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Cómo tener buen sexo después de una intervención quirúrgica

Así se vuelve al ruedo erótico después de un ataque cardiaco, un accidente cerebrovascular, un parto y otras circunstancias intensas.

9 de feb de 2014, 12:00 a. m.

Actualizado el 22 de abr de 2023, 11:05 a. m.

Así se vuelve al ruedo erótico después de un ataque cardiaco, un accidente cerebrovascular, un parto y otras circunstancias intensas.

Son los dos polos extremos. De un lado está el dolor de la enfermedad o trauma, y del otro, el placer sexual. Y ante una enfermedad catastrófica o de alta complejidad o un trauma severo, nadie piensa en sexo, incluido el paciente, el médico y la familia. Todos se enfocan en resolver el problema, pero olvidan cómo la pérdida de la salud afecta la sexualidad de esa persona.Y es que hasta una gripa altera la vida sexual. Es más, los especialistas dicen que es lo primero que se afecta. Mas aún si se trata de enfermedades complejas, crónicas o cirugías. Peor si se siente dolor, pues la experiencia sexual queda relegada por completo.Sin embargo, en los consultorios no se habla del tema y es un aspecto un tanto abandonado por los mismos especialistas. Algo que no debería ocurrir, según Carlos de los Reyes, médico fisiatra del Centro Médico Imbanaco. Cada especialista está en la obligación de romper los tabúes y abordar el asunto con el paciente, respetando su integralidad, sus creencias, su religiosidad, sus miedos y por supuesto, su privacidad.“Esta es una consulta que se debería hacer con la pareja del paciente; es una obligación del médico vencer ese tabú y contarle por qué se ha afectado su vida íntima y cómo mejorarla”, explica. En ese sentido, Diana Currea Perdomo, médica especialista en cirugía oncológica de la Fundación Valle del Lili, considera que esta situación amerita unas citas tanto con la mujer, como con su esposo, con el grupo interdisciplinario, formado por el oncólogo tratante, el sicooncólogo y hasta el siquiatra. “Tanto la paciente como su pareja deben saber que el diagnóstico de cáncer (de seno o cuello uterino) es un diagnóstico de la familia”, dice esta especialista que se ha enfocado en la atención de mujeres con cáncer. Por lo tanto, ella considera que lo ideal es que el equipo médico les hable en forma clara. Ellos deberán explicarles los cambios que va a tener la mujer que se va a someter a un tratamiento de quimioterapia e incluso a una cirugía. “Así ellos se preparan y todo este proceso no los toma por sorpresa”.Dada la alta incidencia de personas con accidente cerebrovascular, ACV, que quedan con limitaciones físicas y del lenguaje, el doctor De los Reyes subraya que lo importante es hacerles comprender al paciente y a su pareja que el principal órgano sexual es el cerebro. Este proceso requiere de un trabajo del médico, del sicólogo y en especial, de mucho amor y comprensión del cónyuge para entender que la sexualidad es más que genitalidad y si el cerebro está bien, este paciente puede cambiar la genitalidad por otras expresiones de la sexualidad. “Las parejas de un paciente parapléjico dicen, ‘es que él no siente allí’. Pero les explicamos que sí sienten en otras áreas del cuerpo”, concluye el especialista, autor de la conferencia ‘Sexualidad en el paciente coronario’.El siquiatra Lucio David González dice que la medida para volver al ruedo erótico es cuando la persona está lista para otras actividades de su vida normal. Otros sexólogos rematan con una pizca de humor: que el sexo es el mejor fármaco contra cualquier dolencia.Ataque cardiaco¿Cuándo retomar la vida sexual después de un infarto o enfermedad coronaria? No hay una medida, pero primero se debe hacer un examen para confirmar que el evento está totalmente superado. Es decir, que no haya dolor, angina ni riesgo de otro episodio coronario.La otra pregunta es, ¿cuándo el paciente recupera la capacidad física o la fuerza para tener un acto sexual? La respuesta está en la película ‘Alguien tiene que ceder’ (Jack Nicholson y Diane Keaton), con la que el médico fisiatra Carlos de los Reyes ilustra su conferencia ‘Sexualidad en el paciente coronario’: Cuando pueda subir escaleras.No es una expresión coloquial, sino una medida