LICORES
Ajuste en precios de licores no puede afectar finanzas de la región: Gobernación
La secretaria de Hacienda, Victoria Machado, pide equidad al alto Gobierno.
Definir los precios de los licores por la vía del decreto, tal como lo dejó entrever esta semana el Ministro de Hacienda para dirimir la discusión entre los departamentos, los importadores y el Dane puede ser una alternativa viable siempre y cuando se tengan en cuenta los valores que manejan los estancos, las grandes superficies y los supermercados, que son los precios reales del mercado.
La enfática afirmación es de María Victoria Machado, secretaria de Hacienda del Valle del Cauca, quien explicó que ese es el único camino que beneficiará a todas las regiones del país.
Como se recordará, los ingresos que obtienen los departamentos por la venta de los licores, tanto nacionales, locales como extranjeros, se destinan básicamente a la salud, la educación y el deporte.
¿Por qué está involucrado el Dane en los precios de los licores?
Todo nace en la llamada Ley de Licores que fue expedida por el Gobierno Nacional en diciembre del año 2016 y entró en vigencia el siguiente año.
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En dicha norma, aprobada por el Congreso de la República, se estableció que el Dane fijaría los precios de venta al público de los licores.
La entidad debe certificar la base gravable para cada tipo de licor y debe hacerlo antes de que se acabe el año.
Dicha base tiene dos componentes, una está relacionada con los grados de alcohol de cada bebida (se llama base específica) y la otra es un impuesto del 25% sobre el precio de venta del licor al público.
Por cada grado de alcohol hay un precio determinado. En el caso del Aguardiente Blanco del Valle, por ejemplo, la tarifa es de $238 por cada grado de alcohol.
El asunto es que el Dane no ha logrado establecer una fórmula que satisfaga a los actores de la cadena, es decir, a los importadores, a las empresas locales y a las gobernaciones.
En un principio, presentó una fórmula que incorporaba los precios que manejaban los productores y los comercializadores de los licores, lo que hizo bajar las cotizaciones de las bebidas alcohólicas y por ende los ingresos para los departamentos.
Luego ensayó otra fórmula en la que retiró a los productores y comercializadores, pero incluyó los precios que manejan los hoteles, restaurantes y cafés (el llamado segmento Horeca).
Con esa nueva fórmula el recaudo para los departamentos subió porque aumentaron los precios de venta al público de todos los licores, dado que ese segmento maneja valores más altos que los estancos y los supermercados.
¿Cómo han evolucionado los ingresos en el Valle? Cuando no existía la Ley de Licores el recaudo que obtenía el Valle del Cauca por la venta total de los licores llegó a los $112.600 millones en el 2016, pero con la Ley de Licores los ingresos subieron a $204.000 millones en el 2018. Para este año el presupuesto inicial proyectado es de $205.500 millones.
“Para nosotros como departamento esa renta nos favorecía considerablemente porque destinábamos más recursos a salud y educación, principalmente”, dijo la señora Machado, quien agregó que ese incremento se debió a que el Dane incorporó el segmento Horeca.
¿Qué solicita la región?
Como el Dane no ha logrado determinar un precio que se ajuste a la realidad del mercado, el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Hacienda anunció que lo fijaría por la vía del decreto.
Si esa será la decisión final, es conveniente que los precios se definan con base en el mercado, dijo la señora Machado. Eso significa que el Gobierno Nacional se tome el trabajo de consultar estancos, supermercados, tiendas y grandes superficies, “pero no los valores que manejan productores y comercializadores ni los que corresponden al segmento Horeca porque no serían los justos”, indicó.
¿Golpe a las rentas?
”Con la entrada en vigencia de la Ley 1816 o de licores, se corrige un poco la pérdida que sufren los departamentos en sus rentas del monopolio rentístico, ya que para el cumplimiento de los tratados internacionales se permite el libre mercado de licores. Además, la ley dejó una salvaguarda para los aguardientes, pero la no aplicación de lo señalado en la norma podría afectar de manera directa las rentas por concepto de licores, la cual es hoy la principal fuente de ingreso de los fiscos departamentales”, dijo la Secretaria de Hacienda del Valle.
Agregó que desde el año 2017, los departamentos vienen luchando porque el imperio de los importadores no sepulte la industria nacional. ”Hoy vemos cómo cada día el consumo de aguardientes se ve desplazado por los licores extranjeros y cada año pierden nuestras empresas espacio en el mercado de licores. Es muy difícil competirles a las multinacionales europeas y americanas con nuestras industrias de licores nacionales. Solo tenemos la protección arancelaria para evitar que los licores importados invadan el mercado y desplacen la industria nacional, que no solo genera empleo en la producción de aguardiente, sino que consume vidrio, tapas, empaques, alcohol y caña, entre otros insumos”, anotó.