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James Rodríguez completó seis clubes en cuatro años; este es el viacrucis del colombiano
El mejor jugador de la pasada Copa América solo logró anotar 12 goles en sus respectivos clubes, durante cuatro años.
La situación actual de James Rodríguez en el fútbol europeo es preocupante. Desde su llegada al Rayo Vallecano, el ‘10′ de la Selección Colombia no pudo demostrar el porqué fue elegido como el mejor jugador de la reciente Copa América.
Iñigo Pérez, entrenador del equipo ‘rayista’, optó en pocas ocasiones por ingresar a James a la cancha desde la suplencia, o solo ponerlo a actuar como titular en dos compromisos, siendo algo totalmente inexplicable para su hinchada, que pedía a gritos la presencia de James en el campo de juego.
Lo de James es “un caso digno de estudio”, así lo catalogan diferentes medios europeos, pues el colombiano llega a los clubes siendo un ídolo y figura, y se va como la gran decepción de la temporada.
El viacrucis de James
Los problemas de James empezaron en el 2021, año en el que decidió salir de Everton por la llegada de Rafa Benítez, con quien había tenido problemas en Real Madrid y que ya le había augurado pocos minutos de juego.
En vez de buscar un club competitivo y mantenerse en la élite del fútbol europeo, decidió irse a Catar al fichar por el Al-Rayyan, donde las lesiones y una charla con Néstor Lorenzo para volver a recuperar su nivel con la Selección Colombia le dieron pie para que dejara el club, mismo en el que disputó escasos 16 partidos (1.239 minutos, cinco goles y siete asistencias).
Después de terminar su paso con el equipo catarí, James decidió volver a Europa y fichar por el Olympiacos, un equipo donde ni siquiera duró un año; jugó siete meses y decidió ponerle fin a su contrato.
En este equipo de Grecia, James jugó 23 partidos, sumando un total de 1.528 minutos en el campo de juego, en los cuales se reportó con cinco anotaciones y seis ‘pasegoles’.
Una vez dio por finalizado su contrato y para sorpresa de muchos, James decidió volver al fútbol sudamericano y unirse al São Paulo. El mediocampista nortesantandereano llegó entre bombos y platillos al Morumbi, pero la afición ‘soberana’ también se llevó una decepción.
Pese a que todo pintaba bien y tuvo un buen arranque con el club de la mano con su entrenador Dorival Júnior, este último fue llamado a comandar la selección de Brasil y allí empezó el nuevo calvario para James. Nunca se acopló a la nueva idea de juego de Thiago Carpini y Luis Zubeldía, por lo cual terminó yéndose por la puerta de atrás.
Durante su paso por el club brasileño, James sumó 939′ minutos repartidos en 22 partidos, en los cuales anotó dos goles y dio cuatro asistencias. A pesar de que sumó dos títulos a su palmarés (Copa de Brasil 2023 y Supercopa de Brasil 2024) no tuvo ninguna incidencia en estas conquistas.
Llegó la Copa América y James Rodríguez tuvo una actuación impecable con la Selección Colombia y pese a que la Tricolor perdió la final, el ‘10′ fue elegido como el mejor jugador de este certamen.
Para esta instancia, todo parecía indicar un nuevo aire para el colombiano, además, sabiendo que se estaban dando las conversaciones con Rayo Vallecano y su anhelo de volver al fútbol europeo se iba a hacer realidad.
La presentación de James se dio por lo alto y la hinchada del ‘Vallecas’ se ilusionaba por contar en su plantilla con el mejor jugador de la Copa América, pensando que nuevas peleas por competencias con James en cancha estarían aseguradas; sin embargo y como se dio la historia con sus últimos clubes, todo se fue cuesta abajo.
El goleador del Mundial de Brasil 2014 y mejor jugador de la Copa América no se adaptó al estilo de juego de Iñigo Pérez, quien tampoco le daba minutos en el campo de juego, opacando la calidad del colombiano. James jugó siete partidos (205′), en los cuales logró una asistencia.
En resumen, el 2024 para el colombiano fue para el olvido. Logró ser titular en cuatro ocasiones, anotó un gol y se reportó con dos asistencias.
El futuro de James Rodríguez es incierto, pero de lo que sí puede estar seguro es que tiene que llegar a un equipo en donde le aseguren un ‘puesto’ en el campo de juego y no en una silla en la banca de suplentes, más aun de cara al próximo año y medio previo a la Copa del Mundo de 2026.