de consumo de oxígeno, MET, que científicamente calcula que en un acto sexual se gasta menos de energía que la empleada en arreglar el jardín o caminar a 5 kms. por hora.Es más, la pérdida de potencia sexual es un indicador de que un hombre puede estar en riesgo de sufrir un episodio cardiaco. El sistema circulatorio que se necesita para tener una erección es un marcador. Y hay evidencia científica de que el sexo es un factor protector contra el infarto. Es decir, con una actividad sexual sana hay menos riesgo de sufrir del corazón, porque es un buen ejercicio. Y los indicadores de mortalidad son mucho más bajos: entre 2 y 3 muertes por infarto por cada millón de horas de relaciones sexuales. “Es más fácil que uno se muera de una rabia que de un orgasmo”, remata el doctor Reyes.Accidente cerebrovascularCuando un paciente ha sufrido un accidente cerebrovascular, ACV, retomar su actividad sexual depende del compromiso neurológico que afecta el sistema motor de la persona y que puede limitar el movimiento. Va desde la persona que se recupera del todo hasta el que queda con medio cuerpo paralizado o con dificultad para comunicarse.Cada paciente tiene unas expectativas al respecto. Pero depende no solo de las secuelas, sino de cómo era su vida sexual. “Si antes del ACV su vida sexual era pobre, no podrá esperar que después de su recuperación tenga una vida sexual muy activa”, dice el doctor De los Reyes.Para la neurocirujana Adriana Serrano Russi, del Centro Médico Imbanaco, la principal dificultad puede resultar si hay alteraciones en la conducta. “Cuando hay lesión en las áreas temporales - bilaterales del cerebro, la persona se puede tornar agresiva o tener cambios en su estado de ánimo, o en su libido, como volverse hipersexual, o sin deseo sexual alguno”.“Lo que buscamos es que vuelva a ser como era antes y que se altere lo menos posible”, dice el médico fisiatra Carlos de los Reyes. Y en esa medida, el médico debe mostrarse abierto e inspirar confianza para que el paciente le cuente cómo era su vida sexual, para poder decirle hasta dónde puede llegar.Sin embargo, él admite que no es raro que algún paciente termine por perder a su pareja. Por ejemplo, alguien con trauma raquideomedular que pierda la movilidad de sus piernas, puede desarrollar una vida sexual, pero no como la tenía antes.Depresión o dueloToda depresión es la respuesta a una pérdida: de la pareja afectiva, de un ser querido, de un empleo, del año o el semestre, un bien material, en fin. Y cuando eso sucede, toda la energía, la libido se enfoca en ese dolor que le causa esa pérdida. La persona pierde el interés en todo, incluido en la actividad sexual. “El ser humano tiene una energía que es la libido y la emplea para amar, cuidarse, estar saludable, trabajar y muchas acciones más, pero cuando la persona se enferma, toda esa energía se dirige hacia el sitio de la enfermedad, más aún si va acompañado de dolor”, dice el siquiatra y terapeuta de pareja especializado en sexualidad, Lucio David González.Y esta situación no es ajena al dolor emocional o depresión que causa un duelo por una pérdida. Y todo duelo es una despedida que se prolonga en el día a día. A medida que el paciente va quitándole energía y libido a esa pérdida y se despide para siempre de ese dolor, está listo para retomar sus actividades normales, incluida la vida sexual, explica el doctor González. “Cuando la persona le dice adiós a ese duelo, está lista para gozar de otras cosas, entre ellas, la sexualidad”, sostiene el siquiatra. De ahí la importancia de que la persona afectada por una depresión busque ayuda profesional de un terapeuta o de los amigos, para que supere esa situación. “A la persona con depresión hay que sacarla de ese estado utilizando todas las herramientas que estén a su alcance, sea con ayuda terapéutica sicológica o siquiátrica, religiosa, o familiar, pero que salga de ese estado”, concluye.Próstata enfermaSi a alguna cirugía le temen los hombres es a la de la próstata. Todos creen que su capacidad de erección se va a afectar radicalmente. Pero el urólogo Lupi Alejandro Mendoza dice que la afectación es relativa. Si hay cáncer de próstata, se debe hacer una prostatectomía radical, o sea, la extracción