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Andrea también es ceramista. "Yo preferiría estar en mi casa encerrada y embarrada. Me gusta mucho la cerámica pero a veces no le dedico tanto tiempo", dice. | Foto: Foto: Especial para El País

MUSICA

Andrea Echeverri, la 'florecita' que se consagró como un ícono del rock colombiano

Andrea Echeverri, líder de Aterciopelados, está más vigente que siempre con su voz propia. Sigue apostándole al activismo desde su particular estilo musical.

24 de noviembre de 2019 Por: Valentina Valencia Bernal - redactora de El País

Era el 12 de marzo de 1996 y Andrea Echeverri cantó ‘La ciudad de la furia’ junto a su ídolo Gustavo Cerati, el cantante y líder de la mítica banda Soda Stereo. Estaba “suicida de la emoción”, recuerda Andrea.

De ese momento, que se convirtió en un hito para el rock en español, han pasado 23 años y, cuenta Andrea, no hay cosa por la que la gente la conozca más que por ese MTV Unplugged. Ascensores de hotel y cafés alrededor del mundo se han convertido en los rincones donde más suena la canción, cuenta ella.

“Cerati era un rock star y yo era una artista en ascenso. Creo que mucho del éxito de esa canción fue porque yo estaba en un estado de emoción muy profundo. Es un tema poderosísimo”, dice Andrea. El pasado viernes, 26 años después de ese dúo con Cerati, Aterciopelados lanzó su versión de ‘La ciudad de la furia’, no solo como tributo al fallecido artista argentino, sino también como antesala de su participación en el concierto que rendirá Soda Stereo el 29 de febrero del próximo año en Bogotá.

En la década de los 90, Aterciopelados, junto a Héctor Buitrago, recién arrancaba en la escena musical y poco a poco fueron dejando himnos como ‘Florecita rockera’, ‘El estuche’, ‘Maligno’, ‘Bolero falaz’ y ‘El álbum’.

De esa época de ‘Florecita rockera’ Andrea conserva todo: contestataria, feminista, sensible y con una voz propia. Su época de mayor liberación femenina, cuenta, fue en el 2012 con su álbum solista ‘Ruiseñora’, el cual es considerado como un disco feminista. En él le hace un homenaje a la mujer colombiana con canciones que critican el reguetón por su lenguaje misógino, cuestiona los estereotipos de belleza e incluso está ‘Florence’, un tema que Andrea le compuso y dedicó a la activista feminista francesa Florence Thomas, una de las mujeres más representativas del movimiento feminista latinoamericano.

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¿Qué recuerda del MTV Unplugged?

Nosotros éramos de la misma disquera y por eso se presentó esa oportunidad de alguna manera. Cuando me invitaron a cantar ‘La ciudad de la furia’ fue bellísimo. Yo llevaba años sin ver ese video y en estos días lo vi y claro, yo estaba paralizada del susto y luego me solté. Realmente lo que pasó esa noche es muy mágico. Más para mí que para él. Si nos invitó es porque vio algo interesante que le llamó la atención. Cerati era mi amor platónico (risas).

El año pasado sacaron nuevo álbum, ‘Claroscura’, con él volvieron después de 10 años a grabar. ¿Cómo fue la experiencia de volver al estudio?

Sí, pues fueron 10 años después de un disco de Aterciopelados porque cada uno hizo en nuestro receso (que fue entre el 2011 y 2013) discos como solistas. Volver al estudio ha sido maravilloso. Yo tengo recuerdos de cuando uno iba al estudio y se sentía como en una nave espacial, en una realidad extrañísima, había demasiada ansiedad, muchos nervios.

Después de que llevas 30 años en la música, eso se te baja un poco. Por mucho tiempo uno se siente muy presionado de sonar como alguien más y luego uno se da cuenta que los únicos momentos que valen la pena es cuando suenas a ti mismo realmente. Me gustó la experiencia de volver a grabar en el estudio porque puedes apagar la luz, si te equivocas puedes volver a hacerlo, y ahí hay una cosa muy linda e íntima.

