Deportes
¿Juego sucio? César Farías no se guardó nada y contó qué le pidieron los hinchas de América de Cali que fueron al sitio de entrenamiento
El técnico escarlata dijo que está preparado para soportar la presión que significa dirigir al cuadro rojo de Cali.
Por Francisco Henao Bolívar
En América no hay tiempo para relajarse y eso lo sabe muy bien el técnico César Farías. La irregular campaña que tiene al equipo en la parte baja de la tabla, ha hecho que las alarmas se enciendan.
Eso ha llevado a que los aficionados pidan la cabeza de un técnico que apenas lleva 11 partidos al frente de un gigante como América.
Farías no pierde la tranquilidad. De hecho, situaciones difíciles con los hinchas las ha vivido en su época de seleccionador de Venezuela, y como técnico de otros clubes grandes como Cerro Porteño de Paraguay y The Strongest de Bolivia.
El timonel sabe que con trabajo y buenos resultados puede cambiar la presión que hoy recibe. Farías habló con El País de este ‘tobogán’ futbolístico en que se ha convertido América en los últimos partidos.
¿Cómo han sido los últimos días después de que la afición pidiera su salida a pesar de vencer a Alianza?
El fútbol es un deporte de exigencia y más en un equipo como América. Todos los días estamos con un pensamiento proactivo, nosotros pensamos con la pasión de mejorar día a día, y con esa expectativa nos levantamos todos los días. Hemos jugado bien, pero hemos tenido un desespero tremendo; generamos fútbol, pero no lo hemos traducido en goles. Además, nos han afectado algunos arbitrajes como ante Envigado y Millonarios, que hubiesen sido cuatro puntos que hoy nos tuvieran más arriba.
¿Usted debuta con goleada a Nacional y se creía que iniciaba un idilio con la hinchada. ¿Por qué se cayó el equipo después?
Después de Nacional fuimos a Ibagué y un error evita que sumemos, regresamos acá y ganamos; hasta ahí todo iba bien, pero visitamos a Millonarios y perdemos con un gol en fuera de lugar, y ahí empieza la dificultad porque luego empatamos un partido en casa. En el siguiente nos empatan de visitante a los 94 minutos con un penal inexistente; todo marchaba normal creo yo, pero la crisis viene por perder de local ante La Equidad. Muchos partidos los jugamos bien, pero no pudimos concretar. Lo de la Suramericana fue un cachetazo duro, ahí tocamos fondo, pero venimos trabajando en lo emocional para soportar las cosas que están sucediendo.
¿Usted pasó fácil la página de esa eliminación en la Suramericana?
Sí, pero lo analizamos en profundidad y por eso ganamos el siguiente partido. Reflexionamos del por qué en muy pocas situaciones nos convertían. El desespero también nos afecta. Pero todos los días sale el sol, hay que superar los malos momentos. Al final uno sabe que tanto la victoria como en la derrota hay que sacar un aprendizaje.
¿Este América es el equipo con más presión que ha dirigido?
Son presiones diferentes. Al dirigir una selección nacional, tienes todo un país encima tuyo. La presión más grande la lleva una selección, pero la continua es cuando se está en un club. En México, por ser extranjero, te presionan desde que llegas; en la India me tocó dirigir varias figuras con un ego grandísimo y con un camerino pesado; a mí me decían que el camerino de América era difícil, y yo veo otra cosa. Uno tiene que entender los planos sociales, pero sin esconder lo que piensa y sin tenerle miedo a los cambios.
Usted llegó cuando la Liga había iniciado. Usted al final, si fracasa, puede decir tranquilamente que ese equipo no lo armó...
No, porque vine consciente de lo que había; después del partido que América pierde con Águilas, hablé con la presidenta y con don Tulio, les dije que estaba dispuesto a escucharlos, y por eso nos reunimos en Llanogrande, en Antioquia. Me convencieron, y estaba consciente de las cosas buenas, de las amenazas, pero también de las posibilidades de éxito como lo sigo estando. Sabía lo que me iba a encontrar; parte del proceso, cuando uno espera una curva creciente, luego hay una decreciente para volver a subir. No le hice la pretemporada al equipo y más allá de que uno elija o no a los jugadores, hay 14 nuevos y eso lleva un periodo de adaptación. Sé que para los mares bravos, los capitanes tienen que tener experiencia. Los capitanes se ven en esas tormentas, y de ella vamos saliendo de a poquito.
¿Se considera el capitán ideal para llevar al América a buen puerto?
He vivido muchas circunstancias de estas en distintos clubes; a Táchira lo dirigí y es dificilísimo, lo mismo The Strongest de Bolivia, y he vivido 10 años de Selección sin la experiencia que tengo ahora, y pude salir adelante. En la Selección Venezuela venía de perder cuatro partidos seguidos, y me llamó el Presidente de la Federación; me dijo que si no le ganábamos a Ecuador en el siguiente partido, no podíamos seguir porque no aguantaba la presión. Ganamos 3-1 y la historia dice que me quedé cinco años más. La experiencia la tenemos, hay una dirigencia firme, jugadores con capacidad, veo un buen camerino y muchos factores a favor para pensar con ilusión.
