Giro de Italia
Giro de Italia 2023 | El análisis de una segunda semana desgastante y con la mirada puesta en Roma
La primera gran carrera del año tuvo este lunes su última jornada de descanso.
Las condiciones dantescas a las que se han enfrentado los ciclistas en las dos primeras semanas del Giro de Italia han diezmado el pelotón, relanzando incluso el debate sobre los límites del sufrimiento en un deporte que sin embargo lo lleva en su ADN.
Marcado por la lluvia y el frío, ha perdido a un tercio de sus corredores ya sea por enfermedad o por accidente, en un país que ha sufrido violentas inundaciones que se han cobrado 14 vidas, con 36.000 personas que han tenido que ser desplazadas.
Algunos están al límite. “Es mi 16ª gran vuelta y nunca había visto condiciones tan difíciles”, señaló el francés Maxime Bouet.
El viernes los ciclistas dijeron basta. Amenazando con una huelga, reclamaron que se recortara la 13ª etapa y la organizadora, RCS, terminó aceptando.
“Una buena decisión si queremos llegar a Roma con al menos 50 corredores”, aplaudió el británico Geraint Thomas, vencedor del Tour de Francia en 2018.
Pero varios antiguos corredores no están de acuerdo. “Estamos destruyendo nuestro deporte”, dijo Marc Madiot, mánager del Groupama-FDJ y doble vencedor de la París-Roubaix.
Según el excorredor francés los corredores “están perdiendo el hilo de lo que es la historia del ciclismo, las leyendas de Eddy Merckx, los momentos de bravura de Luis Ocaña...”. “El ciclismo es algo que nosotros hacemos y que otros no pueden hacer”, añadió.
‘En la fábrica estarán cubiertos’
“Respaldo lo que dice Marc”, señaló a la AFP la leyenda francesa Bernard Hinault, que se impuso en la Lieja-Bastoña-Lieja bajo un temporal de nieve en 1980, una edición que finalizaron 21 corredores de los 174 que comenzaron.
“Ya me he tenido que enfadar con corredores y les he dicho: ‘Si no están de acuerdo para hacer ciclismo, vayan a la fábrica, allí estarán cubiertos’”, añadió el ganador de cinco ediciones del Tour.
El abandono en este Giro del favorito, el belga Remco Evenepoel, debido a un test positivo al covid-19 provocó también algunas críticas. “Deja la batalla antes de que comience”, fustigó la referencia italiana Francesco Moser.
Adam Hansen, elegido en marzo presidente de la CPA (Ciclistas Profesionales Asociados), respondió: “La gente no se da cuenta de lo que atraviesan los corredores”.
El antiguo campeón mundial belga Philippe Gilbert, ahora comentarista en Eurosport, defendió la “sabia” decisión de recortar la etapa del viernes.
‘Caballos de carrera’
Según el director del Giro, Mauro Vegni, no es la edición “más difícil” que ha vivido, recordando que en 1995 “llovió de la primera a la última etapa”, pero reconoció que “la manera de correr ha cambiado”.
De hecho, el Giro de 2023 abre un viejo debate. Por un lado la organización, cuyo objetivo es proponer un espectáculo deportivo, pero también ganar dinero. Y por el otro los corredores, en primera línea para lo bueno y lo malo.
El bienestar y la salud mental y física han ganado relevancia en un deporte que ha sufrido a menudo casos de ‘burn-out’ (agotamiento).
“Algunos equipos y organizadores solo ven a los corredores como caballos de carrera reemplazables”, lamentó Hansen, partidario de que de manera general las etapas sean más cortas.
Geraint Thomas, uno de los veteranos del pelotón, se despachó el sábado contra las críticas de antiguos ciclistas. “Hay muchas cosas que pasaron en los años 80 y 90 que no se hacen ahora. Estamos orgullosos de esto, así que pueden decir lo que quieran”, dijo sin querer mencionar la palabra dopaje.
Con información de AFP.
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