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Milagros y Andrea cantan en ‘15aÑERA’ de la compleja relación madre-hija. | Foto: Sony Music / Especiales para El País

ATERCIOPELADOS

Andrea Echeverri y su hija Milagros se juntaron para hacer la canción '15aÑERA’

Andrea Echeverry y su hija Milagros cantan juntas ‘15aÑERA’, una canción donde ambas se desahogan.

22 de mayo de 2020 Por: Isabel Peláez R., reportera de El País

La nueva canción de Aterciopelados se llama 'Quinceañera', pero no es la típica que se pone en la fiesta de 15, sino más bien una letra en la que madre e hija, Andrea Echeverri y Milagros, se sinceran. Dice “te adoro, pero no te soporto y estoy segura que tú a mí tampoco”.

“No pretendo lanzar a Milagros de cantante ni que se tenga que exponer al escrutinio público. Es como las otras veces que ha cantado conmigo, una cosa más bien privada y cotidiana, cuando se mete al estudio conmigo, pero ella no tiene que afrontar el público, ni las entrevistas ni nada”, aclara Andrea la razón por la cual Milagros no participa en esta entrevista.

¿Tenía esta canción hace rato entre el tintero?

Exacto. Milagros cumplió el mes pasado 18 años. Esa canción estaba por ahí desde que ella tenía 15. Tenía ese demo y había logrado que ella me cantara algunas partecitas. La compuse pensando en el formato Pimpinela, que uno canta y el otro responde. Cuando empezó la cuarentena desempolvé mis demos, reactivé la composición, que en medio del ajetreo y de los viajes queda un poco en pausa. Estoy trabajando unas canciones con Héctor y otras con el guitarrista Leonardo, quien le puso esta onda más modernosa y quedó súper linda.

¿Qué opinó Milagros cuando le dijo que iba a hacer esta canción sobre ella y con ella?

Dentro de las cosas que se nos dan bien está la música. Mientras mi hijo, Jacinto, que tiene 11, se pone sus audífonos porque le gusta oír la música de él y no la de uno, con Milagros todavía había un equipo de sonido en la sala con parlantes y todos en casa oíamos la misma música y en el carro también. Ella tiene entre sus gustos musicales, además del reguetón y de lo que suena ahora, las mismas cosas que me gustan a mí, rock en español, Café Tacuba, Fabulosos Cadillacs, Jorge Drexler, Cerati. En esta canción dice que “compartimos melodías”.

¿Y escucha Aterciopelados?

Le encanta, tiene todos los discos y los escucha. Tiene sus favoritos, y tiene sus opiniones. Ha participado muchas veces conmigo en canciones. Desde chiquitica yo le grababa cositas, como Ataque de Risa. Yo hice la canción, se la mostré, y le dije: “Pero muy chévere que tú cantes esas partecitas”, me tocó rogarle hartico, pero lo logré. (Risas).

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¿Cuando la escucha cantando, le recuerda lo que usted era a esa edad?

Cuando yo oí esa canción ya arregladita, como me la puso Leo, me puse a llorar, me parece lo más lindo, lo más conmovedor, sobre todo por los contrastes, mi voz es ya experimentada, madura, fuerte y la de ella es como de porcelana, divina, y lo que nos estamos diciendo la una a la otra es también bonito. Cuando a ti te hablan de madres siempre te pintan como si todo fuera divino y en realidad no, la cosa es llena de conflictos, de dudas y de crisis. Lo más bonito de esta canción es que se le da voz a la hija, uno está muerto de la piedra con su hija, pero ella también está muerta de la piedra y desesperada con uno. En medio de esa crisis cada una tiene su voz y su espacio para quejarse, también es una invitación a que por un ratico estemos bien, nos ríamos y nos demos cuenta de las cosas que nos separan, pero también de las que nos unen. Estoy muy emocionada, y ahora en la cuarentena, que estamos encerrados todos, pues claro, hay tensiones, desespero, ganas de irte lejos, pero por eso me parece que esta canción está linda en este momento.

¿En qué se parecen y en qué se diferencia Milagros y usted?

Las dos somos aceleradas, “efervecentes” dice la canción, invasivas. Con la mamá las cosas son difíciles, por lo mismo que hay tanta cercanía, es complicadito.

El mejor recuerdo juntas...

Hay toda una vivencia larga, que todavía le falta. Son ciclos y ya ella va madurando y uno también. Las relaciones siempre pasan por altibajos. A los hijos uno los ama profundamente, le dan una dirección y una fuerza a la vida.

¿Qué se le vino a la mente cuando supo que estaba embarazada?