‘Ruiseñora’, su álbum solista, es catalogado como una producción feminista. ¿Qué significa para usted este disco?

Ese disco es mi liberación femenina. Yo hice música de la mano de Héctor muchos años y de alguna manera éramos como una pareja musical, cada uno tenía su rol. Cuando nos peleamos y nos separamos por allá en el 2011 dije que quería hacer el disco sola. Fue un disco totalmente independiente, lo hice todo en mi casa, duré como un año haciéndolo.

Pasaba días enteros buscando cosas. Yo no soy ni bajista, ni guitarrista, ni percusionista, ni nada, yo soy es cantante, pero me metí en la película y eso le da un sonido muy característico al álbum. Resultó una producción muy coqueta y furiosa. Los temas son muy feministas porque era al final un asunto de autoafirmación y de hacer las cosas por mi propia cuenta. Por esos días me leí ‘Conversaciones con Violeta’, de Florence Thomas.

Fue buenísimo porque fue una coincidencia increíble. Fue lindo también porque en esa época también trabajé con Sisma Mujer, la Casa de la Mujer, estuve haciendo varias cosas con ONG feministas. También me marcó mucho en esa época que trabajé con las Madres de Soacha porque hice una canción contra los falsos positivos. Fue una época en la que estuve rodeada de mujeres maravillosas.

¿Cómo es su amistad con Héctor Buitrago?

Nosotros hemos pasado por muchos ciclos porque nos conocemos desde el 89. Fuimos pareja un año y luego nos seguimos viendo para hacer música. Tuvimos una época en la que nos peleamos, que fue cuando escribí ‘Florence’, y desde el 2014 estamos juntos otra vez. Al principio era muy tenso y cada uno estaba como muy cauto. Pero ahora me siento muy bien. Es una persona cheverísima, súper calmada, es como mi opuesto, incluso. Yo soy una loca furiosa y él es un bacán muy calmado. Somos muy diferentes y eso hace que creativamente funcionemos bien.

Usted es madre de Milagros y Jacinto. ¿Cómo se definiría como mamá?

Una madre como regular (risas) porque me voy todo el tiempo, soy muy ausente. Trato de darles tiempo cuando estoy acá, darles toda mi energía y mi amor, pero me voy mucho porque este es un trabajo que tú no puedes decir: Ay no puedo ir. A veces es absorbente. Tiene su tiranía porque hay unas fechas y hay que cumplirlas.

¿Qué piensa que sus trajes se conviertan en meme, como pasó con su vestimenta para los Grammy, cuando se disfrazó de gramófono?

Lo del gramófono fue muy raro, es la vez que más famosa he sido en mi vida. Y eso habla de la superficialidad del show business. Ahí ratifiqué mi postura: La teta y el culo son el 80 % del paquete y yo estoy en mi trinchera defendiendo ese otro 20 %. Es la cosa con más alcance mediático que hemos hecho. Fue rarísimo ver a la gente tan ofendida. Sí es muy feo ver que te están tirando mala honda, aunque también hubo muchos que me defendieron en ese momento.

¿Aún se considera una ‘Florecita rockera’?

Obvio (risas). Una floresota.

La música los une

Lo de llamarse Aterciopelados fue idea de Andrea Echeverri. “Aterciopelada flor de la pasión”, decía una frase de la feminista francesa Simone de Beauvoir, la cual inspiró a la cantante para proponer el nombre de Aterciopelados, según recuerda Héctor Buitrago, su compañero de banda, y con quien ha dedicado más de dos décadas de su vida a la música.

Héctor no recuerda muy bien si conoció a Andrea en 1990 o 1991, pero lo que sí tiene claro es que antes de que un amigo se la presentara por casualidad para que formaran una banda, él ya la había visto en algunos bares de Bogotá y en la Universidad de Los Andes, donde ambos estudiaron. Su primer intento por formar una banda fue con Adelia y Los Aminoácidos, lo que luego se convirtió en un gran impulso para formar Aterciopelados.

