Economía
1170 familias productoras de cacao, café y caña panelera fortalecerán sus negocios; Asocaña cuenta cómo apoyan esta iniciativa
Claudia Calero, presidenta de Asocaña, habla del trabajo que se realiza con las comunidades del suroccidente del país. Siguen esperando resultados en seguridad.
El sector agroindustrial de la caña de azúcar ha venido enfocando su trabajo en apoyar a las comunidades de los territorios que impacta, para que ejerzan mejores prácticas en sus cultivos de caña, cacao y panela y obtengan resultados óptimos en su producción, que les permitan llegar a otro nivel en su comercialización.
De hecho, recientemente Asocaña firmó un convenio con el Ministerio de Agricultura para beneficiar a las comunidades del norte del Cauca.
Claudia Calero, presidenta de Asocaña, habló sobre cómo ha sido este proceso, qué le hace falta al sector para seguir creciendo y cuáles son las proyecciones para este 2024.
¿Cuál va a ser el impacto que tendrá en la comunidad el convenio firmado con Minagricultura para impulsar el desarrollo rural en el norte del Cauca?
Este es un convenio muy importante porque va a tener un gran impacto en el territorio y con las comunidades del norte del Cauca. Iniciamos con 1170 familias productoras de café, cacao y caña panelera.
Esas familias están organizadas en 41 agremiaciones sociales. Son cuatro empresas productoras de cacao, que trabajan de forma muy artesanal, 20 fincas productoras de café y 25 trapiches paneleros que los vamos a formalizar, introduciéndoles mejores prácticas, pero lo más importante de esto es que los vamos a agroindustrializar, es decir, no nos vamos a dedicar solo al cultivo sino a su industrialización, entonces esas cuatro empresas de manufactura verán mejoradas sus prácticas industriales con mejores estándares de producción y canales de comercialización.
Vamos a constituir empresas comunitarias y a ponerlas a vender a los mercados nacionales, a mejores precios, y a llevarlos a mercados internacionales.
Ya escogidas las familias, ¿cómo se desarrollará este proyecto, quién los va acompañar?
El convenio pretende que con recursos económicos de los ingenios azucareros y del Ministerio de Agricultura hagamos una gran bolsa para acompañar a todas estas familias con expertos, tanto en agricultura como en industria y comercialización, para poder constituir estas empresas comunitarias y llevarlas a mejores mercados; es importante decirles que lo que estamos es logrando que estos productores no vendan individualmente, sino que se agrupen y puedan producir a escala.
¿Cuál será la inversión para esta iniciativa?
En esta primera etapa son $13.000 millones, pero lo que prevemos es que en tres años podamos tener una cobertura mayor y que se hayan invertido alrededor de $60.000 millones en conjunto entre el Minagricultura y el sector agroindustrial de la caña. Aquí estamos es apuntando a que se dinamicen las economías locales, a que lo que nosotros sabemos hacer con el sector agroindustrial de la caña, pues también se pueda generar en otros productos agrícolas y con otros productos diferenciados.
¿Este proyecto hace parte de trabajo que adelanta el sector empresarial para acercarse a la comunidad?
Desde hace más de dos años veninos trabajando en un continuo diálogo, de generación de confianza con las comunidades, porque uno no llega a una comunidad diciendo venga yo trabajo con usted, y venga miremos a ver qué podemos hacer juntos. No, definitivamente para que le abran a uno la puerta se necesitan muchos días, muchas experiencias, y muchos espacios de diálogo y de concertación.
Nosotros sabemos hacer empresa, entonces los ayudamos desde nuestras visiones, respetando los usos y costumbres de las comunidades, pero eso sí llevándolos a otro nivel.
Esto implicó, por ejemplo, identificar a los productores, ir a terreno, mirar cómo estaban los cultivos, todo esto, con personal especializado y profesional de Asocaña y en conjunto con los líderes comunitarios.
Son más de mil familias beneficiadas. ¿Cómo fue ese proceso de selección de estos grupos?
El proceso se hizo con la misma comunidad, a través de planes de socialización y de concertación con ellos, definiendo quiénes participarían en esta primera etapa. Ya vendrán otras etapas donde lo que queremos es incorporar a más aliados, para que hagan parte de esas empresas que van a ser de las comunidades.
