Sandra Awakon, directora de Sodicom, asegura que Cali está lista para la transición energética

Los distribuidores de combustibles en Cali consideran que están listos para avanzar en los procesos de transición energética que plantea el país.

Así lo comentó Sandra Awakon, directora de Sodicom, gremio que agrupa a las estaciones minoristas en la región y quien aseguró que la disposición de los empresarios existe, pero que se requieren reglas claras por parte del Gobierno Nacional para hacer inversiones.

Un paso, por ejemplo, sería tener electrolineras (espacios para carga de vehículos eléctricos), sin embargo, explicó que actualmente no hay una normatividad que permita esto.

De este tema y el futuro del sector habló la directora de Sodicom, agremiación que hace parte de la Confederación Minorista de Combustibles y Energético (Comce), que cuenta más de 2700 estaciones de servicio en el suroccidente del país, de las 6000 que operan en Colombia.

¿Hoy cómo está el sector de distribuidores minoristas de gasolina?

Todavía el combustible como la gasolina sigue siendo ese producto primario, necesario que tenemos que garantizar de manera permanente. Hoy las 129 estaciones de servicio que hay en Cali estamos generando más de 5000 empleos directos y otros 5000 indirectos, porque ahora en las estaciones se prestan otros servicios como las tiendas de conveniencia.

Venimos evolucionando no solamente con temas de transición energética, sino de renovación continua. Le seguimos apuntando al gas natural vehicular que sigue siendo una alternativa en la transición energética (tenemos 32 estaciones entre mixtas y exclusivas en Cali), estamos hablando ya de GLP y montándonos en el tema de electromovilidad.

¿Cuándo se tendrán electrolineras?

Cuando uno se sienta con las autoridades todos hablan de electricidad y hablamos de la electromovilidad, pero ¿qué pasa? Nosotros dependemos muchísimo también del mercado y de la normatividad. Hoy una estación de servicio tiene la infraestructura para poder desarrollar las electrolineras, pero la normativa no nos permite salir a vender energía porque hoy los que están autorizados son las empresas de energía.

Podríamos prestar un servicio para que la gente pueda cargar sus vehículos, pero el consumo solo lo pueden cobrar las empresas de ese sector.

El mercado de autos eléctricos es muy pequeño aún...

Creo que hay que dinamizar y mover ese mercado. Entrar a hacer una inversión de una electrolinera que podría ser de entre $300 millones o $400 millones, pero ¿dónde está el mercado? Cómo voy a poner una electrolinera cuando las condiciones del mercado no están claras.

Por ejemplo, en Europa, el tema de energía y electromovilidad está estancado cuando fueron los pioneros, y vemos como compañías como Repsol le están apuntando hoy a los combustibles sintéticos, que es un producto similar al combustible, pero que no es derivado de petróleo. Ahora lo que Colombia debe estar viendo es cómo vamos a incorporar este tipo de alternativas en la normatividad, porque este no es un derivado del petróleo y se puede tanquear el vehículo sin tener que hacer ninguna transformación.

Nuestra petición para las autoridades locales y nacionales es que queremos trabajar en transformación y la transición energética, como sector tenemos la infraestructura, pero debemos trabajar juntos para mirar cuáles son las mejores opciones.

¿Cuáles es la preocupación del sector hacia futuro?

Yo diría que más que preocupación es el interés que tenemos de que todavía pensemos que el combustible sigue siendo un producto de necesidad, no solamente en el tema de movilidad, sino para la industria.

Hoy sentimos mucha satanización alrededor del combustible y también hay que entender que no se no se vende un combustible fósil, aquí se comercializan mezclas con etanol para el caso de la gasolina y con el aceite de palma, en el caso del diésel y eso significa que nosotros también le apostamos al cuidado del medio ambiente.

¿Entonces hacia dónde va la transición energética en movilidad?

Si lugar a dudas tendremos un tema de híbridos, seguiremos con la migración eléctrica, vienen alternativas como el GLP, estamos hablando hoy de hidrógeno verde. Hay muchas opciones, pero mientras no tengamos claridad normativa, una estrategia definida por parte del Gobierno Nacional todavía para nosotros es incierto decir por cuál opción se puede ir el sector. Para nosotros es importante decirle a la gente que estamos listos para meternos en la transición energética, pero no podemos olvidarnos que el combustible es el producto que seguiremos usando para la movilidad hasta que las reglas y condiciones de la transformación estén claras.

¿El alza del precio le ha pegado afectó el consumo?

Después del incremento del precio de la gasolina hemos venido decreciendo más o menos entre 9% y 10% el consumo, entonces siempre se siente el impactado.

Antes que podías ir y llenar el tanque del vehículo con $100.000 0 $120.000; hoy la gente compra $20.000 o $50.000, entonces cuando sumas al final del ejercicio, ves impactado en el volumen.

¿Cuánto era el consumo de gasolina en Cali?

El promedio de consumo hoy en gasolina es de 9 millones de galones en el mes en Cali. El año pasado podríamos estar en 9,1 millones, se evidencia una baja, más el impacto de inflación.

¿Las estaciones minoristas son de grandes franquicias o hay pequeños propietarios?

Desde el 2011 no hay construcciones de estaciones de servicio nuevas en Cali, pues se hizo un estudio que evidenció que había saturación de estas.

En la ciudad, los distribuidores son empresarios pequeños y medianos que han puesto su capital en este negocio. Pero por ley, a los minoristas les toca poner la bandera de la empresa mayorista a la que le compran el combustible.

Uno de los problemas que tiene el distribuidor minorista es que el combustible lo debe pagar de manera anticipada al mayorista y del precio de venta que está entre $15.400 y $16.000 por galón, su ingreso real está entre $200 a $1000 porque de toda la estructura del precio de la gasolina, se sigue pagando 30% de impuestos, 50% a Ecopetrol y otro porcentaje a los biocombustibles y el margen que le queda al distribuidor minorista, que es su verdadero ingreso, es bajo y el toca jugárselo cuando compite también por precio en el mercado para poder garantizar su estabilidad.