Quedé embarazada de Mili ya grande, fue muy pensado. Por mucho tiempo no quería hijos y cuando decidimos tener a Mili, queríamos quedar embarazados. Recuerdo que mi papá estaba enfermo, fuimos a contarle y dijo que no iba a alcanzar a conocerla, esa parte fue dura, de hecho se murió un par de meses después, todo eso me tocó con Mili en la barriga y fue durito.

¿Por qué decidió llamarla Milagros?

Sí, eso me preguntan y eso pregunta ella, ella dice: ‘¿Por qué me pusieron nombre de monja?’. (Risas). Le parece horrible. Y eso también me lo cuestiono yo, por qué religiosa, si yo no soy religiosa, pero en realidad yo no estaba pensando en algo religioso, sino en esta cosa mágica, incluso hablando más de la naturaleza, de lo impresionante que es que una persona salga de ti, que crezca en tu barriga y dependa de tus tetas, es una cosa muy mágica, muy poderosa, y a eso iba el milagro, no tanto a la cosa católica. En España sí hay una cantidad de Milagros por la tradición religiosa.

¿Cómo era usted cuando tenía 15 años?

Imagínate que yo a los 15 me gradué del colegio y empecé universidad. Estudié en un colegio de niñas, después entré a la Javeriana a estudiar diseño industrial. Recuerdo que tener tantos hombres alrededor lo hacía sentir a uno raro, nervioso, así fueron mis 15 (Risas).

¿Por qué razones peleaba con su mamá?

Con mi mamá era complicado, es complicado siempre, pero ahora hay más maneras de expresarlo con tranquilidad. Pero yo era una adolescente insoportable, mi pobre madre sacó canas y lágrimas conmigo, pero muchas, muchas. Porque recuerdo que uno no estaba cómodo en ninguna parte, ni siquiera con su cuerpo, es una edad fuerte, la adolescencia. Fuerte, fuerte.

¿Trató de ser una madre más comprensiva, más amiga, más cercana?

Sí, algo así, uno como que trata de estar más tranquilo y de ser más tolerante, de que tengan más espacio, incluso para el rechazo, para la queja.

Si ella le dice que se convertirá en artista, ¿qué consejo le daría?

Hay como apoyo y conciencia de que ella tiene que escoger sus cosas. Ella como que quiere ser sicóloga y le gusta el arte, hace videítos. Ella está terminando colegio y hay que esperar, porque esta época de cuarentena y con la virtualidad es muy rara, en pleno año donde definen qué van a estudiar.

¿Qué piensa de los padres que le regalan cirugías estéticas a sus hijos cuando cumplen 15?

A mí no me parece chévere para nada. Mili es muy relajada con ese tema de lo físico.

¿Cuál considera que ha sido el mayor consejo suyo?

Yo no me siento una madre modelo, siento que es el trabajo más difícil que me ha tocado, venía sin instrucciones. No soy apta para dar clase de maternidad. Más bien clase de anticonceptivos, digo yo.

¿Y le ha presentado novios?

Sí, ella ha tenido varios novios ya. Lo más importante es que sea feliz ella. Hay que aceptar sus decisiones, esa era de las cosas más difíciles cuando uno era joven, porque los papás tenían muchas preconcepciones de lo que debía ser una carrera, un novio. Los papás de uno eran como más cerrados, ahora somos más abiertos. Hay que darles elementos, pero también dejarlos que vayan construyendo su vida.

Video

Andrea cuenta que “la cosa empezó con una convocatoria en redes sociales para que la gente mandara boomerangs; luego a mamás e hijas cercanas a la banda les mandé la canción y les dije que si podían hacer lip sings (sincronía de los labios), se aprendieron la canción e hicieron cosas muy linda. Soffy que vive en México hizo el primer esqueleto, y yo con Juan, quien nos ayuda en redes, hicimos los marcos, jugamos con texturas y contrastes, hay rosas, corazoncitos, pero también calaveras, bombas y volcanes”. Dice que desde que hizo A Eme O. “hartísimas mamás le pusieron esa canción a sus hijos. Se me acercan muchos pelados que dicen que les gusta mucho mi música, porque la mamá les ponía eso desde chiquitos. Es como continuar una historia de hace 30 años. Las mamás que en ese tiempo le dedicaron la canción a sus bebés, ahora están en las mismas que yo. Aunque las que salen en el video fueron mamás muy jóvenes”.

A futuro

“Estamos componiendo, aprovechando este frenón. Tenemos otra canción lista, la idea es hacerle video y echarle cabeza a cómo enfrentar el reto creativo. Estoy súper contenta porque en Quinceañera participé más que en cualquier canción, generalmente te cogen esos procesos viajando, en conciertos y delegas. Aquí formé parte de todo, desde el comunicado, las piezas gráficas, el video, eso me emociona harto porque lo disfruto, yo estudié arte, no música”, dice Andrea.

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