La fuerza económica de Colombia está a la vista: embajador de Estados Unidos
Peter Michael McKinley dijo que el panorama comercial de nuestro país se está abriendo cada vez más, así que para los estadounidenses se ha vuelto un mercado de gran potencial.
Peter Michael McKinley dijo que el panorama comercial de nuestro país se está abriendo cada vez más, así que para los estadounidenses se ha vuelto un mercado de gran potencial.
El embajador de Estados Unidos en Colombia, Peter Michael McKinley, fue protagonista de primer orden en el proceso de aprobación del Tratado de Libre Comercio, TLC, entre los dos países, que esta semana terminó con éxito, tras la votación favorable en el Congreso de la Nación norteamericana.¿Por qué razones Estados Unidos empezó a ver a Colombia como un socio comercial importante?En los últimos 5 ó 7 años Colombia se ha vuelto un socio cada vez más importante para Estados Unidos en términos comerciales. Para 2010 Colombia ya era el mercado número 20 más importante para Estados Unidos a escala mundial y en América Latina ya era el tercero, después de México y Brasil. Además, es un mercado creciente, porque la fuerza económica de Colombia está a la vista: 45 millones de consumidores, crecimiento sostenido del 5% o más, visto bueno de las calificadoras de riesgo y con acceso y negociaciones con mercados como los de la Unión Europea, Canadá, Mercosur y los países del Pacífico. El panorama de Colombia se está abriendo, así que para Estados Unidos se ha vuelto un mercado de gran potencial. Este acuerdo lo que hace es nivelar las condiciones para competir con los otros surtidores y países que tienen interés en Colombia. No pedimos nada más. Los otros acuerdos que negoció o está negociando estaban haciendo que se quitaran aranceles y que los productos estadounidenses quedaran por encima de esos niveles; ahora podremos ser más competitivos en varios sectores.¿Cómo cree que cambiarán las relaciones de los mercados, en especial con la llegada de productos y empresas estadounidenses a Colombia?Los análisis de crecimiento aplican para ambos países. Este año estamos viendo una tasa de crecimiento de las exportaciones de Colombia hacia Estados Unidos del orden del 27% y las de EE.UU. a Colombia, aún con barreras arancelarias, han crecido un 15%. Lo que se perfila es que habrá mayor demanda para productos norteamericanos, pues a través de décadas ya tenemos establecidas buenas relaciones con sectores y con empresas, especialmente en hidrocarburos, exploración de petróleo y gas natural, carbón, informática, autos y sector aéreo; ahora hay que buscar las oportunidades que se van a presentar en otras áreas, en un mercado que crece.¿Qué otros sectores económicos pueden llegar desde Estados Unidos?Lo que ha pasado es un reflejo en el cambio de las economías de América Latina y de cómo el mundo ve el potencial de esta región y particularmente de Colombia. Hay que despertar el interés de inversionistas sobre las variadas oportunidades que se están dando en una economía que se está diversificando y que se está volviendo más compleja y más competitiva. Si fuera adivino, podría buscar las inversiones yo mismo, pero de lo que estoy seguro es que muchas compañías americanas, ahora que se han destrabado los aranceles y que Colombia se ve más competitiva, van a buscar oportunidades aquí y las compañías colombianas van a estar buscando qué relaciones comerciales les sirven para su crecimiento. Ya hay intereses de compañías importantes en la banca, en seguros y habrá mucho interés en el sector de servicios.¿Qué cree usted que va a pasar en Colombia en el corto plazo, cómo se sentirá la entrada en vigencia del TLC?El Tratado no se puede ver de forma aislada. En los cinco años en que hemos estado a la espera de su ratificación, la situación económica en Colombia ha cambiado dramáticamente y en estos momentos el país ya tiene TLC negociados con otros poderes económicos importantes y tendrá en 2014 relaciones comerciales sólidas con todos los mercados importantes del mundo; así que el acuerdo con EE.UU. es parte de una estrategia mayor que inserta a Colombia en la economía global. Obviamente, en este momento la relación más importante de Colombia es con EE.UU. y