Ángel del rap caído: ¿Qué se esconde detrás de Sean ‘Diddy’ Combs?

Sean John Combs, quien se ha hecho llamar de muchas maneras: Puffy, Puffy Diddy, P. Diddy, Sean John, Swag, Brother Love, o P. Diddy; el ganador de tres Grammys y nombrado una de las personas más influyentes del mundo por la revista Time en 2004, ha sido desenmascarado.

El magnate del hip-hop está tras las rejas —a la espera de un juicio—, acusado de tráfico sexual, prostitución y asociación ilícita. De ser hallado culpable, es posible que sea sentenciado a cadena perpetua.

Desde el año pasado, una serie de demandas, escabrosas, han mostrado que detrás de su fachada de celebridad, hay un hombre violento que utilizó su estatus para acosar, violentar y abusar de hombres y mujeres de diversas edades, géneros y razas.

Hoy en día, el Diddy dadivoso y filántropo que juntó millones de dólares para causas benéficas, incluyendo 2 millones en la Maratón de Nueva York; que salvó al Harlem Boys and Girls Club en 2011; que donó US$1 millón a la Universidad de Howard en 2016 y US$100,000 a Puerto Rico tras el huracán María en 2017, tendrá que expiar sus culpas, pero ya no valdrá el dinero.

Diddy enfrenta 120 demandas por abuso sexual, incluidos 25 menores de edad, que emprenderán acciones legales contra el que ahora llaman el ‘Epstein de la música’.

También hay quienes lo acusan de asesinato. Un detective aseguró que el empresario organizó el asesinato del rapero Tupac Shakur, el 13 de septiembre de 1996, y es responsable de la muerte de Notorious B.I.G. Greg Kading, exoficial de la LAPD, sostiene que Diddy pagó US$1 millón a los Crips para matar a Tupac. Y hay quienes lo señalan de haber terminado con la vida de su esposa y madre de cuatro de sus siete hijos: Kim Porter, en 2018, a los 47 años.

Con una vida personal, teñida de escándalo y de drama, ha inspirado muchos titulares, desde romances con celebridades hasta su rol como padre y esposo, lo han tenido en el punto de mira. Pero muchos se preguntan ¿cómo saltó a la fama este ángel caído del rap?

Nació el 4 de noviembre de 1969 en Harlem, Nueva York. Su infancia estuvo marcada por la pobreza y la violencia. Su madre, Janice Combs, modelo y trabajadora social; su padre, Melvin Combs, vendedor de drogas, murió en un tiroteo, por un ‘negocio’ que salió mal. Sean, para entonces, tenía solo 3 años.

Su mamá se hizo cargo sola de él y de su hermana Keisha, y Sean creció creyendo que su padre había fallecido en un accidente automovilístico, hasta que un día Janice le contó la verdadera causa, mientras él recibía un doctorado honorario en la Universidad de Howard.

La infancia del rapero aconteció dentro del proyecto de vivienda pública de Harlem, en no muy buenas condiciones. Pese a su entorno, su mamá se esforzó por procurarle una buena educación. John asistió a la escuela secundaria Mount Saint Michael, en el Bronx, y luego estudió en la Universidad de Howard, en Washington D.C., donde se unió a la fraternidad Alpha Phi Alpha. Solo estuvo dos años en las aulas, a las que abandonó para enfocarse en su carrera musical.

Aunque nunca se graduó, Howard le otorgó un doctorado honorario, que le retiró después de conocerse los crímenes asociados a su exalumno.

Trabajador precoz, a los 13 años ya era promotor de conciertos en Nueva York, lo que lo llevó a conocer a figuras influyentes en la industria musical. Seguidor de artistas como Run-DMC, Grandmaster Flash y los Beastie Boys, se enfocó en forjarse una trayectoria en la industria musical, inspirado en su padrino, un exitoso empresario que le enseñó sobre negocios y emprendimiento.

Comenzó su carrera en la industria como intern en Uptown Records. No tardó en convertirse en el director de A&R (Artistas y Repertorio) de la compañía y en un descubridor de talentos como Mary J. Blige y Jodeci. Tampoco tardó en ser despedido. Y eso lo impulsó a fundar su propio sello discográfico, que llevaba por nombre uno muy ajustado a su lado oscuro: Bad Boy Records.

Rápidamente llegó el éxito de su firma con artistas como The Notorious B.I.G., Faith Evans y Mary J. Blige.

También como artista dejó ver su talento, incluso desde su álbum debut: No Way Out, que lanzó en 1997, y que incluyó éxitos como ‘I’ll Be

Missing You’ y ‘Mo Money Mo Problems’. Dicha producción musical fue todo un éxito comercial y lo catapultó como figura prominente en la música hip-hop.

Le sucedieron varios títulos muy exitosos como: Forever (1999), The Saga Continues... (2001), Press Play (2006), Last Train to Paris (2010) y The Love Album: Off the Grid (2023).

Ambicioso, ha explorado otros proyectos empresariales, como la moda con su marca Sean John y la producción de televisión y cine.

