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Los deportistas vallecaucanos son una carta de oro para el Valle en los Juegos Nacionales 2019 | Foto: Giancarlo Manzano / El País

JUDO

Yuri Alvear y Francisco Balanta , la ‘dinastía’ del judo en el Valle del Cauca (Historia)

Dos jamundeños son los mejores exponentes del Judo en Colombia y esperan cerrar un año lleno de logros con una nueva alegría en las citas de Cartagena.

14 de noviembre de 2019 Por: Alejandro Cabra Hernández - Reportero de El País

Yuri Alvear y Francisco Balanta no son familia por cuestiones sanguíneas, pero tienen varias cosas en común que sí construyen una relación familiar en lo deportivo.

Uno de los recuerdos más emotivos de Balanta, joven de 21 años, con el judo, tiene como protagonista a Alvear, doble medallista olímpica en esa disciplina.

Un Francisco de 10 años vio pelear por televisión a Yuri, quien asistía a sus primeros Juegos Olímpicos en Pekín 2008, y se dio cuenta de que él sabía hacer muchos de los movimientos que ella dominaba, así que se puso como meta estar presente en la cita más importante del deporte mundial.

Once años después sigue en busca de ese objetivo, pero ya está mucho más cerca.

En el camino, ha conseguido distintos logros. Los más importantes: la medalla de plata en los pasados Juegos Panamericanos y el honor de entrenar junto a su ídola, Yuri.

Otro honor que comparten Alvear y Balanta es que el mismo municipio, Jamundí, los haya visto nacer y crecer. En ese lugar, ambos se hicieron a pulso en esta arte marcial de llaves, luxaciones y barridos.

Yuri, de 33 años, es referente no solo para Francisco, sino para todos los que entrenan en la Liga Vallecaucana de Judo, arte marcial de origen japonés.

“El entrenador siempre la ponía de ejemplo a ella, por su disciplina y su perseverancia”, afirma Cristina Ahumada, madre de Francisco.
Tan exitosa ha sido la carrera de Alvear, que ya perdió la cuenta de cuántas medallas guarda en su haber. “Hace días mi novio intentó contarlas, pero me dijo que había perdido la cuenta (risas)”.

Mauricio Santana, fisioterapeuta de la Liga de Judo desde 2012, piensa que una de las claves que tiene a la jamundeña pensando en la posibilidad de llevarse tres medallas de oro en los próximos Juegos Nacionales es la seriedad con la que asume su práctica.

“El ímpetu para competir será el mismo en una exhibición en un colegio y en una final de la Copa del Mundo. Además, no niega una gota de sacrificio”, comenta Santana.

Yuri, profesional en deporte, afronta dos sesiones de entrenamiento diarias.

La primera, a las 6:00 de la mañana, enfocada en la preparación física. La segunda, al mediodía, cuando practica todas sus destrezas técnicas. La O Soto Gari, técnica de pie en la que derriba al oponente con su pierna derecha, es la que mejor se le da.

Sin embargo, todos los días la perfecciona, como desde hace 10 años, bajo la batuta de su entrenador Noriyuki Ayakawa.

Por fuera del tatami, Santana describe a Yuri como una persona entregada a su familia. No solo a sus padres y a su sobrino, por cuyo bienestar siempre vela, sino por su familia deportiva.

En ese selecto grupo está incluido Francisco, ese imponente joven de más de 90 kilogramos que se cansó de ganar en los Juegos Supérate durante cuatro años y que ahora quiere revalidar su domino en sus primeros Juegos Nacionales.

Para llegar a este anhelado momento hubo apoyos que hicieron más ameno el camino de Francisco. Uno de ellos, el de Valle Oro Puro, el programa de la Gobernación del Valle y de Indervalle, que corre con todos los gastos de formación del jamundeño desde hace dos años.
Antes de ese hubo otros muy importantes. El de sus padres, su primo Jonathan Ahumada, y el de sus tres mamás.

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Jonathan, quien hiciera parte de la Liga de Ciclismo del departamento, fue uno de los encargados de despertarle el amor por el deporte.
Cristina Ahumada, su madre biológica, la encargada de hacer los tamales y el dulce de manjar blanco para la venta, con los que se costearon los primeros viajes internacionales del menor de los Balanta Ahumada.

Su segunda ‘madre’ fue su hermana, Carolina Gómez Ahumada, ocho años mayor. Carolina fue la encargada de llevar a Pacho a la guardería y de inculcarle los principios éticos más importantes. Además, ayudó a su sustento económico desde el momento en que empezó a trabajar.

La tercera madre, y para nada menos importante, es la deportiva. La que le aconseja para hacer los mejores movimientos en el judo y en la vida.
Esa que no tiene pelos en la lengua, que detesta las injusticias y que, aunque luzca insensible, demuestra un gran afecto a quienes se ganan su confianza. 

Esa madre es una subcampeona olímpica, tres veces campeona del mundo y reciente subcampeona panamericana. Es Yuri Alvear.
Yuri y Francisco serán los encargados de llenar de gloria el judo vallecaucano en Cartagena 2019.

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