¿Cuándo arranca este proyecto y ya han tenido otras experiencias con las comunidades?
Ya arrancamos. Nosotros tenemos experiencia a través de un programa que lo venimos desarrollando desde el 2021 que se llama Compromiso Rural. Con esta apuesta que desarrollamos en el norte del Cauca estamos apoyando todos los emprendimientos y, por supuesto, también fortaleciendo temas de liderazgo y canales de comercialización.
La verdad es que estamos muy contentos, porque esto también nos pone retos a nosotros como sector y como gremio y esto nos tiene que salir muy bien.
Desde su punto de vista, ¿cómo está hoy esa relación de la comunidad con el sector empresarial en el Cauca, donde se han presentado problemas en el pasado?
Yo creo que hoy el sector azucarero definitivamente es otro, y el bienestar de las comunidades es el bienestar nuestro. Por eso hemos estado súper metidos en terreno, convencidos de que el trabajo con la comunidad es necesario, es importante también para la sostenibilidad del territorio y de la agroindustria.
Cambiando de tema, ¿Cómo va el problema de la seguridad?
Este llamado es al unísono entre las comunidades, los trabajadores y por supuesto el sector empresarial que está en esa zona y que no se puede ir de allí. Nosotros no podemos coger nuestros ingenios, los cultivos e irnos para otro lado. Hemos estado allí por más de 150 años y queremos permanecer, y por eso ese llamado urgente al Estado colombiano para que llegue con seguridad y justicia.
¿Sienten que están siendo escuchados, que hay más presencia del Gobierno?
Esperamos que se vean resultados.
Esta semana se conoció el PIB y el sector de la agroindustria está jalonando la economía. ¿A qué cree que se debe esto?
Yo creo que con esto lo que se deja ver es que el sector agropecuario es un dinamizador de la economía y que se le deben de generar condiciones para que se sigan llevando los alimentos a la mesa de todos los colombianos, pero que, además, se ponga los ojos en una población que en la ruralidad necesita apoyo.
La agricultura está expuesta a riesgos que se tienen que administrar y gestionar como el clima, pero a la vez se tiene que generar empleo de calidad; los resultados que muestra el Dane nos invita a que sigamos apostándole a ellos, al sector agro.
¿Qué cree que se necesita en este momento para seguir logrando ese crecimiento?
Seguridad jurídica. Creo que el agro y la industria y todo el sector productivo necesita seguridad jurídica, seguridad física, porque sin seguridad no hay desarrollo y sin desarrollo no se logra dinamizar la economía.
Por otro lado, hay que tener en cuenta las condiciones equitativas para los productores nacionales y para los productores internacionales, los que traen productos importados. Es importante decir que a todos se les mida con las mismas condiciones porque aquí se está generando empleo y se están pagando impuestos.
Hay otro reto que definitivamente nosotros no podemos olvidar y es el tema de la mano de obra en el agro colombiano. Hoy en día hay escasez de mano de obra, y ese es un reto que a todos nos compete, porque hay muchas cosas que influyen: la seguridad en la ruralidad, las condiciones de vida por presencia de grupos al margen de la ley, los jóvenes rurales necesitan las condiciones que tienen los jóvenes en la en las ciudades; necesitan conectividad, educación, oportunidades, calidad de empleo, y en nuestro caso a la agricultura también se le debe de llevar esa ciencia y tecnología, para que enamore a los a los jóvenes.
Con los resultados del PIB surgió la polémica entre quienes dicen que las tasas de interés están ahogando la economía y los que aseguran que es la incertidumbre que ronda al Gobierno. ¿Usted qué cree?
Yo creo que es la mezcla de todo. Si no hay certidumbre ni seguridad jurídica, no habrá inversión, ni nuevos y mayores desarrollos, pero si también no tenemos unas tasas de interés que permitan al inversionista invertir, pues no se va a dar como el coctel perfecto. El país crece cuando hay productividad, inversión y demanda.
¿Cuáles son las proyecciones del sector para este año?
Entre enero y marzo tuvimos una molienda de caña de 5.3 millones de toneladas. Esto es lo que teníamos previsto para el periodo. Hemos tenido una producción, en este periodo, de unas 490.000 toneladas de azúcar. La producción de alcohol está en el orden de los 109 millones de litros a este primer trimestre.
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