Sus tentáculos han sido tan largos, que se dice que gracias a él, muchos de sus asistentes personales han ascendido a posiciones importantes, como Dia Simms, quien actualmente es jefa de Combs Enterprises y otros han llegado a ser diplomáticos en Estados Unidos.

Muchos se preguntan si hay algo turbio también detrás de las letras de las canciones de este artista, o si están relacionadas con los escándalos que lo envuelven, pero la única que parecería tener una conexión con su lado oscuro es Yummy, de Justin Bieber. Algunos han encontrado referencias codificadas a las fiestas de élite y al abuso que Bieber podría haber sufrido por parte del magnate rapero. Bieber hizo una inusual promoción de su tema en Instagram, al publicar fotos de niños y bebés bajo el hashtag Yummy, en lo que podría ser una referencia a las fiestas blancas de Puff.

El pasado 16 de septiembre, Diddy fue arrestado por agentes federales en el hotel Park Hyatt New York, y al día siguiente fue presentado ante el tribunal, y se le acusó de tráfico sexual, conspiración de crimen organizado y transporte para participar en prostitución. Él se declaró no culpable, y su abogado, Marc Agnifilo, dijo que su cliente es “un hombre inocente que no tiene nada que ocultar”, y que el productor cree que todo es parte de una “acusación motivada por el racismo”, “que lo están persiguiendo por ser un hombre negro de éxito”.

2. El descenso

“El mayor secreto de la industria de la música, que no era ningún secreto, ha sido desvelado al mundo. Se ha roto el muro de silencio y las víctimas están dando un paso adelante”, dijo en rueda de prensa, el pasado martes, 1 de octubre, en Houston, el abogado Tony Buzbee, principal responsable de la demanda penal contra el músico y empresario Sean Combs.

Mientras Puff Dady o Diddy está en la cárcel a la espera de juicio, después de recibir 11 demandas por abuso sexual, esta semana se conoció una más y es la más multitudinaria hasta el momento. Más de 120 personas acusan al rapero de abusos y explotación sexual. Entre las víctimas hay menores de edad, que eran apenas niños, cuando Combs, supuestamente, abusó de ellos.

Comandado por el bufete local Buzbee, en colaboración con AVA Law Group, con sede en San Diego (California), Buzbee dijo que se han puesto en contacto con ellos 3285 personas que aseguran ser víctimas de Combs, pero que por el momento representan a 120 personas que han presentado demandas civiles contra Diddy y muchos de sus colaboradores.

Por su parte, otro letrado, Andrew Van Arsdale, explicó que el hecho de que Combs esté a la espera de juicio y haya pisado la cárcel ha validado las sensaciones de muchas víctimas, que hasta el momento sentían culpa por lo ocurrido, incluso, hace tres décadas. “Muchos se sienten apoyados ahora, sienten el respaldo de sus comunidades. Espero que en este proceso salgan a la luz nombres de personas poderosas, que se revelen muchos secretos muy sucios”, dijo Buzbee, quien pidió a los seguidores de Combs que no ataquen a las víctimas en redes sociales, y animó a todas ellas a denunciar y a sumarse a esta demanda.

Las presuntas víctimas —muchas ya han hablado con las autoridades, incluyendo el FBI— provienen de más de 25 estados, siendo la mayoría residentes de California, Nueva York, Georgia y Florida. Hay tanto hombres como mujeres, un 62 % se identifica afroamericanos, un 30 % como blancos, y el resto, como asiáticos o hispanos.

Buzbee señaló que al menos 25 de las víctimas eran menores de edad en el momento del supuesto abuso, siendo el más joven de solo 9 años. Este niño fue llevado a Nueva York por el sello discográfico de Combs, Bad Boy Records, para una audición y se les prometió un contrato discográfico, pero, a cambio, según denunciantes, fue abusado sexualmente por Combs y sus asociados.

Otro caso es el de una mujer, para entonces de 15 años, que fue trasladada a Nueva York para asistir a una fiesta, fue drogada y luego llevada a una habitación privada, supuestamente en presencia del señor Combs, donde esta menor de edad, fue violada y luego otros individuos se turnaron para accederla carnal y violentamente.

Las demandas se presentarán individualmente contra Combs e inclurían también a bancos, compañías farmacéuticas y hoteles que, según Buzbee, se beneficiaron del abuso.

La investigación contra el fundador de Bad Boy Records comenzó luego que su exnovia, Cassandra ‘Cassie’ Ventura, lo acusara, en 2023, de haberla sometido a más de una década de coerción mediante fuerza física y drogas, además de una violación en 2018, durante su relación de diez años. Aunque el caso se resolvió en menos de 24 horas, el Departamento de Seguridad Nacional abrió una investigación que culminó en una redada en marzo de 2024 en las residencias de Combs en Miami y Los Ángeles.

Durante el operativo fueron incautadas armas de fuego, 1000 botellas de lubricante y otros suministros relacionados con las ‘freak offs’, fiestas sexuales que involucraban uso desbordado de drogas y alcohol. Según demandas, Combs obligaba a trabajadores sexuales, tanto a hombres como mujeres, a participar en estas y eran grabadas.

