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Las visiones actuales de la figura paterna en la crianza

Es importante la presencia de un padre en la formación de un hijo, dicen los especialistas, pero que una mujer lo críe sola no los afecta tanto cuando los educa con mucho amor y grandes valores.

24 de marzo de 2023 Por: Fernando José Bejarano Zorrilla, especial para El País

Controversia a nivel nacional causó el comentario que el presidente Gustavo Petro hizo en entrevista con la Revista Cambio recientemente. El mandatario aseguró que no crió a su hijo Nicolás Petro, quien hoy está ligado a un escándalo de corrupción por supuestamente recibir dineros de narcotraficantes para la campaña presidencial del Pacto Histórico y de los cuales, al parecer, se apropió para su beneficio personal.

De acuerdo con el Jefe de Estado, en la época en que él hacía parte de la extinta guerrilla M-19, su primogénito estaba pequeño y decidió alejarse de él porque tenía miedo de que lo asesinaran por ser hijo de un combatiente.

Más allá de la polémica mediática, lo que queda claro es que Nicolás Petro, fue otro colombiano más criado solo por su progenitora, como otra madre soltera de las que abundan en el país.

Se denomina madre soltera a aquella mujer que cría a sus hijos sin tener a su lado la presencia de un padre, ya sea por distintas razones como viudez, abandono o separación.

Según un estudio del Departamento de Economía de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, se estima que las mujeres reciben ingresos económicos mensuales inferiores al de los hombres en un 35,8 %, lo que hace que las madres solteras tengan que elegir un empleo bien remunerado con el cual les alcance para mantener a sus hijos. No obstante, tienen poca flexibilidad en los horarios para cuidar de ellos. O tienen que optar por un teletrabajo que les permita estar con ellos, pero, en muchos casos la paga no es suficiente.

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Colombia es un país en el que el número de las madres solteras cada vez va en aumento. Según cifras del Dane, actualmente hay más de 12 millones en ciudades y en zonas rurales.

Importancia de la figura paterna

En la crianza de un hijo es fundamental que haya la presencia de la figura paterna porque esta le brinda estabilidad al niño o a la niña desde todos los conceptos y aspectos: en lo social, en lo económico y principalmente en el equilibrio emocional, porque los primeros años de vida de una persona es cuando se establecen vínculos fuertes con su entorno cercano.

Por lo tanto, el padre durante la crianza de un hijo representa una figura de autoridad dentro de la conformación de una familia y más, cuando llega a tener algún tipo de relación con él. Esto implica que cuando se muestra desinterés por el niño o la niña se afecta su salud mental y evidentemente, su estabilidad.

“Los padres son figuras de protección y apego. Si el papá se desentiende del niño lo está desprotegiendo física y emocionalmente, lo que podría generar un daño psicológicamente grave, que puede condicionar al niño en su crecimiento y en su vida de etapa adulta”, comenta la psicóloga y comunicadora social Tatiana Cuéllar.

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Por otro lado, se debe pensar en la importancia del cuidado colectivo, que hace referencia a que toda la crianza de los hijos no recaiga solamente sobre la madre, debido a que a lo largo de la historia ese rol ha estado feminizado porque por defecto, ha sido la madre quien cuida a sus hijos y el padre es el que se encarga de proveer y trabajar y, en consecuencia, ha estado eximido en la responsabilidad de cuidar.

Pero hoy en día, “en ese sentido es muy importante que no sea solo la madre o una mujer quien cuide todo el tiempo a su hijo, sino que haya corresponsabilidad en los roles masculinos de esa crianza y de ese cuidado”, señala Alejandra Ordóñez, psicóloga clínica y docente del Departamento de Estudios Psicológicos de la Universidad Icesi.

En algunas ocasiones, por la compañía de un abuelo o un tío en la crianza de un hijo, se pueden cometer acciones dañinas como la sobreprotección, la rigidez en la autoridad y la permisividad.

El rol femenino

El hecho de que los hijos sean criados solamente por sus madres o por una figura femenina no significa que vayan a tener consecuencias negativas a lo largo del desarrollo de sus vidas, pero sí puede haber por parte de ellos ciertas reacciones, debido a que a ellos en la actualidad se les enseña que dentro de los derechos universales que tiene como niño está el derecho a una familia, la cual es entendida como el núcleo principal de la sociedad.

De acuerdo con la psicóloga Tatiana Cuéllar, en el caso de que el padre haya abandonado al niño durante la infancia, uno de los primeros sentimientos que afronta ese hijo a medida que va creciendo es el no sentirse amado porque lo rechaza alguien que es importante para él y ese no sentirse amado es sinónimo de abandono. Esto significa que el menor puede interpretar que no hay un interés por parte de su papá hacia él o ella.

Asimismo, la especialista resalta que en este caso no significa que sea positivo o negativo el hecho de que la madre o una figura femenina se encargue de la crianza de esos hijos, sino que cuando hay un abandono por parte del padre, la primera persona afectada es ese niño en su emocionalidad porque se siente no amado.

Es fundamental ser claros en que no es bueno o malo si ese hijo o hija lo cría la mamá, la tía o la abuela. Lo aversivo que resulta, agrega la psicóloga Cuéllar, “es que el papá lo abandone o que en su entorno cercano él no sienta el cariño, el afecto y la protección al que tiene derecho una persona que está iniciando la vida o que está iniciando su proceso de crecimiento”

La psicóloga Alejandra Ordóñez coincide en que no es negativo que los hijos sin un padre se críen con una figura femenina porque, según ella, sería muy lapidario pensar que los niños y niñas que han sido criados por una mujer tengan una consecuencia negativa.

