ECONOMÍA
La pesadilla en la que se ha transformado el 'sueño americano'
La economía del ‘Tío Sam’ está en cuidados intensivos: en una semana, 884.000 personas pidieron subsidio por desempleo.
Uno de los reflejos más negros de la crisis económica que la pandemia globalizó es el espejo actual de los Estados Unidos: entre el 30 de agosto y el 5 de septiembre, 884.000 personas se inscribieron por primera vez en ese país al subsidio por desempleo.
“Los datos son decepcionantes. Los niveles siguen en un nivel extraordinariamente alto”, dijo Rubeela Farooqui, economista jefa de High Frequency Economics, una plataforma dedicada a la evaluación diaria de data económica global: “Es especialmente preocupante que el ritmo de los despidos no se haya desacelerado más pese a que la economía ha abierto, y que más empresas han retornado a los negocios de forma online”.
El choque de la pandemia llevó la tasa de desempleo estadounidense, de un nivel históricamente bajo (3,5% en febrero), a 14,7% en abril. La estadística comenzó luego a ceder paulatinamente y en agosto dejó la cota de los dos dígitos hasta ubicarse en 8,4%. Lo que pasa es que al día de hoy, el mercado perdió 11,5 millones de empleos con respecto a febrero. Entonces esa América que el presidente Trump prometió devolver a la grandeza, rápidamente parece hacerse pequeña ante los efectos del Covid y las decisiones políticas de un Gobierno que ha insistido en minimizar la dimensión del virus.
“Ahora son 25 semanas consecutivas en las que trabajadores han solicitado beneficios de desempleo, lo que supera cada semana individual en cualquier punto de la Gran Recesión”, lamentó el presidente del Comité Nacional Demócrata y exsecretario del Departamento del Trabajo, Tom Pérez. Después de la semana 18 del inicio de la emergencia social, las solicitudes de auxilios habían empezado a mermar en concordancia con la reapertura de distintos sectores; pero esa disminución fue realmente flor de un día.
Los auxilios del Gobierno Trump, fueron posibles gracias plan inicial de rescate que aprobó el Congreso por dos billones de dólares.
El partido Demócrata, de hecho, ha reaccionado otra vez contra la gestión Trump, fustigando sus intentos por bajarle el perfil a la amenaza. Pero más allá de los siempre inútiles tuits de la indignación y de la oposición mediática, el jueves pasado fijaron una postura decisiva atravesándose a la propuesta del Gobierno que buscaba aprobar un nuevo plan de alivio para los damnificados, considerándola insuficiente de acuerdo con la realidad.
Aunque el oficialismo controla la Cámara Alta, compuesta por 100 escaños, para este plan el Gobierno necesitaba 60 voces y solo obtuvo 52 votos a favor. Tras el golpe inicial de la crisis, el Congreso aprobó un inmenso paquete de dos billones de dólares que ayudó a los trabajadores y sostuvo el consumo por buen tiempo. Por ello los demócratas ahora pedían un programa de tres billones, que además incluyera estímulos adicionales que permitan empezar a superar la crisis en el país con más víctimas mortales por covid en el planeta (190.873 fallecidos). Esta gran distancia entre las necesidades actuales y el ofrecimiento gubernamental, derivó en el naufragio del nuevo paquete de ayudas. Y en otra grieta política con previsibles repercusiones económicas.
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Los subsidios estaban programados incialmente hasta el 31 de julio, pero ante el presente actual, tienen una proyeccion adicional de 13 semanas.
A menos de dos meses de unas elecciones muy reñidas en las que Donald Trump busca salir reelegido, las relaciones entre los republicanos que controlan el Senado, y los demócratas que lideran la Cámara de Representantes, están en un punto muerto. Y así quedan en suspenso todos los desempleados del país.
Para Trump las cifras de empleo son vitales y pueden determinar su suerte en las elecciones del próximo 3 de noviembre, a las que llega con una desventaja en las encuestas frente a Joe Biden, quien lidera los sondeos con 50,5%, mientras que el Presidente roza el 43%, según el conteo de Real Clear Politics.
Por esta razón en los últimos días el presidente de los estadounidenses también arremetió desde la trinchera de las cifras, recordando los resultados de su estrategia de contingencia, a todas luces sorprendentes teniendo en cuenta que al día de hoy 29,6 millones de norteamericanos reciben una ayuda por desempleo o algún tipo de subvención relacionada a las consecuencias de la pandemia.
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Hiperbólico, como es su costumbre, hace memoria sobre los supuestos síntomas de resurgimiento que tuvierondurante el pasado mes de junio, cuando el Departamento de Trabajo contabilizó 4,8 millones plazas laborales reactivadas, lo que originó que en el inventario, las cifras de desempleo pasaran de 13,3, a un optimista 11,1. “Con todas las tribulaciones que hemos tenido, y que en su mayoría son noticias falsas, la confianza de los consumidores aumentó, las ventas de minoristas subieron, es el mayor incremento en la historia del país”, llegó a decir.
Leyendo las noticias de hoy sin embargo, ahora todo parece un espejismo con los colores de la bandera como fondo incierto. Solo entre marzo y abril, 21 millones de puestos de trabajo fueron eliminados en los Estados Unidos. El país de todos los sueños posibles hoy ya no es tan distinto a los demás. En sus calles, las pesadillas cada vez son más comunes.
En promedio, el auxilio adicional de desempleo entregado por el Gobierno de los Estados Unidos a los damnificados por la pandemia, es de 600 dólares a la semana.