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Vinicius se convirtió en símbolo de la lucha contra el racismo en el fútbol
El delantero brasileño ha recibido un gran apoyo del mundo del fútbol por los actos de racismo que ha sufrido en España.
Convertido en uno de los delanteros más letales de LaLiga española dentro del campo, la lucha contra el racismo del delantero del Real Madrid Vinicius Júnior ha conseguido también un impacto mundial fuera de las canchas.
El brasileño, de 22 años, ha cosechado un apoyo global tras haberse plantado contra los insultos racistas que le lanzaron el domingo hinchas del Valencia en Mestalla.
Vinicius no dudó en encararse con los aficionados locales, señalando especialmente a uno de ellos que le había llamado “mono”, antes de escribir en sus redes tras el partido que el “racismo es normal en la Liga”.
El brasileño publicó varios mensajes condenando los continuos insultos que recibe, atrayendo la atención internacional sobre sus denuncias.
El ascenso de Vinicius en las dos últimas temporadas ha sido meteórico, a la altura de las expectativas generadas desde su llegada del Flamengo en 2018 por 46 millones de euros (unos 50 millones de dólares).
Nacido en Sao Gonçalo, en el estado de Rio de Janeiro, Vinícius José Paixão de Oliveira Júnior no tardó en llamar la atención como un joven talento que unía una rara habilidad con una velocidad explosiva, que le llevó a ser el jugador más joven, en aquel momento, en debutar con su club, con 16 años.
El equipo blanco se lanzó entonces a por su firma llegando a un acuerdo en 2017 para su futura llegada, tomando buena nota del éxito cosechado años antes por el Barça con Neymar.
Cuando la gran estrella del Real Madrid, Cristiano Ronaldo, se marchó a la Juventus tras el Mundial de Rusia-2018, Vinicius fue llamado a tratar de llenar de su hueco, pero el joven brasileño, entonces de 18 años, tardó en encontrar la consistencia.
Con solo 14 goles en sus 118 apariciones en sus tres primeras temporadas, las erráticas finalizaciones de ‘Vini’ se convirtieron en objeto de burla para sus rivales.
Pero en la temporada 2021-22, con el veterano Carlo Ancelotti de regreso al Madrid, Vinicius mejoró drásticamente su rendimiento, con 22 tantos, entre ellos el que le dio la victoria a su equipo ante el Liverpool en la final de la Liga de Campeones.
La evolución del brasileño siguió esta temporada, donde ya suma 23 goles en su cuenta.
“Cuando llegó con nosotros, sobre todo en la primera etapa, tuvo una presión tremenda, era carne de meme, que si no la metía, que si mucho regate pero no culminaba... Tan joven recibir esas críticas...”, recordó su compañero Dani Carvajal en mayo.
“Se sobrepuso y ahora está entre los tres o cuatro mejores del mundo, es algo que he visto muy poco. Todo lo que es ahora se lo ha ganado con creces”, agregó.
Precedentes
El desempeño de Vinicius creció acompañado, sin embargo, de los insultos en muchos estadios rivales. La situación alcanzó un punto crítico el domingo en Valencia, tras lo que Ancelotti pidió “medidas drásticas” contra el racismo.
La decisión del brasileño de enfrentarse a los hinchas atrajo los focos mundiales sobre el racismo en los estadios españoles, denunciada durante años por jugadores y asociaciones antirracistas, que consideran que el problema nunca se ha tomado en serio.
Señalada directamente, LaLiga se defendió indicando que no tiene suficiente poder de sanción. La competición asegura haber transmitido ocho denuncias esta temporada por ataques contra Vinicius que, en su mayoría, no han generado consecuencias notables hasta ahora.
Este martes, la policía española detuvo a tres jóvenes en Valencia sospechosos de “conductas racistas” durante el partido, y otros cuatro individuos fuero arrestados en Madrid, sospechosos de haber colgado un muñeco con la camiseta de Vinicius en enero en un puente de la capital.
Las conductas racistas en los estadios españoles no son nuevas y el exdelantero del FC Barcelona Samuel Eto’o -víctima recurrente de insultos en la década pasada-, ya avisó de que se estaban extendiendo en España. “¡No juego más!”, llegó a decir harto de las de las descalificaciones durante un duelo contra el Zaragoza de 2006, aunque después reconsideró su decisión.
Años después el lateral brasileño Dani Alves se comió una banana lanzada al campo en 2014 y más recientemente, el delantero del Athletic de Bilbao Iñaki Williams sufrió gritos de mono en el momento de ser sustituido en el campo del Espanyol.
El delantero vasco ya había sido víctima de insultos racistas en Gijón en 2016 y el árbitro había interrumpido brevemente el encuentro.
“Las instituciones tienen una oportunidad, sobre todo ahora, para tomar medidas radicales en este tema importante”, insistió este martes el entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti.
Con información de AFP
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