Mayra Ramírez: la estrella del Chelsea que debutó como lateral en Selección Colombia y se convirtió en figura internacional

Por: Juan Carlos Pamo Sánchez - Reportero de El País

El amor por la pelota es algo que persigue a Mayra Ramírez desde muy pequeña. Su mamá (Liseth) fue arquera y su papá (Juan Carlos) y los tíos han jugado microfútbol toda la vida. Ella creció pateando balones, pues cada que se terminaba el primer tiempo de un partido en el que actuaba alguno de ellos, la niña saltaba a la cancha.

Nació en una familia numerosa (tiene nueve tíos paternos) e iba de un escenario a otro. Así aprendió a dominar el balón.

En el barrio Pablo Neruda de Sibaté, Cundinamarca, cerca de Bogotá, jugaba con los niños en la calle y así desarrolló la fuerza, la potencia y la capacidad física que posee.

Desde muy niña se destacó entre sus compañeros por su talla, un aspecto que la ha beneficiado para desarrollar su carrera futbolística.

La hoy delantera del Chelsea se encontró con el fútbol a los 10 años cuando llegó al Club Real Pasión de Funza. Allí comenzó su proceso de formación de la mano del entrenador Jean Albert Martínez Camargo, quien le pulió su talento y le enfocó en sus objetivos.

“Cuando yo veo a Mayra por primera a los 10 años pensé que era una chica de 15. Su prototipo marcaba a esa edad un desarrollo superior para lo que se ve normalmente en el fútbol femenino. Los rasgos físicos de ella eran especiales desde sus inicios”, comenta Jean Albert.

Pero los inicios de la futbolista no fueron fáciles. Debía recorrer entre una y dos horas para desplazarse desde Sibaté hasta Funza, un trayecto que exigía un gran esfuerzo económico para su familia.

Su tío Marco Antonio Ramírez recuerda que su cuñada tenía una tienda y de ahí sacaba todos los días los 20 mil pesos que necesitaba Mayra para ir hasta Funza a estudiar y entrenar. Y es que la joven siempre estuvo segura que quería ser futbolista y se desplazaba sola en el bus para cumplir su sueño.

La atacante empezó a salir de madrugada de su casa para ir al colegio Oliva Caicedo (ahora Corazón de María), del barrio Provivienda de Funza, y luego entrenar.

Al año siguiente el profesor logró que los padres de jugadora le dieran el aval y la llevó a vivir a la casa-hogar que, con ayuda de la administración municipal, logró alquilar.

“Con los profesionales de la preparación física que teníamos en el club, concluíamos que Mayra incluso podría ser atleta de alto rendimiento por los resultados que daba en las pruebas que se le hacían”, añade Jean Albert.

En Real Pasión estuvo durante ocho años en los que fue campeona de dos torneos nacionales consecutivos, ganó los Juegos Súperate Intercolegiados siete veces y fue convocada, por primera vez, a los procesos de selecciones Colombia juveniles. Según las estadísticas que manejan en el club, la potente atacante anotó más de 80 goles en todo el tiempo que militó allí.

“Desde que arrancamos trabajos con ella siempre le vimos condiciones para ser delantera y goleadora. Tenía un talento marcado para definir en el arco contrario, la fuimos puliendo y con el paso del tiempo fue mejorando mucho en esa posición”, explica el entrenador.

A los 15 años, Mayra tuvo su primera experiencia con la camiseta de la Selección Colombia. Fue convocada para representar al país en un Suramericano Femenino que se realizó en Venezuela, sin embargo, en esa oportunidad fue utilizada como lateral derecha.

“El profesor Carlos Quintero, quien fue la primera persona que la convocó a una escuadra nacional, la colocó en ese torneo de lateral. No funcionó muy bien y el único gol que consiguió Colombia en esa competencia fue gracias a una participación de Mayra porque el técnico le pidió jugar de delantera y a ella le hicieron una acción de penal que luego se convirtió en anotación”, recuerda Martínez.

Rememora el ‘profe’ Martínez que comandando la Selección Cundinamarca en el año 2016 lograron el título del Campeonato Nacional de Clubes Femenino, donde derrotaron en la final a Antioquia.

Incluso, hubo un suceso que jamás olvidará el técnico y es que, en los cuartos de final de ese torneo, enfrentando al Valle, Mayra protagonizó una actuación inolvidable.

“En el primer tiempo el Valle nos ganaba 5-0 y en el periodo complementario Mayra anotó cinco goles, terminamos ganando 6-5 y avanzando a la final”, apunta Jean Albert.

Su paso al profesionalismo

La presencia de Jean Albert Martínez en la vida de Mayra ha sido como un ángel de la guarda. Gracias a un convenio entre Real Pasión y Fortaleza FC, la atacante tuvo la posibilidad de jugar la primera edición de la Liga Profesional Femenina que se hizo en el país en 2017, donde el estratega fue el orientador de ese proyecto deportivo.

Dos años más tarde, Formas Íntimas la fichó y jugó con el DIM en la Liga de 2019. “Parcero, traje una goleadora que la va a romper”, manifestó en su momento Liliana Zapata, presidente del club paisa.

La familia venía a Medellín a visitarla, pero ella estaba acostumbrada a estar lejos de casa desde los 13 años. Con tal de cumplir metas, tuvo que adaptarse y vivir sola, tal como está ahora en Inglaterra. En España, donde jugó para el Sporting Club de Huelva y Levante, como en Londres, ha vivido sin ningún familiar a su lado.

“A la niña le ha tocado duro, prácticamente salió adelante solita porque nadie pensó que iba a llegar tan lejos”, reconoce Marco Antonio, quien resalta que en vacaciones Mayra llega a su casa en Sibaté a compartir con vecinos y la gente del barrio.

Al principio a Mayra no le gustaban las entrevistas y menos hablar por televisión, pero poco a poco ha ido perdiendo la timidez y con la ayuda de sus compañeras de la Selección Colombia se ha soltado más. Tiene que seguir así porque con sus goles y con el nivel que está jugando, frecuentemente la van a solicitar.

“Hace unos días que hablé con ella me dijo que estaba en sesión de fotos con el Chelsea y manifestó que era algo que no le gustaba mucho. Siempre fue muy introvertida, pero es una gran persona”, confiesa su formador.

A los 24 años, Mayra ha dado un salto de calidad en su carrera. Acaba de ser transferida a Inglaterra en un fichaje que se convirtió en uno de las más costosos en la historia del fútbol femenino y el sueño es llegar a ser una de las mejores jugadoras del mundo.

“Desde que ella comenzó a entrenar con las selecciones Colombia, le dije que ella podía convertirse en la mejor futbolista del mundo. Aún no lo ha logrado, va por buen camino. Siempre le he dicho que no se prepare solamente para llegar a un equipo grande sino para ser figuras donde juegue”, puntualiza Jean Albert Martínez.

Mayra Ramírez tiene el prototipo de una jugadora europea, gracias a sus condiciones espera consolidarse en el fútbol de Inglaterra y de paso ayudar con su experiencia a la Selección Colombia en sus compromisos internacionales.