Recientemente, una mujer, bajo el pseudónimo de Jane Doe y acompañada del abogado Joseph L. Ciaccio, afirmó que conoció a Combs en 2020, y que él la invitó a unas vacaciones con todos los gastos pagados. Entre 2021 y 2022, ella visitó regularmente las residencias del sujeto en Los Ángeles, Nueva York y Miami, pero admitió que él utilizaba un lenguaje coercitivo y de acoso para convencerla de acudir, enviando conductores a su casa para intimidarla.

Declaró que Combs la dejó embarazada, y sufrió un aborto espontáneo, tras ser acosada por los asociados del productor para que lo abortara. Y que en julio de 2022, él le habría suministrado bebidas alcohólicas adulteradas y la obligó a consumir ketamina y otras drogas, hasta desmayarse. Y siguió acosándola con mensajes de texto hasta julio de 2024, rastreando su ubicación y monitoreando sus conversaciones para asegurarse de que no hablara sobre el supuesto abuso.

Puff Daddy se ha declarado inocente de los cargos penales. Las autoridades lo colocaron bajo vigilancia por riesgo de suicidio en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, NY, como medida preventiva.

3. Caída en picada

Selma Fonseca, fotógrafa profesional, quien afirma haber asistido a unas 30 fiestas de Combs, declaró a Fox News Digital que estas reuniones a menudo incluían advertencias para los niños presentes, que el rapero solía anunciar a los padres que era hora de “guardar a los niños” para que los adultos pudieran “entrar en ambiente”.

Un video obtenido por Fox News Digital muestra a Combs diciendo: “A todos los niños, les queda una hora. Pónganse extra cómodos, niños, porque después de eso, tienen que irse”, escena que se replica en un episodio de Los Simpson.

La fotógrafa describe las fiestas de Combs como eventos extravagantes con “la mejor comida, la mejor música, bebidas, artistas, gente con fuego”, y que era común ver a personas desnudas, y que, a medida que avanzaba la noche y se consumía más alcohol, las cosas “se volvían un poco más locas”.

También señaló la presencia de drogas en estas fiestas en las que el éxtasis estaba de moda. Dijo que Combs solía circular con una bandeja ofreciendo tragos a todos los invitados, entre los que eran habituales, según Fonseca: Ashton Kutcher, Paris Hilton, Mariah Carey, Usher y Jay-Z, aunque ninguna de estas celebridades ha sido implicada en el caso Combs.

Ella misma se llevó un buen susto en una de las galas de Diddy en 2006, después de tomar fotografías de este con una mujer desconocida, él le ordenó a su guardaespaldas que le confiscara su cámara. Aunque se la devolvieron sin eliminar las fotos, ella sintió que era una advertencia.

Otro testigo directo de las fiestas blancas fue Justin Litovsky, quien ahora cuenta con 30 años. Él, a sus 6 años, estuvo en una, en los Hamptons en 1999, y recuerda haber visto “mucha marihuana y un montón de mujeres sin top en la piscina y alrededor de ella”. Su mamá, Maya Litovsky, confirmó el ambiente inapropiado para menores de edad y que había “botellas por todas partes y mujeres desnudas”.

Las White Parties o fiestas blancas de Diddy eran los eventos más ansiados por los famosos y políticos estadounidenses a finales de los 90 y en la primera década de los 2000. Era una fiesta, pero también un espacio para hacer relaciones públicas en la alta sociedad. Las celebridades de gran trayectoria se juntaban con las estrellas emergentes o del momento.

Durante el día eran festejos comunes y corrientes, pero al caer la noche, eso comenzaba a desvirtuarse. Ahora se dice que estas reuniones, a las que solo entraban famosos y ricos vestidos de blanco, eran en realidad, según los denunciantes, eran fiestas oscuras, llenas de drogas, en las que el productor abusaba y obligaba a los invitados a realizar actos sexuales.

Algunas fotografías han mostrado a Demi Moore bailando con Lil’ Kim, o a Ashton Kutcher en una piscina con modelos en bikinis blancos, según The New York Times. Hay imágenes también de Leonardo DiCaprio, Donald J. Trump, Jay-Z, Paris Hilton, Kim Kardashian y Salman Rushdie.

Una mujer, identificada como Adria English aseguró que Diddy la contrató para trabajar en varias fiestas blancas en la década de 2000, y que durante una de ellas la drogaron con éxtasis y la emborracharon, para después obligarla a tener relaciones sexuales con “ciertos invitados”.

Los asistentes a las fiestas —que dejaron de hacerse en 2009— solían comentar a la prensa que la habían pasado bien, sin entregar detalles. Algunas eran en “apoyo” a organizaciones como Citizen Change (para movilizar votantes) o Malaria No More, que promovía los mosquiteros en zonas donde había malaria. Otras veces, la temática era “sensual”: en 1998 Diddy contrató modelos que llevaban alas de ángel y estaban semidesnudas.

Los abogados de Combs negaron “irregularidades” en dichos festejos.