, en tanto que los salarios de los jugadores representan 1500 millones. “No nos da, a ningún club le da, y así vamos a desaparecer”, sentencia.

Silencio de los jugadores

Los jugadores en Colombia no se atreven a dar declaraciones a la prensa sobre el tema. El País quiso conocer el pensamiento de los capitanes del Cali y el América, pero no fue posible. Siguen guardados en sus casas, en cuarentena, al igual que sus palabras frente a un tema tan sensible como lo es su salario.

Desde Turquía —fue la última Liga en el mundo que paró los partidos—, el delantero vallecaucano Hugo Rodallega, que juega para el Denizlispor, sí dio su opinión al respecto: “El futbolista no tiene la culpa de lo que está pasando. Hay que buscar otra alternativa que no sea bajarles el salario a los jugadores”.

Carlos González Puche, director de la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro), afirma que los jugadores no consideran reducir sus salarios. “En Colombia hay futbolistas que ganan el mínimo, los hay, y menos de eso no se les puede pagar”.

Argumenta el exjugador de Millonarios y América que no pueden algunos directivos de los clubes, de manera unilateral, imponer la disminución del sueldo de los futbolistas, ni tampoco hablar de solidaridad. “Esa palabra no existe en los negocios y el fútbol es eso, un negocio”.

“Si un equipo, de manera unilateral, le baja el sueldo a un jugador, es ilegal. Y no puede exigirle solidaridad cuando ha habido muchos casos de jugadores que han sido sacados a patadas de los clubes y quedan en la inopia, sin seguridad social, sin pensión, sin salud”, advierte González.

Y agrega: “¿Por qué no asume la Federación Colombiana de Fútbol la situació?. Pude acceder a muchos recursos, como los créditos blandos que propone el Gobierno, y tiene con qué pagarlos, porque ostenta un contrato de televisión por 40 millones de dólares para los próximos cuatro años”.

La pelota, en este momento, parece estar en la cancha de los directivos. Es incierta la reacción de los jugadores cuando el balón pase a su campo.

Lo único claro es que la pandemia del coronavirus cobró dentro de sus víctimas a uno de los negocios más redondos del planeta y los salarios se paran ahora en la mitad de la cancha como factor de división en un mismo equipo.

La posición de la Dimayor

El presidente de la Dimayor, Jorge Enrique Vélez, considera que los jugadores deben ser solidarios en esta coyuntura que está viviendo el fútbol colombiano por causa de la pandemia del coronavirus.

Su propuesta, que no debe ser necesariamente adoptada por todos los clubes y jugadores, es que los futbolistas reciban un porcentaje de sus salarios ahora y el resto, cuando se normalice la situación.

En los próximos días, el presidente de la Dimayor y los directivos de los 36 clubes discutirán virtualmente el tema de los salarios de los jugadores.

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