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Luis Díaz, el futbolista bendecido por Dios, aprendió a jugar a manos de un D.T. empírico, ¿de quién se trata?
Luis Díaz jugó con la selección guayuú y de ahí dio el salto al fútbol profesional en Barranquilla.
El hijo al borde del llanto celebrando goles y su mentor en la tribuna envuelto en lágrimas por un triunfo histórico ante Brasil. Colombia, con la bendición del padre recién liberado de Luis Díaz y su historia de amor, asciende en la eliminatoria al Mundial.
Lucho jugó el jueves en Barranquilla como si estuviera galopando en solitario frente a la pentacampeona del mundo y como si su papá Luis Manuel, conocido en todo el país con el cariñoso apodo de Mane, fuera la única persona en la tribuna alentándolo.
Sin estudios, pero con ganas de que Luisfer se convirtiera en una estrella del fútbol, le insistía en que debía aprovechar su velocidad y hacerle honor al portento físico de la etnia wayuú, de la que la familia es descendiente.
Luis aplicó esas indicaciones y la emancipación fue doble: La victoria 2-1 ante Brasil, primera en la historia de las eliminatorias mundialistas, perfila al equipo del DT Néstor Lorenzo como uno de los mejores rumbos al Mundial de Norteamérica 2026, por detrás de Argentina y Uruguay.
Además, dio a un país afectado por casi seis décadas de conflicto armado una alegría reflejada en los rostros de la familia Díaz.
“Esto para mí significa salir adelante (...) ¡Que viva la libertad y que viva la paz para Colombia!”, dijo Luis Manuel, emocionado.
En el juego en el Metropolitano hubo emociones encontradas
La afición en Barranquilla cantó el “olé, olé, olé, Lucho”. Cuando Luis empezaba a llamar la atención por su desempeño en la selección indígena de Colombia, que fue dirigida por El Pibe Valderrama, su papá Mane cocinaba alimentos y los vendía en Barrancas para poder pagar sus viajes a esa ciudad, donde debutó con el Junior.
En la doble fecha eliminatoria antes del secuestro, Díaz había sido un villano. En el Metropolitano ante Uruguay erró opciones claras que impidieron a la selección cafetera conseguir una victoria y empató 2-2, luego en Quito falló un penal en el 0-0 ante Ecuador.
La historia parecía que se repetía hasta el minuto 75, pero el extremo izquierdo, un bendecido de Dios, le cumplió a su guía, que esperaba en un palco con un rosario colgando en el cuello.
“Lucho se merecía todo esto después de lo que pasó”, indicó Lorenzo, el entrenador de la Selección Colombia, en rueda de prensa.
Es “un equipo que emociona y que transmite (...) Fue una semana de muchas emociones encontradas, empezamos rezando para que aparezca el papá y terminamos celebrando los dos goles de Lucho, seguramente (dedicados) para su padre que ha sufrido tanto”, añadió Lorenzo.
Luis Díaz unió al país en torno al fútbol y lo humano
A esta altura de la Eliminatoria pasada, Colombia era un equipo dividido que acababa de perder a su entrenador, el portugués Carlos Queiroz, por goleadas en contra. Rumores señalaban supuestas peleas dentro del plantel que no clasificó a Catar-2022.
“En los últimos 15 días creo que la ha pasado mal, desde la distancia intenté estar con él y creo que todo el grupo, este es un grupo de muchos hermanos”, dijo el ‘10′ a los medios.
Díaz cerró la noche emotiva con un pequeño mensaje: “Hemos pasado por momentos duros, pero la vida te hace fuerte y valiente”.
*Con información de AFP
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