TELEVISIÓN
De odios y amores, así ha sido la carrera del actor Gregorio Pernía
La historia del hombre detrás del personaje de ‘El Titi’ en ‘Sin senos no hay paraíso’.
Proviene de una familia numerosa. Su mamá tenía 17 años y su papá, 52, cuando se conocieron. Tuvieron siete hijos. “Somos más de 20, tantos que aún no nos conocemos todos”, contó Pernía en el programa Se Dice de Mí.
Para su hermana Carmen Cecilia Pernía, “Gregorio fue un niño con espíritu de líder y el consentido de su papá. El amor de la vida de mi papá fue él”.
Su familia tuvo que separarse cuando él tenía 7 años y junto a su padre se radicó en Bogotá, debido a los intereses políticos de este. “Vivimos en una habitación enfrente de la Universidad Javeriana”.
Pernía reconoce que uno de los momentos más duros de su vida fue ser testigo del deterioro de la salud de su padre por un cáncer en la próstata.
“Fueron casi 15 años acompañándolo con su problema”. A sus 19 afrontó su muerte. “La relación que tuvo con él fue tan maravillosa que le dejó marcada la vida”, dice la esposa del actor, Érika Rodríguez.
Gregorio reconoció alguna vez que “cuando muere mi papá, me quiero suicidar. Se me acaba mi mundo, porque es mi héroe, y digo ‘no hay más para allá’. Él era todo, hasta dormía con él entrepiernado, ya viejo con 16 años. Empecé a buscar un revólver para yo también acabar con esto. Pensaba, ‘se me va mi viejo, yo me voy con él’”.
Uno de los dolores más grandes que Pernía lleva por dentro es que su padre no lo viera graduarse. Debido a su carácter díscolo, pasó por más de 22 colegios sin graduarse. “Mi temperamento un poco indisciplinado hizo que abandonara los estudios cuando era apenas un pelado”, dice el actor, quien con el apoyo de su esposa actual continuó sus estudios y se graduó a sus 38 años. Al obtener su título de bachiller, Gregorio compartió un mensaje con sus más de 2 millones de seguidores en Instagram: “Nunca es tarde cuando se quiere lograr un sueño, porque todo se puede con trabajo y esfuerzo. Nunca dejen de soñar y de trabajar para ello”.
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El teatro le salvó la vida y se volvió un adicto a la actuación, como él mismo dice. En 1998 debutó en la telenovela ‘La madre’. Se ha hecho merecedor de premios como el Simón Bolívar, Shock, TV y Novelas y hasta el Gran Águila de Venezuela. Además de galardones ha obtenido porrazos. Entre sus anécdotas, que hoy ve como simpáticas, está la de una seguidora que le pegó un carterazo porque creía que ‘El Coloso’ en ‘La hija del mariachi’ era muy malvado con el mexicano (Mark Tacher).
Gregorio se ha salvado, incluso, de ir preso. Para el casting de ‘Rosario Tijeras’, le tocaba improvisar una escena interpretando a un sicario. Llamó al que hace los efectos especiales, alquiló dos armas hechizas y llegó al set encapuchado para protagonizar un secuestro real. “Había 19 personas. Me llevé de rehén al director, lo monté a una camioneta, me quité la capucha y dije: ‘Soy Gregorio Pernía y este es mi casting’”, contó el actor, el director le respondió tartamudeando: “Pin..che pen..deee...jo, por qué me hiciste eso”. La broma le costó una entrada a la Fiscalía donde lo acusaron de secuestro simple. Tuvo que darles excusas a todos y escribirle una carta a la productora Clara María Ochoa para que le quitara la demanda porque lo podían encarcelar siete años. Ella recuerda que vio a Gregorio entrar “con una metralleta gritando: ‘¡Al piso todos!’”.
Que a cada casting le pone el alma lo demostró también en el de La Hija del Mariachi, para el cual a las 5:00 a.m. se fue buscando por toda la calle 44 de Bogotá un mariachi y halló uno que, ebrio, le entregó su traje para que llegara caracterizado al set de grabación.
Su carácter arrojado también le ha sumado enemistades. Ocurrió así en el reality El Desafío África en el que le dijo sus verdades a más de uno.
También se ganó de enemigo a Jota Mario Valencia, expresentador de ‘Muy buenos días’, al protagonizar la campaña No Más Jota Mario, cuando este se burló al aire de Jessica Cediel aludiendo a su “cola de plástico” y Gregorio promovió en las redes que el maltrato verbal también era violencia. Un tema que ahora prefiere no tocar, al igual que la política.
Y es que en algún momento el gusto heredado de su padre lo llevó a ser candidato en 2010 para el Senado por el Partido Cambio Radical con el número 15 en el tarjetón sacando solo 9057 votos. Cuatro años después volvió a ser candidato a senador con el tarjetón 34 por la Alianza Verde (Colombia) sacando una votación con 9958 votos.
