Hermana de Robert Farah: "Quiero que su próximo triunfo sea el U. S. Open"

El título que mi hermano Robert y Juan Sebastián Cabal consiguieron el sábado pasado en Wimbledon nos generó a mis papás y a mí una emoción indescriptible, que nunca habíamos sentido.

No paramos de llorar de la emoción, eran lágrimas de alegría que no suelen darse mucho en la vida. Por nuestras cabezas se nos pasaron los últimos 23 años de la carrera de Robert en dos segundos.

Fue impresionante no solo por lo que el logro significa, sino por todos los sacrificios y el recorrido que tuvieron que hacer para llegar a ello.

Yo, que también jugué tenis y que alcancé a ser número uno de Colombia en Júnior, lo entiendo. Entiendo el esfuerzo y el trabajo detrás de cualquier logro.

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Yo jugué en el equipo Colsánitas por muchos años junto a ‘Rob’, Alejandro Falla, Juan Sebastián, Catalina Castaño y Fabiola Zuluaga; eso fue antes de irme becada a Estados Unidos para estudiar.

Ahí nos cambia la vida a Robert y a mí. Yo me voy a Miami a hacer la universidad y él, siendo un muchacho inmaduro, decide irse conmigo a EE.UU, a hacer la universidad en California.

A él le pasó algo muy diferente. En la universidad creció y maduró muchísimo como jugador y persona. Lo mío fue distinto, porque jugué como profesional antes y en la universidad me dediqué a los estudios.
Ese fue uno de los pasos más importantes para este logro del que me siento parte por ser su hermana.

Detrás hubo un gran apoyo de mi padre, que fue quien nos formó y nos enseñó a jugar tenis; de mi mamá, que sacrificó muchas vacaciones junto a sus hijos para acompañarnos en los viajes; y hay que rescatar el apoyo de Colsánitas, que apostó por el tenis colombiano cuando nadie creía. Yo creo que en este logro hay una familia, hay apoyo de nosotros.

Robert, después de ganar el título en Wimbledon, dijo que las derrotas anteriores los prepararon a él y a Juan para ese momento.
Yo no puedo estar más de acuerdo con él. ‘Rob’ pudo hacer el punto que les dio el título porque ya lo había vivido antes y quizá lo había fallado.
Cuando cerró ese ansiado punto, en casa mis papás y yo nos tiramos al piso, como Juan Sebastián y Robert.

Luego me quedé pensando en la seguridad y la confianza con la que afrontaron el partido y me sentí realmente orgullosa. Estaban conscientes de que no se les iba a perdonar ningún error.

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Me quedo con el cierre del tercer set, cuando Robert golpeó un revés paralelo que fue un ‘winner’ increíble.

‘Sebas’ y ‘Rob’ son polos opuestos y por eso son la pareja perfecta. ‘Sebas’ le da calma y paz a mi hermano, pero Robert también lo potencia en momentos claves. Ni hablar de los golpes fantásticos de cada uno.

Yo acompaño mucho a mi hermano en el ATP Tour y les puedo asegurar que ninguna pareja muestra la solidez ni la química de ellos dos.

Esto es solo el comienzo, porque se vienen muchos más títulos y más grand slams. Me encantaría que el próximo fuera el US Open, en Nueva York, ahí muy cerca a mi casa.