Economía
Las razones por las que no sería conveniente una nueva reforma tributaria en Colombia
Académicos creen que el Gobierno tiene cómo maniobrar para conseguir dinero sin subir impuestos.
Para complementar su presupuesto de inversión el Gobierno Nacional presentará una nueva ley de financiamiento o reforma tributaria.
El anuncio no fue bien recibido por algunos economistas y académicos, quienes consideran que no es el momento, por la desaceleración económica, y argumentan que el Estado tiene opciones como la racionalización del gasto de funcionamiento.
Por ejemplo, el exministro y rector de la Universidad EIA, José Manuel Restrepo, afirmó que una reforma tributaria no es conveniente porque envía un mensaje de incertidumbre y desconfianza al sector empresarial, ya que no entienden por qué, después de dos reformas, se deba implementar otra. “Habría que recaudar más de los $12 billones previstos porque como se prevé una reducción del impuesto de renta a las organizaciones, como se ha anunciado, se tendrían que recoger recursos adicionales para compensar esa disminución”.
Similar apreciación dio José Ignacio López, presidente de Anif, quien cree que no es momento de pensar en una reforma tributaria porque ya con dos reformas recientes se está viendo un aumento en el costo del capital, asociado a una mayor carga tributaria y esto está generando un efecto adverso sobre la inversión y el crecimiento.
“Estamos viviendo una coyuntura donde el crecimiento de la economía está por debajo del potencial, no es adecuado aumentar la carga del sector formal”, señaló y agregó que este es un camino difícil de transitar porque “$12 billones “no son fáciles de recoger. Tendría que ser una mayor carga a personas naturales y a las empresas ( a estas últimas con sobretasas), lo que la convierte en una iniciativa indeseable, en un difícil momento de crecimiento e inversión”.
Henry Amorocho, profesor de Hacienda Pública y Presupuesto de la Universidad del Rosario, sostuvo que hablar de una tributaria es complejo porque las metas de inversión y del crecimiento del presupuesto público son bastante altas, y teniendo en cuenta el leve crecimiento que ha tenido la economía, no dan un escenario concreto para poder financiar el presupuesto.
“El Gobierno en su afán de hacer concordante el presupuesto con lo planteado en el Plan de Desarrollo, se ve en la necesidad de financiar los $12 billones y la única forma de conseguirlos es con una reforma que no es lo ideal en este momento”, dijo.
El #PGN2025 busca implementar estrategias de #ReactivaciónEconómica con justicia social y ambiental, apoyar la transición energética, y garantizar la sostenibilidad fiscal y estabilidad macroeconómica de 🇨🇴.
— MinHacienda (@MinHacienda) July 29, 2024
Comunicado completo ➡️https://t.co/FoUeQEcbWa pic.twitter.com/GNBFeH4U1w
¿Cuáles son las salidas?
Según José Manuel Restrepo, el presupuesto del 2025 muestra que los ingresos de funcionamiento crecen en $117 billones frente a 2022. “Hay que disminuir muchas de esas transferencias innecesarias y hacer un esfuerzo de austeridad en el gasto público de funcionamiento y burocracia. Hay de dónde maniobrar porque en los últimos 3 años el crecimiento de este gasto ha sido del 60%.
Agregó que hay otras fuentes de financiación, por ejemplo, “con el cierre diferencial de precio en gasolina, anualmente se están ahorrado $38 billones, ahí hay dinero de sobra, si se toman decisiones con el alza del acpm, habría unos $11 billones y la sola implementación de la reforma pensional significaría de $10 billones a $15 billones de giros menores a Colpensiones”.
De la misma manera, Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, comentó que hacer una tributaria en una economía estancada equivale a sacarle sangre a un paciente anémico.
“Parte de la explicación del bajo crecimiento tiene que ver con los efectos de las dos últimas reformas tributarias, luego no luce como una buena idea hacer otra”.
Para este economista, el problema de recaudo en este momento no se soluciona subiendo impuestos, se resuelve poniendo a crecer a la economía. “Solo hay 3 alternativas: subir los impuestos a las empresas, subir los impuestos a las personas o ampliar el cubrimiento del IVA. Las dos primeras no son factibles económicamente en este momento, y la tercera no luce viable políticamente”.
Para el abogado y docente Amorocho, el Gobierno hasta ahora ha planteado la reducción de la tarifa del impuesto corporativo de sociedades del 35% al 30%, “que generaría un espacio que más adelante habría que cerrarlo. Creo que con el impuesto al carbono habría una posibilidad de recaudo de $6 billones”.
Los otros $6 billones, afirmó, “el Gobierno no se la debería de jugar con más impuestos, sino del planteamiento de estrategias con resultados efectivos en la parte de evasión y recaudo tributario”.
Por su parte, Julio César Alonso, director del Centro de Investigaciones Económicas, Cienfi de la Universidad Icesi, manifestó que un plan de financiación, a través de otra reforma tributaria, desestimula la reactivación económica. “Los problemas en el balance fiscal deberían resolverse por medio de recorte en el gasto público y no en aumento de impuestos. La mejor reforma que se podría lograr en este momento implicaría reducir la tasa de tributación de las empresas. Pero esto no genera mayores ingresos que es lo que está buscando la administración Petro”.
Las estimaciones de crecimiento de organismos diferentes al gobierno indican que la economía 🇨🇴 crecerá entre 1.5% y 2% este año. Para 2025, proyectan un crecimiento superior, por encima del 3%.
— MinHacienda (@MinHacienda) July 30, 2024
Estas son las previsiones del @BancoMundial en su reciente actualización económica⬇️ pic.twitter.com/CMRKLJ0Xhp
Sobre el presupuesto
Según el análisis de William Reyes, analista de Gasto Público del Observatorio Fiscal de la U. Javeriana, el presupuesto de la Nación para 2025 tuvo un alza real en gastos de funcionamiento de 5%.
Sin embargo, la inversión pública caerá 16% en términos real. De esta forma, los $82,4 billones de inversión para el próximo año serán financiados en parte ($12 billones) por una Ley de Financiamiento (reforma tributaria). En caso de que no se materialicen estos recursos, el rubro de inversión sería de $70 billones, lo que implicaría 28% de caída.
“Hemos venido advirtiendo sobre el incremento desmesurado en el gasto de funcionamiento. Esta situación se ha agravado después de la pandemia producto de gastos de salud y transferencias”.
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