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Andrés Baiz, el caleño que le dio a Juanes su primer papel en cine, habló de ‘Pimpinero’ que ya está en plataforma
La película ‘Pimpinero: sangre y gasolina’, del caleño Andrés Baiz está en Prime Video, y marca el debut actoral de Juanes.
Por Sergio Villamizar, Colprensa
En medio de las grabaciones de una de las temporadas de la serie ‘Narcos’, el equipo de producción, liderado por el caleño Andrés Baiz, se trasladó a la población de Palomino (Guajira), y mientras culminaban una escena, un estruendo que casi hacía temblar el suelo, los hizo detenerse. A lo lejos, al caer la tarde y en contraluz, una extensa caravana de viejos, deteriorados y modificados automóviles cruzaban el desierto cargados de inmensos bidones de plástico, lo que sorprendió a gran parte del equipo de la serie que veía en silencio una escena que parecía extraída de la saga cinematográfica de Mad Max.
A Baiz, uno de los directores, le causó curiosidad la indiferencia que dicha caravana generaba entre los pobladores. Fue el inicio de la idea que diez años después, y tras mucho trabajo, le diera vida a ‘Pimpinero: sangre y gasolina’, cuarta película del realizador caleño, que luego de su estreno en el Festival Internacional de Cine de Toronto (Canadá), y su paso por salas de cine del país, se estrenó ayer en Prime Video.
Cuando Juan, el más joven de un clan de tres hermanos involucrados en el contrabando de gasolina, se ve obligado a trabajar para un siniestro rival, el lado oscuro del negocio queda al descubierto con trágicas consecuencias. Determinada a descubrir los secretos terribles que envuelven esta tierra de nadie, la novia de Juan, Diana, emprende un viaje en la búsqueda de la verdad.
Este caleño ha sido director y productor de series como ‘Narcos’ y ‘Griselda’. Esta es su cuarta película, tras la adaptación cinematográfica de la novela de Mario Mendoza, ‘Satanás’; de ‘La cara oculta’, con versiones en otras partes del mundo y de ‘Roa’, sobre la vida de Juan Roa Sierra, señalado autor material del asesinado de Jorge Eliécer Gaitán.
Háblenos de los pimpineros, ¿por qué es tan interesante su historia?
Es un tema muy actual, aunque los personajes sean ficticios e incluyamos una historia de amor muy potente en la mitad con un viaje de la pérdida de inocencia de la protagonista, corazón de la historia.
Su película, hecha en Colombia, pasó por salas antes. ¿Por qué?
Lamentablemente, al cine colombiano no le está yendo muy bien en la taquilla, por lo ocurrido con la pandemia y los grandes cambios tecnológicos, pero buscamos un renacer del cine colombiano en salas, invitándolos a una película que se merece ver en pantalla grande, con acción, que puede ser para todo público. Queríamos que todas las personas se pudieran conectar con la historia de amor y mucha acción.
Le tomó diez años la construcción de esta historia. ¿Cómo empezó?
Sí. La idea inicial nació hace diez años cuando estaba grabando escenas para una serie, en el municipio de Palomino (Guajira), por la Troncal del Caribe, y allí vi una fila gigante de automóviles Renault 18 conduciendo a toda velocidad con bidones de gasolina por todos lados y conductores muy jóvenes. Le pregunté a alguien de la región, y me explicó lo que era el oficio de los pimpineros, me interesé mucho. Comenzó mi investigación sobre el mundo del contrabando de la gasolina en la frontera entre Colombia y Venezuela, lo que ha generado en la región, los peligros y riesgos de algo tan ética y moralmente ambiguo, que me ha interesado siempre como realizador. Encontré una historia y le di más humanidad a lo investigado, y a temas que tienen que ver con la complejidad que existe en una frontera de estas características.
¿Por qué Juanes? Es su debut actoral…
Para recrear la historia de los tres hermanos involucrados en el contrabando de gasolina, ya tenía a un mexicano y un cubano, el tercero tenía que ser colombiano, empecé a buscar y buscar, y se me apareció una foto de Juanes, y de inmediato pensé en proponerle el papel. Lo llamé, le conté que no quería que hiciera una aparición como Juanes, sino un papel de un personaje ficticio. Para mi sorpresa, me confesó que siempre quiso actuar y que el papel le parecía muy “bacano”. Hizo nuestro trabajo más fácil porque siempre llegó al set muy bien preparado, con gran disciplina y química con el elenco.
¿Difícil grabar en la Guajira?
Muy complejo, teníamos muchas locaciones con muchos vehículos de escena, y más de 300 personas a las cuales debíamos hidratar y proteger del sol; con bases en cada locación que se encontraban a más de dos horas de Riohacha o de Valledupar donde solíamos quedarnos. Fue un trabajo en equipo genial, pero también contamos con la comunidad Wayúu que nos abrió las puertas, con quienes no hubiéramos podido lograr una película tan ambiciosa.
¿Cómo fue ese trabajo y la relación con la comunidad Wayuú?
Ellos tienen sus propios tiempos, su ritmo de vida y son los dueños de esas tierras, por lo que fue importante no sólo contar con su autorización, también con su consejo de lugares de trabajo y la intervención de lugares para construir elementos como puentes que eran importantes en la historia. Y logramos construir puentes entre ellos, la gente que venía del interior del país y desde el exterior, para trabajar por un fin. Nos dieron su bendición para que saliera bien.
Han pasado cerca de diez años desde su última película…
Sí, y es la cuarta de mi carrera. Me he concentrado en la realización de series, como ‘Griselda’ con Sofía Vergara. Han sido años de acumular experiencia, te encuentras con una serie de desaciertos y pequeñas victorias, eso te ayuda a crecer como director. Solo puedo estar agradecido de hacer y vivir de lo que amo, aprendiendo de la gente con la que he tenido la fortuna de trabajar.
¿Hacer cine en Colombia sigue siendo difícil?
Siempre va a ser complicado porque se necesita tiempo, dinero y gente. Pero el nivel se ha elevado de manera extraordinaria gracias a las dos leyes de cine que se han creado en el país en las últimas décadas, y que han sido fundamentales para el crecimiento de la industria, pasando de hacer dos o tres películas al año hasta llegar a 70, que quizás ya son demasiadas.
FRASE
“Me gusta confrontar, sacudir al espectador, pero siempre emocionando, no queriendo que se deprima, sino que sienta la emoción desde
lo visceral y que al final, al menos en ‘Pimpinero, sangre y gasolina’, halle la luz”.
Andi Baiz, director de cine.
DATOS
Actúan también en esta película Alberto Guerra, Alejandro Speitzer y Laura Osma.
Baiz dice que en el futuro le gustaría hacer una comedia.