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El personal médico de la ciudad podrá transportarse en la Ruta de la Esperanza, una iniciativa de Coomeva prepagada | Foto: Imagen: IStock

COVID-19

Resiliencia: historias de Covid-19 que tuvieron final feliz

Cerca del 80 % de los pacientes que contraen coronavirus solo presentan signos leves, por lo que pueden llevar a cabo su recuperación desde la propia casa, mientras que el 20 % que tienen síntomas graves deben ser hospitalizados o enviados a unidades de cuidados intensivos.

25 de abril de 2020 Por: Redacción de El País

Martha sabía que ya había completado tres semanas de encierro en su pequeña habitación, tiempo suficiente para que el coronavirus se disipara por completo de su cuerpo, pero decidió estar en cuarentena diez días más.

“No solo es por mi bien, sino también por el de mi esposo y mi hermana, que viven conmigo en el apartamento. Es para que, una vez salga, estar libre de toda duda de que ya no soy un riesgo para los demás”, aseguró la mujer, cuyo nombre y apellido prefiere mantener ocultos.

Su historia de ‘encierro’ inició el 22 de marzo. Ese día llegó de Estados Unidos, país que es hoy epicentro mundial de la enfermedad, con más de 922.000 casos, al aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón de Cali. Tras dos meses fuera de Colombia, ningún familiar la recibió, dado que la cuarentena nacional ya estaba en curso. Dos días más tarde, los síntomas aparecieron.

Primero, gripe. Segundo, fuertes espasmos en la espalda. Tercero, un dolor de cabeza que Martha, tan pronto le preguntaban dónde lo ubicaba en una escala de uno a diez, ella respondía que once. Pero esos no eran los únicos signos que la delataban.

La caleña descubrió un cuarto síntoma cuando notó que su olfato era insensible al olor del jabón y del champú. Perder ese sentido le resultó tan extraño como no presentar fiebre, lo que la convertía en parte de ese 10 % que no cuenta con dicha sintomatología pese a tener coronavirus, según el Ministerio de Salud.

Tras esperar casi ocho días desde el momento en el que le tomaron la muestra, el 14 de abril recibió la confirmación de que estaba contagiada, fecha para la que entonces Martha ya se sentía “en la recta final” de su recuperación. Y si bien se sintió agobiada por las conversaciones desdibujadas que sostenía con su esposo y hermana, con quienes comparte el apartamento, diálogos que se realizaban al otro de lado de la puerta o a unos prudentes metros de distancia, la paciente recuperada afirma que logró sobrellevar el encierro de forma provechosa.

“No solo me dediqué a ver programas de Discovery Channel o Animal Planet, sino también a leer las obras de William Ospina y Mario Mendoza, sobre todo su novela ‘Akelarre’. Aunque a veces difícil, al día de hoy me siento muchísimo mejor”, asegura la caleña.

Es probable que esa temporada de cierta tranquilidad se viera interrumpida por el temor que experimentó tras una visita de un médico “vestido de austranauta”, mas no por el doctor en sí, sino por los señalamientos de los que podría ser víctima ella y su familia por parte de sus vecinos, al igual que decenas de casos de discriminación que se han visto a lo largo del país.

Ver imágenes o videos que revelan un desprecio de tales características son la antítesis perfecta de otras escenas difundidas ampliamente en redes sociales: la de pacientes que, tras superar una ardua lucha contra el Covid-19 en hospitales o unidades de cuidados intensivos, son aplaudidos por médicos y enfermeras.

Es posible que uno de los momentos más recordados fue el de una señora de 38 años que, pese a tener serias dificultades en medio de su hospitalización en la Clínica Dime, logró sobreponerse a ellas y fue dada de alta, mientras los profesionales del lugar la ovacionaban el pasado 4 de abril.

“Lo que estamos atravesando actualmente recuerda mucho a dos momentos claves en la historia médica no solo de Colombia sino del mundo. Primero, lo del VIH, del que desconocía bastante en los 80 y que además generaba mucha estigmatización. Y segundo, el H1N1 en 2009, que planteó muchos retos para el sistema de salud”, refiere el epidemiólogo y salubrista Daniel Echeverri, quien cumple la labor del protocolo en Dime a la hora de recibir pacientes sospechosos de coronavirus.

Es decir, fue uno de los médicos que estuvieron más pendientes del caso de la señora de 38 años, cuya identidad se reservó el centro de salud.

Según cuenta Echeverri, la mujer -que había llegado de España- presentaba “un pronóstico muy pobre, o sea que con una expectativa de vida bastante baja”, pues contaba con una inflamación del corazón conocida como miocarditis.

La señora permaneció diez días en hospitalización. Y seis en UCI. “El equipo de cardiología de la clínica se apoyó en estudios que se han hecho en España, Italia y China para hacer lo posible para la recuperación de la paciente, que al final salió adelante y, según los contactos que hemos tenido con ella, hoy su estado de salud es óptimo”, destacó el epidemiólogo.

Pese a que Cali presenta la tasa más alta de letalidad por coronavirus, destacan los más de 80 recuperados de dicha enfermedad, lo que la convierte en la tercera con mejores cifras al respecto después de Bogotá y Medellín.

A diferencia de Martha, los síntomas de Felipe, que prefiere mantener su identidad en el anonimato, fueron muy leves: gripa, ardor en la garganta y un dolor de cabeza que solía afrontar con acetaminofén.

“Yo me contagié luego de estar cerca de un familiar que había regresado de Estados Unidos, al igual que otras tres personas, entre ellas un adulto mayor, todos ya nos encontramos fuera de peligro. Luego de que me hicieran la prueba el 24 de marzo, me encerré en mi habitación, lo más alejado posible de mis padres”, contó el caleño.

La receta de su recuperación también estuvo mediada por aguapanela con limón, el chocolate tibio en el desayuno y la música. De hecho, es esa rama del arte a la que se quiere dedicar una vez se gradúe de la universidad.


Su ‘reclusión’, que aprovechó para memorizar canciones de Willie Colón o Rubén Blades, le fue útil para hacer ajustes en un proyecto de música tropical que está desarrollando con su novia. Felipe expresó: “La clave para sobrellevar la cuarentena, ya sea si estás enfermo o no, es hacerlo a tu manera, ajustarlo a lo que te gusta”.

"Podemos ser resilientes"

Una buena porción de las consultas que ha recibido Mabel Rojas Vélez, psicóloga y asesora familiar de la Universidad Cooperativa, son las que ella describe como un “disfraz de lo que significa enfrentar esta cuarentena, ya sea en familia o en soledad”.

De acuerdo con Rojas, esta crisis mundial ha demostrado que todos los seres humanos pueden desarrollar resiliencia siempre y cuando haya salud mental, que no es otra cosa que equilibrio para tomar decisiones y así afrontar las adversidades.

“Y para que haya inteligencia emocional, que es algo muy diferente al coeficiente intelectual, se necesita enfrentar los hechos en vez de huir, aceptar las emociones que nos provocan retos en vez de negarlos, crear en vez de cuestionar”, afirmó.

La psicóloga dice que el siguiente paso sería buscar herramientas que nos hagan sentir conformes durante la cuarentena. “Algunos han encontrado la oportunidad de hacer ejercicio, leer o tomar cursos virtuales, pero esto son solo algunos ejemplos”, comentó.

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