La huella de Lucas Pusineri: así motiva el técnico del Deportivo Cali a sus jugadores

Antes del inicio del campeonato del segundo semestre, un sector grande de la hinchada tenía poca fe en el Deportivo Cali. La salida del portero y capitán Camilo Vargas, más la decisión del club de no traer grandes refuerzos y jugársela con la base del campeonato anterior, hizo que se generara una atmósfera de incertidumbre.

Esa determinación significó, en ese momento, un gran golpe para los fanáticos, mas no para Lucas Pusineri, el entrenador del equipo. El DT argentino de 43 años, en silencio, trabajó durante la corta pretemporada de mitad de año en la sede de Pance confiando en que los jugadores que tenía —jóvenes en su mayoría— le iban a responder a él y al club. Y, hasta el momento, lo están haciendo.

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El domingo pasado, en su estadio, los verdes jugaron un partido muy inteligente tácticamente y por eso lograron ganarle sobre la hora (1-0) a un Medellín que llegaba con Germán Cano, el gran goleador de la temporada, con 29 tantos en el año.

Ese triunfo dejó al Cali en la anhelada primera posición de la tabla con 13 puntos, cuando se han jugado ya seis fechas del rentado nacional.

En la previa de una semana frenética, donde los verdes tendrán que jugar en menos de ocho días contra Nacional (mañana), Millonarios y Juniors, Pusineri le contó a El País cómo su forma de ver el fútbol y la vida ha desencadenado el buen rendimiento de sus jugadores.

Fue un final de partido emocionante, porque uno no espera ganar de esa manera, pero por suerte tuvimos la intención de seguir luchando hasta el último minuto y los tres puntos terminaron siendo un premio justo para el equipo. Es muy lindo que ese partido haya sido para nosotros.

Que ya tengo un conocimiento de lo que fue el semestre anterior y un conocimiento de los futbolistas, tanto por dentro como por fuera, entonces eso me hace saber dónde pueden rendir de la mejor manera.

También hay que decir que más allá de la salida de un jugador emblemático como Camilo Vargas, pudimos mantener la base y empezar a consolidarla. Eso, más la sumatoria de esfuerzos que tienen los jugadores por superarse hacen que el equipo esté en los primeros lugares.

En primer lugar, esta institución tiene un ADN bien marcado en el tema de utilizar a los futbolistas de su cantera para subsistir financieramente.

Pero más allá de eso, mi labor es darle un panorama a la dirigencia y también optimizar los recursos con los que cuento para tratar de sacarles lo mejor, y eso lo hago generando un ambiente positivo desde adentro.

Lo que busco es no mirar hacia la periferia para así pulir de buena manera los jugadores que tengo, dándoles confianza y seguridad. Uno trabaja enfocado en tratar de ganar partido a partido y ojalá el destino final nos encuentre con la alegría de quedarnos con algo, ya sea la Liga o la Copa Colombia.

En primera medida, tener una buena planificación. Eso hace que los jugadores tengan una buena preparación en lo físico, lo estratégico y lo táctico, para ya después manejar conceptos.

Pero lo principal es recalcar que lo más importante es entregarse por el equipo, que está sobre todas las cosas. Acá tenemos un calendario abultado y por eso es importante tener un equipo consolidado, juegue quien juegue. La verdad es que si un grupo entrena bien, juega bien. Lo demás viene por añadidura.

El fútbol, como la vida, es un estado emocional. Trato de hacer que los jugadores entrenen con alegría sin olvidar que esto es su trabajo y que hay que tomarlo como tal.

Entonces ese mensaje de optimismo sirve para levantarte ante la adversidad, porque la adversidad está todos los días en nuestra vida cotidiana y en el fútbol. Aquí hay que convivir con el error, y si lo hacemos vamos a ser mejores.

Las experiencias vividas. Uno nunca puede estar confiado porque la vida te puede dar un sacudón en cualquier momento. Hay que disfrutar de esos instantes lindos como el cumpleaños de un amigo, compartir un desayuno con tu señora, darle un abrazo a tus padres y demás, porque a veces también te toca vivir momentos que te llevan al límite. Lo que quiero decir es que me gusta ser consciente de eso para ser equilibrado, así no pierdes la cabeza cuando ganas y tampoco estás desconsolado cuando pierdes.

Lo que a mí me gusta es dejar huella. Cuando arribé al Cali dije que esto era un proyecto de vida y así es, porque uno viene con su familia y pasa mucho tiempo en la sede. Lo que uno siempre quiere es no pasar desapercibido, y eso no solo pasa por ganar, pasa por lo que digo de dejar una huella como persona.

Yo me lleno con transmitir mis experiencias vividas a través de mi historia en el fútbol para así seguir aprendiendo. También han sido fundamentales en este camino maestros como Manuel Pellegrini, Claudio Borghi, Óscar Ruggeri... Todo eso me ha dado un lugar de privilegio como lo es ser entrenador.

Tenemos que ir partido a partido. Hay que tener al grupo siempre en condiciones de competencia para que cada jugador esté muy bien cuando le toque actuar.