EDUCACIÓN
Las cinco nuevas tendencias de la educación universitaria después de la pandemia
A la par con la transformación del mundo a todo nivel, la tecnología surge como herramienta fundamental para docentes y alumnos. Aulas colaborativas, microaprendizaje y tecnologías emergentes se imponen en este año.
La tecnología siempre ha estado presente en la educación de los jóvenes, pero desde hace dos años con la llegada de la pandemia se convirtió en la mano derecha de docentes y alumnos universitarios. Incluso ahora, cuando los estudiantes ya regresaron a clases presenciales, sigue siendo la protagonista.
Así es como ciertas tendencias como las aulas colaborativas, las nuevas tecnologías emergentes y las salas de clase híbridas se imponen como el principal recurso de las instituciones para este año, en el que las IES tienden a ser más flexibles en sus modelos.
Al respecto, Astrid Tibocha, directora de la Unidad de Desarrollo Curricular y Formación Docente, de la Universidad Santo Tomás, manifestó que aunque la pandemia enfrentó a la humanidad a un cambio radical, la educación superior ya venía cambiando y había iniciado un camino de búsqueda hacia una enseñanza de alta calidad. “El cambio más importante que se da para este 2022 es el reconocimiento de la educación superior apoyada en la tecnología y con calidad académica.
Los docentes deben actualizarse en métodos de aprendizaje.
Este tipo de formación está en el techo de las opciones para el aprendizaje en el mundo entero”, expresó la profesional, quien explicó que “con la pandemia fue más lo que se ganó y se evolucionó, pues ahora el estudiante cuenta con más herramientas para alcanzar logros y competencias”. Pero, ¿cuáles son esas tendencias educativas que impartirán en esta nueva era las universidades en su comunidad académica? Educación en las Regiones le cuenta en qué consisten y cuáles son sus ventajas.
1. Las aulas, ahora colaborativas
Esta modalidad, que cada día toma más fuerza, tiene como objetivo que los alumnos participen en la clase de manera más proactiva y compartan sus propios conocimientos, generando así una mejor retroalimentación con los docentes.
“Su mayor beneficio es que amplifican el aprendizaje basado en la tecnología. Además, son un apoyo vital para la presencialidad, pues el estudiante ya no necesita estar en un salón de clase para recibir la explicación del profesor”, manifestó Astrid Tibocha, de la Universidad Santo Tomás.
Estos espacios fomentan, además, la creatividad, la enseñanza didáctica y el aprendizaje autónomo. “Permiten compartir con cualquier compañero, esté presente o no”, aclaró.
2. Tecnología emergente
Las nuevas tecnologías emergentes le exigen al docente ser más creativo, tener una preparación de avanzada, analizar qué dispositivos puede usar y estar en permanente formación. Pero capacitarlos en el manejo de estos dispositivos didácticos es todo un reto.
Alejandro Domínguez, director de Icesi Virtual, señaló que “gracias a la tecnología se pueden desarrollar contenidos de calidad y tener interacción entre estudiantes y profesores y entre los alumnos.
En este nuevo mundo se destacan las plataformas LMS que ayudan a que los procesos de aprendizaje virtuales o presenciales sean más dinámicos.
Asimismo, el desarrollo de apps y servicios innovadores de aprendizaje móvil crece de la mano de las TIC.
“Es vital que desde las aulas se aprovechen de manera didáctica los nuevos ambientes de aprendizaje y, para ello, los centros educativos deben introducir a los alumnos en conocimientos de realidad virtual y aumentada, aprendizaje móvil, inteligencia artificial y programación”, sostuvo Domínguez.
3. Un modelo híbrido
La pandemia aceleró la digitalización en el proceso de formación de los estudiantes y para adaptarse a este nuevo concepto las universidades debieron potenciar el aprendizaje en línea.
En consecuencia, se plantea ahora un nuevo modelo de educación híbrida, donde se combina lo mejor de la on line con lo más valioso de la presencial, creando un método más personalizado y dinámico.
Así lo confirmó Alejandro Domínguez, quien destacó “que este modelo estimula otras competencias para lograr estudiantes más motivados y comprometidos con su propio aprendizaje y con mejores resultados académicos”.
Eso sí, esta nueva forma de aprendizaje requiere de una estrategia pedagógica y didáctica. Es decir, que haya una alineación entre los objetivos de aprendizaje y los específicos, las actividades y la evaluación, “para que garanticemos las experiencias que se prometen. Si no se hace esa alineación se pierde la calidad”, tal como lo advirtió el director de Icesi Virtual.
4. Microaprendizaje
También conocido como Microlearning, esta es una nueva estrategia cuya principal característica es la brevedad de las lecciones que se imparten. Alejandro Domínguez, de la Icesi Virtual, explicó que hace referencia al conocimiento concentrado en pequeñas píldoras, que sirven para explicar conceptos, herramientas o tutoriales.
Igualmente, permite transmitir de una manera más fácil y dinámica las ideas, logrando quedarse en la memoria de los estudiantes.
En esta práctica el video es uno de los principales elementos, pues permite adquirir conocimiento y competencias en un tiempo más corto.
Al respecto, la psicóloga Pilar Zapata, dijo que entre las ventajas del Microaprendizaje hay que destacar que requiere invertir poco tiempo para aprender de un modo más efectivo y se puede adaptar al ritmo de cada alumno. Además, se desarrolla con una sola idea conductora, el acceso a los contenidos es libre, se puede hacer en cualquier momento y las cápsulas informativas pueden ser etiquetadas para realizar búsquedas más rápidas.
“El microaprendizaje les permite a los docentes usar distintos materiales, como juegos, videos y diapositivas, que capturan la atención de los jóvenes y esto hace que aprendan más rápido y pongan mayor interés al adquirir nuevos conocimientos”, puntualizó la profesional.
5. Educación basa en competencias
Este concepto se ha ido ganando un puesto importante en el escalafón de las tendencias educativas, ya que prioriza las competencias que adquieren los alumnos por encima del tiempo que pasan en clase, teniendo en cuenta que antes a los jóvenes no se les reforzaban las habilidades que iban a necesitar después de graduarse. Así, los estudiantes son evaluados teniendo en cuenta dichas destrezas y los resultados obtenidos en su proceso de aprendizaje.
Según Alejandro Ortiz, director de Icesi Virtual, con este método los alumnos se sienten más motivados y comprometidos con su aprendizaje y ofrecen mejores resultados académicos, alineados con las habilidades emergentes del mercado laboral. “Buscamos que los procesos de aprendizaje desarrollen habilidades específicas o genéricas, acompañados de nuevos saberes, para que la persona pueda participar de estos contextos que le exigen prepararse de diferentes formas y crecer para desenvolverse en sociedad. “Si no tienes competencias digitales, vas saliendo de la interacción”, sostuvo el directivo. Entre las ventajas que ofrece esta forma de aprendizaje está que es más flexible y se logra una preparación acorde al mercado laboral, con docentes que actúan como orientadores para que sus estudiantes adquieran dominio de sus competencias.