Entretenimiento
Desafíos y triunfos: así fue la vida de Ruth Handler, creadora de la icónica muñeca Barbie
La vida de Ruth Handler, la mente visionaria detrás de la icónica muñeca Barbie, estuvo marcada por situaciones difíciles y circunstancias excepcionales
La marca de muñecas ‘Barbie’ ha sido un indiscutible éxito comercial, destacándose no solo por sus diversos productos dirigidos a niñas que han dominado el sector durante décadas, sino también por su significativa influencia en la industria cultural a nivel mundial.
A pesar de esto, la vida de Ruth Handler, la mente maestra detrás de la creación de la icónica marca, parece una paradoja en comparación con el éxito de la línea de muñecas, ya que su camino en esta vida no ha sido precisamente “de color rosa”.
Los primeros pasos fueron desafiantes.
Ruth Marianna Mosko vino al mundo el 4 de noviembre de 1976 en Denver, la ciudad más prominente del estado de Colorado en Estados Unidos. Provenía de una familia numerosa, siendo la décima de los hijos de Jacob Joseph Mosko e Ida Mosko, inmigrantes judíos que habían dejado Polonia en busca de un mejor porvenir en tierras americanas.
Desde temprana edad, Ruth enfrentó diversas tragedias, incluyendo la dolorosa pérdida de su madre debido a problemas en la vesícula, quedando al cuidado de su hermana mayor, quien ya estaba casada. Con el pasar de los años, se incorporó al negocio de su hermana, donde conoció a Elliot Handler, el hombre que se convertiría en su compañero de vida, enfrentando juntos mil batallas por delante.
En 1938, ambos contrajeron matrimonio, lo que llevó a Ruth a adoptar el apellido de su esposo, y decidieron emprender una nueva vida en Los Ángeles, aunque con escasos recursos económicos. A pesar de las dificultades, la pareja no se desanimó y se estableció en una habitación encima de una lavandería en la ciudad, encontrando sustento en la creación y venta de artesanías.
El esfuerzo y dedicación que pusieron en su trabajo comenzaron a rendir frutos, mejorando gradualmente tanto su amor como su situación financiera. Con el tiempo, lograron asociarse con un hombre de negocios llamado Harold Mattson, con quien fundaron una pequeña compañía de juguetes que nombraron “Mattel”, inspirándose en el nombre del esposo de Ruth y el apellido de su nuevo colaborador.
En sus inicios, la compañía se dedicaba a la fabricación de marcos de fotos y casas de muñecas hechas de madera reciclada. Sin embargo, durante un viaje a Suiza, los emprendedores hicieron un descubrimiento que se convirtió en el punto de inflexión para su futuro éxito.
El comienzo de un producto disruptivo
La inspiración para su revolucionaria idea surgió cuando Ruth se topó con una peculiar muñeca de 27 centímetros en Suiza, comercializada como un juguete para adultos bajo el nombre de ‘Lilli’. Esta muñeca poseía cabello sedoso, una mirada provocadora y curvas pronunciadas.
Al percatarse de ello y considerando que su hija Bárbara jugaba con muñecas de trapo, Ruth llevó una muñeca ‘Lilli’ de vuelta a Estados Unidos para presentar su nueva propuesta de negocio a Mattel. Sin embargo, en un primer momento, su idea fue rechazada debido a que una muñeca con rasgos tan sugerentes no se consideraba apropiada para el público infantil de esa época.
A pesar de los obstáculos iniciales, Ruth y su esposo se mantuvieron perseverantes en su visión. Juntos, dieron forma al primer prototipo de su novedoso producto: una muñeca con cabello rubio, gafas oscuras y un traje de baño, a la cual llamaron ‘Barbie’ en honor a su hija.
Con un busto más estilizado y unos ojos más expresivos, ‘Barbie’ hizo su debut oficial en 1959 en la Feria de Juguetes de Nueva York. Se estima que se vendieron más de 300,000 ejemplares de esta icónica muñeca.
Del temor, al triunfo
En sus primeros años, ‘Barbie’ enfrentó cierta resistencia por parte de las madres estadounidenses, quienes temían que sus hijas abandonaran sus aspiraciones matrimoniales. Consciente de esta inquietud, Mattel actuó estratégicamente.
En los años 60, ‘Barbie’ hizo su debut televisivo con un comercial en el que aparecía con un elegante vestido de novia, atrayendo así también a mujeres adultas al mercado de la muñeca.
Sin embargo, la línea de muñecas no escapó de la controversia. Sus proporciones físicas, consideradas idealizadas por muchos, generaron debates sobre los estándares de belleza. Una versión de la muñeca venía acompañada de una báscula y un libro titulado ‘Cómo perder peso’, lo que intensificó las críticas.
En la década de los sesenta, ‘Barbie’ experimentó una notable expansión al ser acompañada por otras muñecas que fungían como amigas y hermanas, y se lanzaron productos que mostraban a la muñeca desempeñando diversas carreras profesionales. Esto la convirtió no solo en un rotundo éxito comercial, sino también en un producto sumamente innovador y transgresor para su época. A partir de entonces, la muñeca evolucionó de un diseño rígido a uno más articulado, incorporando movilidad en la cadera, el cuello, los brazos y las rodillas.
Infaltables problemas
Con ‘Barbie’ consolidada como un rotundo éxito para Mattel, Ruth no se detuvo en su empeño por hacer que su creación continuara creciendo, y así se le ocurrió darle una pareja a la icónica muñeca. Fue en ese momento cuando surgió ‘Ken’, bautizado así en honor al hijo varón de los Handler, Kennet.
Sin embargo, a medida que la industria de las muñecas seguía en ascenso, Ruth enfrentó un gran revés que, con el paso del tiempo, afectaría su carrera. En 1970, le diagnosticaron cáncer de mama en uno de sus pechos y, tras someterse a una extirpación, su trayectoria profesional se vio interrumpida.
“El cáncer de mama destruyó la confianza en mí misma. Mi propia imagen se rompió en pedazos. Quería mantener mi feminidad en un mundo de hombres”, mencionó Ruth, en una entrevista.
En 1974, mientras Ruth aún se recuperaba de la extirpación de su pecho, tanto ella como su esposo Elliot enfrentaron acusaciones de fraude provenientes de su propia compañía. Según explicó la escritora Marlene Wagman-Geller: “La Comisión de Bolsa y Valores (SEC) encontró a Ruth culpable de presentar informes falsos”. Como consecuencia, Ruth fue sentenciada a pagar una multa de 57.000 dólares y cumplir 2.500 horas de servicio comunitario.
Trágicamente, Ruth Handler falleció el 27 de abril de 2002 a la edad de 85 años, debido a complicaciones derivadas de cáncer colorrectal. Nueve años después, a los 95 años, su esposo Elliot también nos dejó.
Regístrate gratis a nuestro boletín de noticias
Recibe todos los días en tu correo electrónico contenido relevante para iniciar la jornada. ¡Hazlo ahora y mantente al día con la mejor información digital!