EDUCACIÓN
La Unal- Palmira creó el Doctorado en Estudios Ambientales
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La Universidad Unal sede Palmira creó el Doctorado en Estudios Ambientales. A su vez, propone la creación de una admisión especial para que aquellos jóvenes que estudian en la ruralidad puedan acceder a la educación.
Doctorado en Estudios Ambientales
La amenaza medioambiental que enfrenta el ser humano en la actualidad es alarmante. El cambio climático, que cada vez se hace más notorio con las altas temperaturas que van en aumento y azotan distintas partes el mundo es el llamado de auxilio de este planeta llamado hogar. Según datos de la Organización Meteorológica Mundial, “los siete años transcurridos desde 2015 son los más cálidos de los que se tienen registros”.
Es por esto, que un entorno académico sólido y de alto nivel científico debe responder a las problemáticas medioambientales a nivel nacional y global, por lo que la Universidad Nacional de Colombia, Unal, sede Palmira, al notar esta necesidad abrió en su oferta académica el Doctorado en Estudios Ambientales, siendo este programa pionero en el Valle del Cauca.
Según datos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica, Noaa, de Estados Unidos, en mayo de 2021 la concentración media mensual de CO2 alcanzó un máximo histórico acumulado que no se registraba hace más de 3 millones de años.
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Según Janneth Torres Agredo, profesora y coordinadora del Doctorado que es ofrecido por la Facultad de Ingeniería y Administración de Palmira, es importante resaltar que “la problemática ambiental va más allá de los recursos naturales y la temperatura: comprende el territorio y las necesidades de sus comunidades”.
Por consiguiente, el programa establece tres líneas de investigación: uso sostenible de los recursos naturales; planeación y desarrollo territorial; y sociedad, economía y medioambiente.
Este Doctorado está dirigido a profesionales de cualquiera disciplina, pero, sobre todo, de las ramas de la ingeniería agrícola, agropecuaria, agroindustrial, biológica, de procesos, forestal, mecánica y de alimentos, entre otras.
En la actualidad, cuenta con tres estudiantes que iniciaron el semestre pasado y se interesaron en analizar y dar soluciones sostenibles a los diversos problemas medioambientales que afectan al Valle del Cauca.
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Uno de sus estudiantes, José Alejandro Raigoza Zapata, escogió la línea de planeación y desarrollo territorial, por lo que quiere “estudiar los efectos ambientales causados por proyectos de intervención como infraestructuras viales y zonas francas en las comunidades del municipio de Yotoco, en el Valle del Cauca”.
Asimismo, buscará aportar a la gestión social y el desarrollo, con enfoque territorial, soluciones que permitan enfrentar las dificultades ambientales de las comunidades de Yotoco, ya que este municipio cuenta con una población cercana a los 16.000 habitantes, de los cuales el 48 % pertenece a la población rural.
“Pese a su potencial ambiental, el municipio ha vivido cambios constantes en el uso del suelo, bajos niveles de inversión en procesos de conservación ecológica, conflictos derivados de la minería ilegal y tenencia de la tierra, así como dificultades de acceso al recurso hídrico y una limitada acción por parte de los gobiernos para liderar procesos de conservación de áreas estratégicas”, asegura el estudiante Raigoza.
Por otro lado, la ingeniera ambiental Johangeline Pérez González, quien también está cursando el Doctorado, ha decidido profundizar en el área de planeación estratégica y desarrollo territorial, con el objetivo de aportar un instrumento que no solo mejore la condición medioambiental de las comunidades, sino que pueda responder al modelo de sostenibilidad de ordenamiento territorial en zonas rurales, dando el ejemplo que “la problemática en Tuluá se evidencia en la productividad de las comunidades y en el desgaste de los recursos naturales, porque no hay reglamentación definida”, indicó la ingeniera.
Finalmente, Adriana Martínez Arias, quien aparte de estudiar el Doctorado es docente de la Unal sede Palmira, desea aportar desde su conocimiento en sistemas de información geográfica al país.
En la actualidad el programa tiene abiertas las inscripciones hasta el 11 de noviembre.
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Se pretende crear admisión especial para jóvenes con vocación rural
Frente a la necesidad de brindar opciones a las nuevas generaciones con respecto a las carreras del sector agropecuario y la falta de información que reciben los estudiantes de bachillerato al respecto, la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Agrarias de la Universidad Nacional en sus distintas sedes (Bogotá, Medellín y Palmira) trabajan en conjunto para la creación de un programa de admisión especial que favorezca el ingreso a quienes tengan esta vocación rural en la Institución.
Esta iniciativa se llevaría a cabo por medio de visitas a colegios rurales para encontrar estudiantes que deseen ingresar a cursar algún programa de su oferta agraria dentro de la Universidad Nacional, Unal. A su vez, brindaría becas para garantizar no solo así el ingreso a la institución, sino a la sostenibilidad del cursante durante sus estudios. Este programa nace ante la disminución de la tasa de inscripción para las carreras de Zootecnia, Ingeniería Agrícola e Ingeniería Agronómica que enfrenta la universidad.
El profesor Mario García, decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Unal sede Palmira, expresa que “el problema no tiene que ver con el cumplimiento de cupos, sino con la vocación de los estudiantes, situación que se evidencia en la tasa de deserción de estas carreras”.
Por su parte, el profesor Álvaro Betancourt, de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Unal sede Palmira, explica que esto se debe a que los jóvenes rurales han encontrado en lo urbano “las comodidades que no encuentran en el campo”.
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Otro factor determinante del bajo número de inscripciones en estos programas se debe al panorama que se vive en el campo debido al conflicto armado, que causa que Colombia sea catalogado como uno de los primeros en el mundo con desplazamiento interno, crecimiento de monocultivos y ganadería extensiva.
La población rural en el territorio colombiano ha disminuido con el pasar del tiempo, es decir, hace 50 años tan solo el 30 % de la población habitaba la zona urbana del territorio y el 70 % pertenecían al campo. Pero en la actualidad, la tendencia se ha invertido, es decir, la población rural corresponde al 22,9 %, poco más de 11 millones de personas, según el Dane.
La reducción de la población rural se acentuará en los próximos años; de hecho, el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía, Celade, estima que para 2050 esta será de apenas el 13 % de los colombianos.
Según el censo de 2017, Colombia contaba con 40 millones de hectáreas aptas para agricultura y ganadería, de las cuales solo 7 millones estaban sembradas. A pesar de esto, el agro aporta casi el 9 % del PIB del país, es decir, cerca de 30 millones de dólares.
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Es por esto que la Unal ha mostrado interés en estimular en los jóvenes la vocación rural, por medio del proceso de esta admisión especial. Brindando estas oportunidades a los mejores bachilleres de los colegios rurales, atendiendo así la importancia de las ciencias agropecuarias y agrarias que aportan al desarrollo del país.
El profesor Carlos Germán Muñoz, decano (e), informó que la propuesta será elevada al Consejo Académico y posteriormente al Consejo Superior Universitario de la Unal para su aprobación