CINE
45 años de Tiburón, el clásico de suspenso en el mar
La primera obra maestra de Steven Spielberg superó todas las dificultades técnicas para convertirse en un clásico del suspenso. Huyan del mar.
Es una tranquila tarde en la playa, los niños juegan en el mar, los adultos descansan en sus sillas cubiertas. Solo se escucha el gentío bajo el sol. En el agua un hombre juega con su perro lanzándole una rama de árbol, un niño se desplaza sobre un flotador, más allá se asoma el rostro de una mujer relajada y con los ojos cerrados. Mientras, desde la orilla, un hombre observa todos los movimientos. De esta forma, la escena se alarga por cuatro intensos minutos, y los espectadores, igual que ese hombre, empiezan a presentir una tragedia.
De repente se escuchan ese profundo tum tum... tum tum... tum tum... Entonces el miedo se apodera solo del público, porque en la película nadie lo escucha. En la distancia irrumpe una aleta, luego alguien se hunde, y en menos de 10 segundos el agua se tiñe de rojo y todos huyen del mar aterrorizados. Pero en la playa falta alguien.
Desde que los primeros espectadores vieron esta escena de la película ‘Tiburón’, estrenada en 20 junio de 1975, nadie volvió a sentirse seguro en el agua. Esa aleta acompañada de un sonido amenazador fueron el primer acierto creativo en la carrera del joven director Steven Spielberg, quien tenía 27 años cuando asumió el encargo de adaptar al cine la novela ‘Jaws’ (Mandíbulas) del escritor Peter Benchley.
Pero, ¿cómo esta película tan sencilla a nivel técnico logró convertirse en el primer éxito mundial de taquilla para Hollywood y en una obra maestra del cine, que ahora se preserva en la Biblioteca del Congreso de EE.UU.?
¿Conoces a Bruce?
Para producir esta película Spielberg tenía a sus disposición 4 millones de dólares y 55 días, parte de ese dinero se invirtió en construir el personaje principal de la producción: un tiburón mecánico de 12 toneladas y 7,6 metros, que era manejado por 14 operarios. Este monstruo fue bautizado con el nombre de Bruce, en honor a Bruce Ramer, abogado de Spielberg.
Sin embargo, Bruce solo aparece cuatro veces durante las dos horas de la película. Esto se debió a que en vez de grabar en un tanque de los estudios de cine, el director pensó que lo mejor era grabar en el mar, no contaba con que la corrosión del agua salada dañaría casi por completo a Bruce, obligando al director a cambiar todo el guion, sustentando la trama en los personajes y no en el monstruo. De hecho, un recurso que utiliza Spielberg es la cámara subjetiva del tiburón, de tal forma que no es necesario que aparezca en escena.
"A nivel cinematográfico la planimetría de 'Tiburón' es muy interesante porque utiliza el punto de vista del victimario, que es el animal, esto creó un paradigma para el género del terror", comenta la crítica de cine Claudia Rojas Arbeláez.
Así, los verdaderos protagonistas de la película terminaron siendo la música y el montaje, una jugada maestra de Spielberg que se sobrepuso a sus errores, y optó por inspirarse en el genio del thriller psicológico, Alfred Hitchcock en ‘Psicosis’ (1960), colocando toda la intensidad de la trama, no en la imagen de un tiburón, sino en su presentimiento.
La película estaba programada originalmente para grabarse en 55 días, tardó 159, y de los 4 millones de dólares que disponían y se gastaron 9 en total. Pero, a la segunda semana del estreno ya los habían recuperado.
Las dos notas del terror
Dice Joaquín Barañao en su ‘Historia freak del cine’ que “cuando Spielberg visitó a John Williams para escuchar su propuesta, el compositor tocó una repetición de solo dos notas en el piano. El director rió y respondió: ‘Es gracioso, John, en serio, pero ¿qué tienes en mente para Tiburón?’”. Al final del diálogo Williams lo convenció de su idea musical, al punto de que el mismo Spielberg grabó un clarinete para la banda sonora. No en vano, el compositor ya había ganado un Óscar en 1971 por la música de ‘El violinista en el tejado’.
Esas dos imponentes notas, un Mi y un Fa, tocadas en staccato por unos contrabajos y cellos se introducen en la mente del público activando su reacción de ataque o huida, aún sin ver un peligro real. Spilberg declaró que cuando hicieron una exhibición de prueba de ‘Tiburón’, vio salir a un espectador aturdido que después de vomitar en el baño regresó a su puesto.
Al respecto, en el documental ‘The shark is still working’ (2007), el director M. Night Shyamalan, indicó que: “Tiburón hacía que los espectadores utilizasen partes de su cerebro que no estaban acostumbrados a utilizar, porque solo se activan ante un peligro auténtico”.
No por otra razón, con esta banda sonora John Williams ganó su segundo Óscar, que ganaría nuevamente dos años después con ‘Star Wars’ (1977), y después obtendría dos estatuillas más de la mano de Spielberg con ‘E.T.’ (1982) y ‘La lista de Schindler’ (1993).
El primer taquillazo
El día de su estreno (20 de junio de 1975), ‘Tiburón’ se vio en 464 salas de cine de Estados Unidos y Canadá. Semanas después para el 25 de julio eran 700 cines, para agosto 900 cines, al final de año la película ya había llegado a Europa y América Latina de forma escalonada, siempre precedida de su poderosa campaña de expectativa. En Colombia se pudo ver el 25 de diciembre, día que hoy se mantiene para estrenos de cine.
De esta forma alcanzó un recaudo de 400 millones de dólares, 200 más que ‘El padrino II’ estrenada un año antes. Para lograr este éxito, la productora gastó 1,8 millones en una campaña de promoción sin precedentes, desde el mismo momento de iniciar el rodaje ya había empezado una estrategia que consistía en comerciales de televisión con el primer tráiler de la época que ya tenía la sugestiva banda sonora, así como afiches y productos de merchandising, una novedad para la época. Después del éxito de 'Tiburón' este sistema de promoción terminó siendo la norma para todas las producciones de Hollywood. En 1976 la película recibiría cuatro nominaciones a los premios Óscar, obteniendo tres por Música Original, Montaje y Edición de Sonido.
Bruce en el museo
En 2019 el tiburón mecánico de la película de Steven Spielberg fue restaurado y trasladado al Museo de la Academia de Hollywood, donde es exhibido. En la película se usaron varios modelos de Bruce, pero solo sobrevivió uno a escala real. El motivo principal, es que este modelo, hecho con fibra de vidrio, no se utilizó durante la grabación, sino para su exhibición en los estudios de Universal. Bruce fue el nombre que usaron los creadores de ‘Buscando a Nemo’ para llamar al tiburón que aparece en esta película.
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