Los retos que enfrenta el sector azucarero en el país de cara al 2020

La agroindustria de la caña de azúcar enfrenta dos grandes amenazas que pueden poner en peligro su futuro si no se toman los correctivos a tiempo.

Por un lado, explicó María Eugenia Lloreda, presidente de Asocaña, está el crecimiento de las importaciones de azúcar de la Comunidad Andina (Ecuador, Bolivia y Perú). Estas compras no pagan arancel, mientras que hay muchas trabas para enviar el endulzante de Colombia a esos países.

Por otra parte, está el crecimiento de las importaciones de etanol desde Estados Unidos, que ya participan con el 40% del mercado nacional, por lo que la agroindustria le ha pedido al Gobierno que implemente medidas compensatorias (un arancel del 22%), lo que aún no se ha dado.

Según datos del sector, entre enero y septiembre del 2019, se han importado 181.000 toneladas de azúcar, un incremento de 162%, frente al mismo periodo de 2018 y se estima que este año las importaciones del granulado desde los países andinos estarán por encima de las 220.000 toneladas.

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El problema, argumentan, es que se está generando un mercado desigual, “Lo paradójico es que Ecuador nos impuso una salvaguardia que solo permite que les exportemos 17.000 toneladas al año, compartidas con Perú, mientras ellos han ingresado el doble a Colombia. En el caso de Bolivia, en el pasado le ha impedido el acceso a su mercado al azúcar de Colombia, mientras que puede ingresar a nuestro mercado sin límites”, dijo María Eugenia Lloreda.

Agregó la ejecutiva, que “el Gobierno sí nos ha escuchado, lo que pasa es que son procesos lentos y toca trabajar con países que son nuestros socios comerciales y las decisiones se tienen que tomar de una manera muy concertada”.

Sobre las importaciones de etanol de Estados Unidos también esperan que el Gobierno Nacional esté a la altura para tomar la decisión de otorgar esos derechos compensatorios en el corto plazo.

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Al final del 2019 esta agroindustria espera alcanzar una producción de 23 millones de toneladas de caña molida, cifra que estaría 6% por debajo de la registrada el año pasado. Sin embargo, ese dato le permitirá al sector ubicarse 2% por encima del promedio de los últimos 10 años. La menor producción se dio por los factores climáticos sumado a las importaciones de azúcar “que han impactado la molienda durante 2019”.

Asimismo, destacó Lloreda, que durante el segundo semestre del año la agroindustria aumentó sus niveles productivos, compensando las reducciones observadas en el primer semestre. De otro lado, el sector espera terminar el 2019 con una capacidad instalada de energía de 319 megavatios de los cuales 131 serían excedentes para la red nacional; en exportaciones esperan lograr 690.000 toneladas, una reducción del 10% frente a 2018.

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“Frente a 2020 esperamos que haya menos lluvias y que tengamos una mayor producción tanto en caña como en azúcar, pero persiste la amenaza de la importación de los países andinos, lo que no genera incentivos para producir”, dijo la ejecutiva.

El mejor panorama de producción para 2020 también lo tiene Procaña (gremio que reúne a cultivadores). Según informó Martha Betancourt, directora de esta asociación, la producción estaría aumentando de 115 toneladas de caña por hectárea logradas este año a 120, basados en cálculos de Cenicaña.

Agregó que el sector está pendiente de lo que pase con Brasil, porque de ahí dependerán, en gran parte, los precios internacionales.

“Con relación a los precios, la libra de azúcar crudo en el mercado de New York cerró en noviembre por encima de 13 centavos de dólar y a pesar del alza estamos aún por debajo de la cotización del 2015”, destacó Betancourt.

La Federación Nacional de Biocombustibles solicitó nuevamente apoyo del Gobierno para equilibrar las condiciones del mercado de etanol y permitir la sobrevivencia de la industria local.

El gremio pidió que se imponga un derecho compensatorio a las importaciones de etanol de al menos 22%. Según Jorge Bendeck, presidente de la Fedebiocombustibles, es necesario reestablecer los mecanismos de comunicación con la industria.

“El Gobierno ha dado prórrogas injustificadas a las reuniones, abandonando de esta manera a los productores nacionales y beneficiando tanto a los productores norteamericanos como a los importadores”, dijo.

Agregó que el bioetanol importado de Estados Unidos, que es subsidiado, se ha tomado más del 40% del mercado nacional. “Desde el 2016 dichas importaciones han aumentado en 900%”, lo que a su juicio pone en peligro a la industria nacional como los más de 286.000 empleos entre directos e indirectos que dependen de este sector. to sin sangría.

En lo corrido de este año la producción de etanol en Colombia se redujo 5% al pasar de 210 millones de litros a 196 millones de litros.