“Lo que es muy lamentable, es que en nuestro país haya tantas familias monoparentales, no porque las mujeres elijan quedarse solas, sino que no haya allí la figura de un padre que esté dispuesto a asumir en corresponsabilidad ese cuidado y esa paternidad”, opina Ordóñez.

​Sobre el acompañamiento que pueda hacer un abuelo o un tío para ocupar una función que puede desempeñar alguna masculinidad, la académica de la Icesi resalta que más allá de que se cumpla un rol, ya sea masculino o femenino, se debe salir de esa cuestión de los roles generalizados en la crianza de un hijo, porque en este proceso a una madre la puede acompañar una figura masculina o una figura femenina, siempre y cuando ese cuidador o esa cuidadora estén comprometidos íntimamente y éticamente por el cuidado, sostenimiento y subjetivación de ese bebé.

​No obstante, en algunas ocasiones, el acompañamiento de estos familiares con un rol masculino en la crianza de un hijo puede no llegar a llenar el vacío emocional de la persona. La psicóloga Cuéllar comenta que estas personas con el afán de proteger la vida de ese niño o esa niña que no tiene un padre a la vista pueden cometer acciones excesivas que también podría ser un poco aversivo, como la sobreprotección, la rigidez en la autoridad o la permisividad.

Experiencias de madres solteras

Sandra Zulema Jaramillo es caleña, madre soltera de un hijo que actualmente tiene 24 años.

Ella comenta que la crianza de su hijo ha sido un proceso un poco difícil porque siempre necesitó una figura paterna que moralmente le ayudara a tener un soporte, que le colaborara y que también guiara al niño.

A lo largo de la crianza, ella pudo tener el acompañamiento de su propio padre (abuelo del niño) y el de sus hermanos (tíos) quienes de alguna manera fueron ese apoyo paterno para su hijo.

La señora Jaramillo considera que sí es importante la presencia de un papá en la crianza de un hijo porque es fundamental que este crezca con ambos padres, ya que una madre soltera debe salir a buscar el sustento y muchas veces no sabe qué hacer con sus hijos o surgen diversas cosas en las que un padre puede llegar a servir de apoyo.

A las madres solteras que están criando a sus hijos les recomienda que “se aferren a Dios y que traten de guiar a sus hijos lo mejor que se pueda, enseñarles el buen camino para que sean buenos ciudadanos para la sociedad, que se críen con excelentes valores, que es lo más importante”.

Otra madre soltera caleña asegura que la crianza de su hijo, que hoy cuenta con 26 años, “ha sido una experiencia fuerte, comprometedora, de mucha responsabilidad”, pero que a la vez, la ha llevado como mujer a tener un altruismo grande, a ser más responsable y a sentirse muy orgullosa de poder desempeñar el rol de padre y madre a la vez, de ver que ella como mujer tiene esa capacidad y esos valores para poder sacar a un hijo adelante, así no haya tenido el apoyo de un papá.

Durante la crianza su papá (el abuelo del niño) pudo ejercer ese rol paterno para su hijo. La señora considera también que durante la crianza de su hijo le hubiera gustado contar con la presencia de un padre, pero resalta que antes de tener un mal padre para su hijo, que le transmitiera un mal ejemplo, es mejor que no lo haya tenido, porque ella como madre pudo criarlo sola.

A las madres solteras que están criando a sus hijos les recomienda que “deben apoyarse en la parte psicológica, ya sea buscar el acompañamiento de un médico o un psicólogo para que le vaya enseñando al niño tal vez las cosas que uno como mujer no entiende del rol masculino, o también, apoyarse en un familiar masculino. Asimismo, tratar de que ese niño tenga algún contacto con familiares adultos que le puedan dar algún aporte, siempre cuidándolo en todo”.

El hijo de esta última madre soltera sintió que tuvo una crianza de cierta manera protectora por parte de ella al ser su único hijo, pero, a su edad actual, le reconoce todo el esfuerzo económico y moral que ella hizo para sacarlo adelante.

Considera que durante su infancia nunca tuvo un vacío por no contar con un papá. De haberlo tenido, dice, le hubiera gustado vivir con él un tiempo en unidad familiar y haber tenido la oportunidad de ir con él a paseos o a celebrarle un Día del Padre.

Al igual que su madre, coincide en que su abuelo ocupó ese rol de padre y también algunos de sus tíos: “Ellos estuvieron muy presentes en mi vida. Nunca estuve llorando por mi papá porque ese vacío lo llenaba mi abuelo”, comenta el joven de 26 años.

Finalmente, Jacqueline Garavito, doctora en Psicología y docente de la Maestría en Asesoría Familiar de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, aconseja que para la crianza de un niño sin padre se incorporen y valoren otras posibles figuras parentales dispuestas a establecer vínculos con el niño, sean o no la pareja de la madre. Asimismo, que se cuide el balance entre brindar afecto y establecer límites, independiente del género de quien asume estas funciones y procurar acuerdos entre las figuras parentales en torno a la crianza del hijo: valores, normas y prácticas.

“Se debe desencializar la noción de “madre” y “padre”, renunciar a identidades fijas de género como “mujer” y “hombre”, y tener apertura hacia la diversidad de identidades que ofrece el mundo contemporáneo. Este proceso permitirá entender que las figuras parentales cumplen funciones que no son “naturalmente” propias ni exclusivas de uno u otro género”, concluye la académica.

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