¿Pensar con ilusión es que ve equipo para pelear título?
Si nos dejan entrar a los cuadrangulares hay que amarrarse los pantalones porque vamos con todo.
Se tiene confianza...
Es que América sabe soportar esta clase de situaciones difíciles, y los mejores partidos los ha jugado contra equipos grandes.
A usted le critican por jugar con cinco defensas y volantes de marca ante equipos chicos. ¿Eso no es ir contra el estilo del América?
No porque en esos partidos sumamos puntos de visitante y fuimos superiores a los rivales. El funcionamiento del equipo es flexible, no importa si sean cuatro, tres o cinco en defensa. Somos el equipo que más llegamos al área contraria. Con Águilas jugamos muchas veces así, y fuimos el equipo que más puntos hizo en la primera fase; entonces, locos no estamos. Ahora vivimos una situación atípica, que es estar abajo en la tabla, pero sabemos que con persistencia vamos a mejorar.
¿Qué es lo más difícil de dirigir al América?
No lo había pensado, pero diría que tratar de bloquear lo externo porque hay muchos intereses de por medio; por primera vez lo digo, pero hay gente que tiene intereses... empresarios, relación con la prensa y relación con la hinchada. Me tocó esta semana, me vinieron a apretar y ustedes saben que yo no me dejo apretar. A mí me tratan con educación y yo respondo con educación. Cuando vienen y te aprietan para pedirte un jugador en especial, y ya me lo había pedido un periodista en una rueda de prensa cuando ese jugador ni siquiera estaba convocado, uno empieza a atar cabos; y esos cabos le permiten a uno pensar cosas, más cuando llaman a mi representante para ver si nosotros podemos transar algo; lo único que digo es que se equivocaron de camino, nosotros no trabajamos así. ¿Eso qué quiere decir? Que estamos tocando intereses que la gente no conoce y que los había.
¿Los aficionados que vinieron le pidieron que pusiera un jugador?
Lo han hecho, pero yo hago caso omiso; y no la cojo con el jugador porque uno valora el momento de todos. No puedo por un externo o un tercero confrontar al actor principal. Pero tengo que bloquear todo eso de afuera.
¿En América se paseaban los empresarios?
Yo cuando llegué, sabía menos de lo que me iban dando los días. Lo que puedo decir es que no soy yo el único que está rompiendo eso; sé que me trajeron para eso, pero la presidenta dijo: “hasta aquí, no más”. Estamos pensando en largo plazo para construir algo diferente. Y cuando eso sucede, sabemos que va a haber palo y piedra de todas partes. Pero hay que aguantar y ser firmes en las decisiones. Un exfutbolista dijo en un programa de televisión que nosotros estábamos confundidos. El que está confundido es él que no viene acá para saber lo que está pasando, que no tiene la información completa y que le queda fácil hablar con un micrófono. Puede ser que no alcancemos los resultados que queremos, pero estamos muy claritos en cómo estamos encarando la situación. Si nosotros bloqueamos esas cosas de afuera, vamos a ser muy fuertes y vamos a competir por el título. Si dejamos que eso permee acá adentro, nos va a hacer mucho daño.
Usted tiene a su hijo en el cuerpo técnico. ¿Cómo manejan temas difíciles, como cuando la hinchada pide su salida del equipo?
Nunca me habían preguntado eso, pero pasamos eso por el anonimato. Yo le digo a él que cuando se presente una situación difícil, que no se meta ni siquiera para agarrarme, porque el malintencionado lo va atacar para que yo responda. Pero nosotros tratamos de pensar las cosas que puedan pasar bien o mal, para evitarlas. Eso lo llevamos con naturalidad, sabiendo que es parte de la profesión, hay que soportar esos momentos.
Hay críticas por el último fichaje, Rodrigo Rivas, un jugador poco conocido. ¿Usted lo pidió?
Acá hay una comisión técnica; en los diferentes equipos donde he estado hay directores deportivos que son los que fichan a los jugadores. El que viniera al América debía cumplir unas condiciones: ser libre, no ser extranjero por el cupo completo que tenemos, que fuera colombiano y que no fuese tan lejana la continuidad de su juego. Hubo otros, pero tenían más edad y como ocho meses sin jugar. A mi me preguntaron, yo hice una recomendación que era un jugador ecuatoriano (José Angulo, de Delfín), pero no se pudo. Yo hago una sugerencia, pero no decido yo finalmente porque después se presta para el negociado con los representantes. En Águilas el que contrata es Fernando Salazar. En este caso de Rivas, la presidenta me dio el nombre, le dije que no lo conocía; pero después reviso con mis compañeros y sí lo había visto porque lo enfrentamos con otros equipos. No lo elegí yo, pero di el visto bueno y sé que nos va a aportar.
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