lo que nosotros esperamos es que ahora haya más oportunidades de hacer proyectos a mediano y largo plazos y que haya inversiones que generen mucho más empleo en ambos países y más ingresos para nuestras compañías.Sectores productivos colombianos se sienten desprotegidos y el país cree que no está preparado en infraestructura para responder al tratado. ¿Estados Unidos apoyará a Colombia?Los sectores colombianos no están desprotegidos. El tratado incluye una disminución gradual de las protecciones arancelarias para los productos colombianos, especialmente en el sector agrícola, como en el arrocero y en la avicultura; además, hay cuotas que impiden que se exporte de forma que se afecte a estos sectores en los primeros años. A través de las negociaciones se tuvo en cuenta la protección de los sectores frágiles. Sobre el apoyo a Colombia, en los últimos años nuestra asistencia está menos enfocada a cuestiones de seguridad y narcotráfico y más a apoyos de carácter institucional y de desarrollo. Este año hemos trabajado en forma estrecha en iniciativas del Ministerio de Agricultura y con las oficinas encargadas de proteger el Medio Ambiente y queremos apoyar los planes de consolidación nacional en zonas marginales o no plenamente integradas a la economía nacional. Lo impresionante de Colombia es que en este momento hay un Gobierno que está haciendo una inversión a largo plazo en infraestructura, red vial, sistema portuario y en general hay un fuerte desarrollo social, de tierras, una mejora sustancial en la red de telecomunicaciones e informática y un potencial gigantesco en términos hidroeléctricos, así que el apoyo de EE.UU. seguirá presente, pero más importante que eso es que en Colombia hay un plan nacional de desarrollo que está teniendo un impacto fuerte sobre las perspectivas de crecimiento económico.¿Qué mensaje le envía a esos sectores que se sienten más temerosos por la aprobación del TLC?Que se tomó muy en cuenta la importancia de no hacerles daño a los sectores agrícolas colombianos. La realidad es que el TLC da protecciones a varios subsectores del sector agrícola y eso se va a respetar. También hay que ver que Estados Unidos no es el único mercado que vende productos agropecuarios a Colombia, porque el país no se autoabastece. A través de los últimos dos años, se concluyeron acuerdos sobre arreglos arancelarios con, por ejemplo, Canadá y países del Mercosur; por ellos Estados Unidos perdió terreno en los mercados de trigo, maíz y soya, porque Colombia importó de manera más económica de Argentina y de otros sitios. Es decir, el mercado colombiano está importando de muchos países y lo hará de muchos otros próximamente; lo único que busca este acuerdo es asegurar que exportadores norteamericanos tengan las mismas posibilidades de competir equitativamente en el surtimiento de un mercado que, como dije, no se autoabastece en muchos productos. Si el argumento es que los americanos van a terminar con ciertos sectores agrícolas, uno se tiene que preguntar ¿y los argentinos qué y los canadienses qué?Buena parte de los tropiezos que sufrió el Tratado ocurrieron por problemas sindicales, ¿qué debe pasar ahora con esos asuntos?Como se sabe, hemos trabajado en esos asuntos en forma conjunta con el Gobierno de Colombia y con la sociedad civil, los empresarios y los sindicatos a través de los últimos cuatro o cinco años, porque el tema de los derechos laborales fue un componente muy importante de las discusiones que se hicieron en los años 2006 y 2007.Desde entonces los gobiernos colombianos han trabajado en fortalecer y profundizar la protección de los derechos laborales, la protección a sindicalistas activos y están trabajando en cuestiones de impunidad, que no afecta solamente a sindicalistas, sino que es un problema nacional. El plan de acción laboral que se hizo en abril no es más que un esclarecimiento y una profundización de los compromisos que el Gobierno colombiano ya había asumido. Todos podemos constatar las mejoras de los últimos años y que siguen habiendo, aunque reconocemos que se debe trabajar más en asuntos como los derechos de asociación, asegurando que no haya abusos en la subcontratación y que haya mejoras en la protección de los activistas.