de toda la cápsula con sus vesículas seminales, lo que conlleva más riesgo de tener problemas de erección.La recuperación de la erección depende mucho de la edad del paciente y de cómo haya sido su actividad sexual previa. Un hombre de 40 años, con muy buena actividad sexual antes de la cirugía, puede tener mejor respuesta que uno de 70 o más años que presentaba problemas de erección desde antes, por ejemplo.Pero si el diagnóstico es una hiperplasia prostática o crecimiento benigno de la próstata que le impide al paciente orinar, se extrae esa masa interna, dejando el cascarón de la próstata. Esta intervención no afecta la erección. Incluso, muchos pacientes se sienten mejor después.La cirugía por hiperplasia se puede hacer abierta, si es muy grande; o por recesión transuretral (a través de la uretra), RTU, y por láser verde. “Estas técnicas no afectan los nervios que inciden en la erección, en especial la del láser verde, pero sí la eyaculación. El hombre siente el orgasmo, pero no eyacula (eyaculación retrógrada), algo que el especialista le debe explicar para que no se asuste si ve que no hay semen”, dice Mendoza.Luego de una prostactomía radical, en seis semanas se puede intentar retomar la actividad sexual. Si es cirugía abierta por hiperplasia también. Y si es con RTU o láser verde, el lapso se reduce a cuatro semanas.Parto o cesáreaUn parto natural no representa mayor impedimiento para reanudar la vida sexual. Pero es diferente cuando la madre es sometida a la episiotomía, ese pequeño corte que se hace sobre los músculos perineales para facilitar el nacimiento del bebé y evitar que se desgarren las estructuras musculares que dan soporte a la vejiga y al recto.La médica ginecóloga Sonia Kafury sostiene que pasado el alumbramiento estos músculos perineales se vuelven a suturar y, cuando ya ha cicatrizado, la mujer puede retomar su vida sexual. “Después de un parto hay que esperar un tiempo prudencial para todo, hasta para reanudar las relaciones sexuales, pero pueden ser entre seis y ocho semanas en los que ya se ha completado el proceso de cicatrización y no significa ningún riesgo para ella. En el caso de la cesárea, es diferente, las estructuras de la vagina no se intervienen, quedan intactas, solo se comprometen los músculos abdominales, pero depende de la condición física de cada mujer. “No será una actividad igual a la de una mujer que no ha pasado por esta cirugía, pero entre seis y ocho semanas se considera que está apta para volver a la vida sexual”, puntualiza la doctora Kafury.Cáncer de senoCuando a una mujer se le cae el pelo y/o le extirpan uno o ambos senos, ella y su esposo se enfrentan a una cascada de eventos no favorables y se puede deteriorar la relación de pareja.Por eso, la especialista en cirugía oncológica, Diana Currea Perdomo, de la Fundación Clínica Valle del Lili, recomienda explicar a la mujer y a su esposo los efectos de la quimioterapia. Deben saber que ella sufrirá cambios físicos como la caída del pelo y que se alterará la función hormonal porque la quimioterapia frena la producción de estrógenos. “Esto dificulta un poco las relaciones, pero en la medida en que ellos lo sepan, se pueden preparar y buscar otras opciones para tener sus relaciones sexuales” .Si la paciente va a cirugía de seno, el cirujano buscará que sea lo más simétrico y se note lo menos posible. “Lo ideal es conservar el seno”, dice la cirujana. Si el caso exige someterla a la mastectomía (cirugía de mama), se trata de hacer la reconstrucción en simultánea para evitar que la mujer tenga el trauma de la pérdida de seno. “Si por alguna razón no se puede, hay que explicarles que esta situación puede ser temporal y procurar hacer la reconstrucción mamaria lo más pronto posible”, dice la especialista.“Esto ayuda a mantener la autoestima de la mujer, a llevar mejor su tratamiento, a sentirse más segura y a tener una mejor relación con su esposo y que no les dé temor durante la relación sexual”, dice. Los cambios hormonales ocurren mientras recibe la quimioterapia y se recupera, pero una orientación profesional con sico-oncología, ayuda a que la relación no se deteriore en lo sentimental ni en lo sexual.

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