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Economía
¿Resulta conveniente cambiar la Regla Fiscal? Esto dicen los analistas
Modificar las reglas de las finanzas públicas puede enviar señales confusas a los mercados, afirman los expertos.
¿Qué tan conveniente sería para la economía colombiana cambiar la Regla Fiscal? Esa es la pregunta que hoy concentra el debate entre los economistas, luego de que el director del Departamento Nacional de Planeación, DNP, Jorge Iván González, planteara esa posibilidad.
El funcionario señaló, en el marco de la Conferencia Energética Colombiana de Enercol, que la actual Regla Fiscal es “inflexible” y el gobierno estudia la idea de permitir que algunas inversiones del Estado en el campo ambiental no sean contabilizadas dentro de la misma. “Eso genera un margen fiscal un poco más amplio”, precisó.
Fue adoptada por Ley en el año 2011 y lo que hace, concretamente, es fijarle al Gobierno unos límites de déficit fiscal, para que sus gastos no sean mayores que sus ingresos y pueda cumplir con el pago de las deudas que ha contraído. Su cumplimiento, por tanto, es un reflejo ante los mercados, de qué tan serio y disciplinado es un país para manejar sus finanzas públicas.
Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, planteó que no es una buena idea pensar en modificar la Regla Fiscal para acomodar más gasto público. “Modificar la norma no es conveniente porque la deuda del Gobierno sigue siendo alta. Además, en 2024, el gasto será el más alto de la historia y el déficit superior al 4% del PIB”, afirmó.
Entre tanto, Bruce Mac Master, presidente de la Andi, enfatiza que la Regla Fiscal es un instrumento necesario para honrar los compromisos internacionales. “La regla fiscal no es una norma que se haga en contra del Gobierno. Por el contrario, es un instrumento que le sirve al país para cumplir con las condiciones financieras que el mercado requiere”, dijo.
Por su parte el ex ministro de Hacienda Juan Manuel Restrepo, a través de su cuenta de X (antes Twitter), dijo que la idea de tener una ‘Regla Fiscal verde’ es como permitir un relajamiento de las obligaciones, que se de va a traducir en más déficit y más deuda para el país.
La voz de los analistas
Para Carlos Sepúlveda, economista y docente de la Universidad del Rosario, la institucionalidad de la Regla Fiscal debe ser respetada, pues la misma “garantiza unas reglas de juego claras y una legitimidad del país con los mercados internacionales”.
Sin embargo, para el analista esto no quiere decir que “no se puedan hacer excepciones en el marco de coyunturas específicas, como se hizo por ejemplo, en la pandemia”.
Agregó que esta norma “lo que hace es obligar al Gobierno a ser responsable en el largo plazo”.
“Aún falta información sobre los cambios que quieren hacer, pero cuando el río suena, piedras lleva. Si el mayor gasto tiene impacto positivo sobre el empleo y la economía, puede ser positivo, pero repito habría indisciplina fiscal y gasto excesivo”, agregó Viveros.
Julio César Alonso, director del Centro de Investigaciones en Economía y Finanzas de la Universidad Icesi, señaló que cambiar las reglas de juego a nivel financiero puede afectar las finanzas públicas en el exterior.
“Esto podría mandar una mala señal a los inversionistas del exterior. Se elevarían las tasas de interés porque habrá mayor endeudamiento”, advirtió.
Similar apreciación dio la presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana, AmCham Colombia, María Claudia Lacouture, quien advirtió que la posibilidad de un cambio en la Regla Fiscal de Colombia envía señales confusas a los inversionistas en momentos de desaceleración económica nacional e internacional.
“El Estado nunca tendrá recursos suficientes para atender todas sus necesidades y expectativas. La clave está en saber distribuir los existentes, fomentar crecimiento económico y empleo para generar más ingresos”, expresó.
Agregó que “Colombia es un país que se ha caracterizado por un manejo responsable de la economía, lo cual le ha permitido resistir de mejor manera las turbulencias de la economía internacional y superar los retos internos”.
Por eso, concluyó, “la sola posibilidad de pensar en hacer una modificación envía señales confusas y equivocadas a inversionistas y calificadoras de riesgo en momentos de tensión por alta inflación y desaceleración económica”.
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