“Me llamaba mucho la atención por su look, en ese entonces en Bogotá muy pocas personas lucían así: El pelo casi rapado y con aretes extravagantes. En ese momento quedé en shock porque era una persona que me atraía mucho. Íbamos a formar la banda con un amigo, pero finalmente quedamos solo los dos. Hubo tanta química que nos empezamos a hacer novios muy rápido. Su irreverencia me cautivó, y pienso que le llamaba la atención lo mismo de mí. Sentimos esa conexión de libertad, atrevimiento, de espíritu muy libre. Hoy en día aún conserva todo eso, además de su grandiosa creatividad. Es una persona que no se amolda a nada prestablecido”, detalla Héctor sobre Andrea.

Sobre los defectos de la artista, cuenta su amigo, “puede ser su temperamento, es muy acelerada. Pero eso también puede significar una virtud. Quiere que se hagan las cosas a su manera, de hecho ese defecto lo compartimos los dos”.

Lo mejor de su amistad, comenta Héctor, es que la música los volvió a unir a pesar de haber cortado su relación sentimental: “Todos estos años que ha atravesado Aterciopelados hemos sido como una pareja creativa, no una pareja amorosa, eso es lo más lindo. Lo que hizo en un momento que nos separáramos en Aterciopelados es que somos dos personalidades muy fuertes. Necesitamos unos espacios para explorar cada uno su parte creativa. Somos un equipo muy productivo y efectivo. Las canciones y todo lo que producimos a nivel de ese encuentro es maravilloso”.

Sobre cómo resuelven las eventuales tensiones artísticas que puedan llegar a tener, confiesa Héctor, que “somos flexibles. Debemos entender que en la medida en que cada uno sea flexible, todo puede resultar mejor”.

Desde su música han sido activistas de la paz, la ecología, el feminismo, entre muchas otras causas, Héctor comenta que esto se debe “a que sabemos de la responsabilidad que tenemos. Con los años las canciones se vuelven temas más universales”.

Íconos del rock

De acuerdo con Juan España, quien se desempeña como press manager y ha compartido con la banda desde ese oficio, la importancia de Aterciopelados para la escena de la música nacional radica en que desde el comienzo fueron auténticos y han mantenido ese rasgo después de más de dos décadas de carrera artística.

Cuando salió ‘El dorado’, el segundo álbum del grupo, comenta España, “era vendedor de música y nunca vi vender un disco de un artista de rock colombiano tanto como ese. La llegada de Aterciopelados fue realmente espectacular porque todo el mundo quería parecerse al rockero de Nueva York, de Londres, y con el arribo de ellos fue como la llegada de lo que es el rock colombiano. Las letras de ese álbum, la diagramación del disco, la participación de ellos con Gustavo Cerati. todo eso fue algo realmente espectacular. Yo creo que muchos que no eran rockeros se identificaron con la banda porque tenían letras muy específicas dentro del álbum ‘El dorado’ y los rockeros se sorprendieron al ver una banda que se sentía orgullosa de sus raíces. Hago énfasis en este disco porque tiene una cantidad de temas que usualmente ninguna agrupación la había explotado”.

Cuenta España que por allá en el 2008, en una ocasión que Aterciopelados se presentó en el Jorge Isaacs “yo les conté que estábamos en el Festival Petronio Álvarez y nos fuimos para la calle del pecado y la pasamos muy bien. Andrea estaba encantadísima. Ninguno sabía sobre el Festival”.

“Ellos gozaban de muy buena prensa. Es una anécdota que la recuerdo mucho porque estaban validando su concepto de músicos y dejando claro que a los demás artistas hay que respetarlos”, recuerda España.
“El público los quiere muchísimo, son una de las bandas que más quiere Colombia al lado de artistas como Juanes, Carlos Vives y Shakira. Aterciopelados ha hecho un nombre bien importante en la música hispana por la autenticidad de su música y por lo honestos que son con el público”, dice.

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