Además de su gusto político, heredó de su padre sus aires de picaflor. A la actriz Andrea Guzmán la conquistó con estrategias dignas de un Don Juan de telenovela. Ella misma, quien al comienzo no le daba ni el saludo, cuenta que él se dio sus mañas para enamorarla. “Se hacía afuera de la escuela, cantaba y bailaba. Todas mis compañeras decían ‘el pretendiente de Andrea tan divino’. Él empezó esa persecución, y en medio de su conquista hizo cosas completamente locas para conquistarme”.
Una de esas locuras fue entrar al colegio de monjas en el que ella estudiaba y hasta amenazó con entrar a su salón y que si lo hacía ella debía darle un beso. “Llamé al colegio y entré con el pretexto de hacer una investigación de teatro y cuando entré al salón de ella y me ve, dice ¡Dios mío!”.
“Recuerdo que escribió en el tablero ‘Todo lo que uno se propone lo logra’. Desde ahí surge una muy buena relación como amigos y luego de bastante tiempo un lindo noviazgo adolescente”, confirma la actriz, quien hoy en día sigue siendo amiga de Gregorio.
Fue Andrea quien recomendó al actor para el casting donde conocería a quien sería la mamá de sus dos primeros hijos, Marcela Mar. Fue ella quien le habló y lo elogió. Al tercer halago Gregorio, impulsivo por naturaleza, la besó y empezó un romance que duró cinco años (hasta 2006).
Mientras él grababa una novela en Miami, vio la oportunidad de vender rosas en la calle en su tiempo libre, ganaba US$ 400 diarios. Un día una actriz de la producción que pasó en un BMW le dijo: “¿Gregorio, qué haces?” y desde que él le respondió “vendiendo rosas”, ella cambió con él.
“Gente elitista, gente que piensa que no amanece con mal aliento, que no va al baño. de esos hay muchos”, describe Gregorio, quien se reencontró con Marcela en la película ‘Casa por cárcel’, tras una relación que terminó de manera abrupta, porque antes solo tenían contacto para temas relacionados con sus hijos.
Al final, limaron todas las asperezas.
Amor de juventud
A comienzos de este mes Gregorio Pernía estuvo en Cali realizándose una prueba de ADN ante la posibilidad de ser el padre de Diego Fernando Torres, un joven de 32 años que vivía en Palmira. “La esposa de Diego nos contactó a través de Instagram, diciéndonos que creía que era hijo de Gregorio y quería conocerlo y llamé a Gregorio con quien mantengo una amistad desde hace años. Eso fue un miércoles y al día siguiente estábamos viajando con Gregorio a Cali para conocer a Diego”, le contó a El País Ankar Lucía Brito Lozada, periodista del programa Lo Sé Todo, del Canal 1.
Tan pronto salió la prueba que arrojó “un 99.9997299 % de compatibilidad entre ellos”, el actor publicó una fotografía en Instagram con el siguiente texto: “El resultado fue positivo: ‘Bienvenido, Diego, a la familia Pernía’”, mencionó además a sus hijos Emiliano, Julián, Luna y Valentino, y dedicó a su esposa Érika unas palabras: “Gracias a ti, amor, por todo el apoyo”.
“Un medio de comunicación me llamó para decirme que tenía una entrevista de un joven que decía que creía que era mi hijo. Él dice que después de insistirle mucho a su mamá por la identidad del padre, ella le dijo que buscara en Google Fernando José Gregorio Pernía Maldonado”, contó el actor a la prensa, al saber la noticia.
“Ha sido maravillosa la experiencia. Estoy muy feliz, porque ya sé que Gregorio es mi papá. Soy una persona de pocas palabras, pero mi papá sabe cómo me siento. Pa’ delante… y tenemos tiempo para conocernos”, dijo Diego al escuchar la euforia de los presentadores de ‘Lo sé todo’, quienes los saludaron en vivo a él y a Gregorio.
De aquella travesura juvenil, el actor comentó que “a los 16 años era un adolescente con las hormonas en la mano y en el corazón, como todos a esa edad, lleno de sueños y queriéndome comer el mundo”, y que al conocer a esta mujer quedó flechado.
“De 20 años, 1,90 de estatura, una sonrisa bella y siempre alegre. Negra, con ese color perfecto para mí o como decía mi padre: la raza perfecta”, la describe.
Tan solo en diciembre de 2018 Diego se enteró de que su padre era el reconocido actor. Al ponerse en contacto con él por Instagram, Gregorio viajó con su esposa a Cali.
Diego, quien ya cuenta con más de 18.000 seguidores en su Instagram, se suma a la prole de Gregorio: su primer hijo con Marcela Mar, Emiliano, a quien describe como “noble, tranquilo, conquistador y buen actor” (protagonizó la primera película grabada en Colombia para Netflix ‘Los carteristas’ junto a Carlos Bardem); y Julián, su segundo hijo con Marcela, de quien dice es “divertido, comprensivo, amistoso, estudioso e inteligente”; con su actual pareja Érika tiene a Luna del Mar, “activa, extrovertida, inteligente. Le encanta bailar y cantar”, y Valentino, “dulce, tierno y amoroso”.
Por si fuera poco, Gregorio se enteró también de que es abuelo. Diego tiene una hija de 10 años con su esposa Angélica Bolívar.
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