ROLDANILLO
Agéndese: el Museo Rayo, en Roldanillo, brilla con dos invitados de lujo
Lesley Dill, que ha ganado varias becas nacionales y cuyas obras están en los museos de Nueva York, expone en Roldanillo.
Lesley Dill, artista norteamericana nacida en los años 50, es una de las invitadas al Museo Rayo en abril. Su obra hace eco de la de Antonio Caro, que también está en esta sede cultural de Roldanillo.
Dill utiliza soportes como la muselina, la madera y papeles delicados que traspasa con hilos y alambres, a los que adhiere objetos como las piernas de una muñeca antigua de madera. En todas sus obras hay palabras impresas o dibujadas que producen un poema misterioso y recuerdan la obra Todo Está Muy Caro, de Antonio Caro, artista bogotano, fallecido el 29 de marzo del año pasado.
Las imágenes de la obra de Lesley Dill recuerdan los bordados de las mujeres de la época de las colonias inglesas en que, a duras penas, se asomaba la artista con su nombre, y algunas imágenes de su vida en punto de cruces.
Los mensajes son críticos, especialmente el que se llama ‘Howling Wilderness’ que lleva fecha de 1675 y representa una mujer hirsuta por los hilos que salen de su cuerpo y una extraña planta a la que se aferra.
Sugiere las ordalías de las brujas de aquella época con el mensaje de letras de antigua imprenta. Toda su obra cuestiona el lenguaje escrito y se enfoca en los secretos de las mujeres del pasado y su lucha por expresarse con un lenguaje propio.
Estas exposiciones cuentan con el apoyo del Ministerio de Cultura, Programa Nacional de Concertación Cultural y la Gobernación del Valle. Estarán abiertas hasta julio de 2022.
Todo Está Muy Caro
Antonio Caro, otro de los invitados en abril al Museo Rayo, era un muy cercano a Omar Rayo, quien admiraba su obra. Por ello, en la colección se cuenta con algunas obras sobre papel y en la Plazoleta de Esculturas se exhibe permanentemente una versión de la icónica ‘Colombia’, pintada sobre latón con las letras de la empresa ‘Cocacola’.
Algunas de las obras en papel expuestas son de la colección de la Tertulia y otras del Museo Rayo.
Usando elementos desechables, Antonio Caro, de quien se conmemora el primer aniversario de su muerte, desafió al concepto de lo artístico con su humor negro, crítico anti-estetista y calamburista.
El título de una exposición es ‘Todo está muy Caro’. Con la lengua en la mejilla y su aspecto descuidado, Caro logró inquietar para expresar lo que nos preocupa de verdad, la ecología, la corrupción, la guerra. Conquistó a sus críticos siendo él mismo.
La imagen de la planta del achiote llega a ser un símbolo de la pérdida de los valores originarios en una sociedad capitalista. Sin pretensiones, expresa su admiración por los indígenas y su lucha reproduciendo la firma de Quintín Lame. Así como lo expresó Omar Rayo en una presentación con Antonio Caro en el teatro al aire libre, su admiración era “para todo Caro, el personaje que representaba, sus convicciones expresadas en una matica de maíz de alambre. Rayo sonreía y Caro se reía con sus dientes de caballo”.
Ocho artistas de Chile
Esta exposición incluye, en su mayoría, artistas de los años 80 que vivieron el golpe de estado y la época de Pinochet. Algunos como Roser Bru y Carlos Balmes eran españoles que llegaron a Chile en el Winnipeg y otros trasatlánticos cargados de personas desplazadas por las guerras del momento. Encontraron un país abierto donde sus ideas socialistas florecieron con Allende y se cruzaron con hermanos chilenos cuyas preocupaciones coincidían con las de ellos. Artistas figurativos, transvanguardistas en cuya obra trasluce la protesta, la inconformidad, el horror a la dictadura. Las obras de estos artistas de varias generaciones es conmovedora, inquietante, contestataria y cuestionadora y juega de una manera sobrecogedora con la de Antonio Caro.
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