¿Cómo se financian las personas y las empresas en Colombia?

Pese a los avances que se han dado en el mundo financiero, solo el 35% de la población adulta en Colombia tiene acceso a productos de crédito. Esto se debe, entre otros factores, a la informalidad laboral y las barreras regulatorias relacionadas con la tasa máxima permitida que desincentivan la oferta del crédito.

José Ignacio López, presidente de Anif, explicó que estos resultados están estrechamente relacionados con el nivel educativo, que en la población adulta se concentra mayoritariamente en la educación secundaria (41 %), seguida por la educación técnica (23%) y universitaria (21%). En términos de género, se destaca que el 53,3% de los adultos son mujeres y el 46,7% son hombres.

José Ignacio López, presidente de Anif, explicó que estos resultados están estrechamente relacionados con el nivel educativo, que en la población adulta se concentra mayoritariamente en la educación secundaria (41 %), seguida por la educación técnica (23 %) y universitaria (21 %). En términos de género, se destacó que el 53,3 % de los adultos son mujeres y el 46,7 % son hombres.

En cuanto a las empresas, agregó, se observó que el segmento Mipyme está compuesto principalmente por microempresas (91,1 %), seguido por una baja participación de pequeñas (7,5 %) y medianas empresas (1,3 %).

“Dentro de las microempresas, el 21 % de estas corresponden a negocios de subsistencia, creados para generar ingresos ante la imposibilidad de acceder a fuentes de ingresos en el mercado laboral. Estos datos coinciden con los reportados por Confecámaras, que indican que menos del 1 % de las empresas en Colombia son de tamaño grande. En términos de sectores productivos, la mayoría de las unidades se concentran en el sector servicios (67,8%), seguido del comercio (21,3 %) y la industria (11,0 %), dijo el Presidente de Anif.

Teniendo en cuenta los datos anteriores, surge la pregunta: ¿Cómo se financian las personas y las empresas en Colombia?

Teniendo en cuenta la investigación, se encontró que, tanto para hogares como empresas, la mayoría tiene una baja carga financiera, pues financian sus deudas con menos del 30 % de sus ingresos. Sin embargo, un 33,9 % de hogares y un 14,5 % de empresas tienen una alta carga financiera.

“Cuando analizamos la composición del stock de deuda, identificamos que las entidades bancarias son el principal prestamista tanto para hogares como empresas, sin importar el nivel de ingresos. La preocupación surge a medida que disminuye el nivel de ingresos, pues las fuentes de financiamiento informal cobran mayor importancia en la composición del stock de deuda”, explicó López.

En el caso de las empresas, añadió, el comportamiento es similar. “Si bien los bancos representan la mayor proporción del stock de deuda, para las empresas de subsistencia y las microempresas, las cuales componen la mayoría del sector empresarial del país, la deuda informal representa el 36 % y 26 % del stock de la deuda, respectivamente”.

Y es que si bien es cierto tanto para los hogares como para las empresas, los bancos y otros establecimientos de crédito formales prestan a tasas mucho más bajas que los esquemas informales, los mecanismos informales registran tasas sustancialmente más altas que cualquier otro tipo de acreedor.

En el caso de los hogares, el gota a gota tiene tasas de endeudamiento anual del 382,2 %, tasa que es 18 veces superior a la de un banco. “Teniendo en cuenta que los hogares con menores ingresos son quienes acceden mayoritariamente a esta fuente de financiamiento, encontramos un problema estructural en el que agentes más pobres son altamente vulnerables a recurrir a estas fuentes”, sostuvo José Ignacio López.

En el caso de las empresas, la situación es muy similar. La tasa del gota a gota que asumen las empresas supera en más de 30 veces la ofrecida por los bancos y casi duplica a la de los hogares. La tasa estimada corresponde a un 666,5 % y se explica principalmente por la mayor frecuencia en la que incurren las empresas.

Lo anterior lo que quiere decires es que el sector empresarial se vale más del pago diario, lo que representa un aumento en las tasas de interés de sus deudas.

Con el estudio, desde Anif concluyeron que la falta de acceso al sistema financiero formal “es cubierta por fuentes de financiamiento que pueden ser perjudiciales, ya que involucran cobros excesivos y condiciones riesgosas, algunas de las cuales colindan con actividades ilegales. Este fenómeno es resultado de varios factores que se entrelazan y entre los cuales los límites a las tasas de interés son uno de los más críticos”.