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Adecuar un espacio cómodo, ventilado y con buena iluminación, lejos de distracciones como el televisor, el equipo de sonido y el ruido de la calle, entre otros, favorece la concentración de los niños y los jóvenes. | Foto: Especial para El País

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Consejos para que sus hijos no sufran en clases virtuales

Para evitar traumatismos, maneje las emociones de niños y adolescentes y acompañe su proceso de estudio. Expertas comparten otros consejos.

30 de agosto de 2020 Por:  Andrea Milena Otero Otero, reportera de El País

Hoy en día es común que la sala o el comedor familiar se hayan convertido en el aula de clase y que el profesor esté detrás de una pantalla dirigiendo los procesos de aprendizaje de los estudiantes, como parte de la transformación que ha traído a la educación el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación y, por supuesto, el confinamiento causado por la pandemia generada por el Covid-19.

Así, el estudio, ya sea ciento por ciento a distancia o en alternancia, “lleva a que los estudiantes, especialmente de primaria y bachillerato, entren en un proceso de adaptación que requiere tiempo, porque implica un desarrollo distinto de sus habilidades sociales y la familiarización con una nueva rutina y un entorno escolar en el que ya no hay una vida colectiva entre compañeros y maestros”, opina Adriana Marcela Castaño Méndez, psicóloga educativa del Colegio Americano de Cali.

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Por su parte, la psicóloga Eliana Katherine Gamboa García, magíster en Educación, docente en la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad de San Buenaventura, y profesora en la Institución Educativa Inem, recomienda que se promueva la resiliencia familiar y se integren curricularmente nuevos aprendizajes que no estén necesariamente ligados con el trabajo académico, es decir, que se encuentre un equilibrio y relación entre la formación escolar y la vida cotidiana, para que de esta manera el aprendizaje sea más liviano.

Al respecto, Carmen Elena Urrea Benites, psicóloga, magíster en Educación, docente investigadora y líder de proyectos de mejoramiento de la educación en Cali, y Rocío Antonella Bonomo García, licenciada en Ciencias de la Educación, de la Universidad Nacional de San Juan, Argentina, coinciden en afirmar que, para fomentar un aprendizaje efectivo, es indispensable dar valor al componente emocional de los estudiantes, para lo cual no solo se debe establecer una rutina de estudio, sino también generar espacios de ocio y diversión en los hogares para lograr mayores niveles de desempeño escolar.
A continuación, las profesionales comparten otras recomendaciones:

Construyan horarios de trabajo y saquen tiempo para todo.

Como padres o adultos responsables participen en las actividades escolares de los niños y los adolescentes, esto fortalece la relación psicoafectiva con ellos.

Además, recuerden que, aunque las obligaciones escolares son importantes, es necesario que se establezcan tiempos para iniciar y culminar una tarea, evitando que el único objetivo sea responder a los compromisos académicos. Para ello, consideren que los tiempos de estudio en casa no necesariamente deben ser los mismos de la escuela; es decir, los horarios pueden ser más flexibles, permitiendo que el niño o el joven comparta más en familia.

Es necesario establecer normas y reglas al interior del hogar, que lleven a estimular una sana convivencia.

Promueva una alimentación saludable.

Si bien ahora no hay acceso a los restaurantes escolares, es importante que desde el hogar se contribuya al bienestar físico de los estudiantes para que tengan más energía y mejoren su concentración. Que no falten las frutas y verduras dentro de la dieta diaria.

Es probable que por el estudio en casa algunos menores presenten momentos de estrés, llevándolos a cuadros de ansiedad alimentaria o de inapetencia. Ante estas situaciones la recomendación es consultar con un especialista en el tema para evitar futuras complicaciones.

Maneje las emociones. Ante momentos de frustración que pueden experimentarse en la educación virtual por situaciones cotidianas como las fallas en la conectividad, o ante la desmotivación del menor por la ausencia de contacto físico con compañeros y maestros, es importante construirles a los niños y los jóvenes una idea de futuro, en la que puedan visualizar las posibilidades del reencuentro en entornos distintos a la casa.

Pongan en práctica las técnicas de estudio.

No todas las personas aprenden de la misma forma, por eso, el uso de técnicas como los mapas mentales, las fichas de estudio, la síntesis, el uso de imágenes, entre otros, contribuyen a la construcción de buenas prácticas escolares, favoreciendo la concentración y la comprensión de la información.

Aprenda a usar las herramientas digitales adecuadamente.

Plataformas como Zoom, Teams, Hangouts, Meet, Moodle, entre otras, son bastante empleadas en los procesos de educación virtual hoy en día; no obstante, también se acude a otras más conocidas como Gmail o WhatsApp. Sin embargo, esto no significa que, a pesar de estar en la era de los nativos digitales, todas las personas dispongan de la experticia suficiente para utilizarlas.

Así, la recomendación es que se apoyen con otros papás o estudiantes o, de ser necesario, se solicite a la institución educativa para que desde el trabajo de los docentes y demás profesionales se promueva una alfabetización digital que lleve a obtener resultados más satisfactorios sin tanto traumatismo.

Exalte el valor de la responsabilidad.

Por más simple o compleja que parezca la tarea, inculque en los menores la importancia de cumplir a tiempo con ese compromiso, porque además de posibilitar la consecución de una buena calificación ayuda a que niños y jóvenes formen su personalidad con base en el respeto por las obligaciones adquiridas.

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