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Maritza Melo, bailarina colombiana en el Circo del Sol. | Foto: Foto: Colprensa

DELIRIO

La historia de la caleña que saltó de Delirio al show del Circo del Sol en Holanda

De Delirio salió la primera caleña elegida por el prestigioso Circo del Sol para unirse a su espectáculo internacional. Contamos su historia.

11 de octubre de 2018 Por: Redacción de El País 

Maritza Melo Zambrano, exintegrante de Delirio, invitada por el Circo del Sol para su espectáculo ‘Toruk’, en Róterdam, Holanda, ha hecho muchas acrobacias en su vida, ha saltado al agua desde varios metros de altura y su existencia ha pendido de un hilo.

Ella, la primera mujer colombiana en hacer parte de dicho show, llegó proveniente de El Tambo, Nariño, al barrio Siloé, de Cali, con apenas 1 año de vida. Durante 21 años, basada en los principios inculcados por Blanca Elisa, su madre, se enfocó en el estudio y esquivó la violencia, los vicios y malas compañías que han dañado el camino a la gloria de muchos talentos.

“Mi madre fue cabeza de familia y nos crió sola”, cuenta Maritza, quien a sus 11 años de edad ingresó a un programa de zona de ladera que ayudaba a los jóvenes talentos de escasos recursos a desarrollar sus habilidades.

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Su sueño era ser gimnasta, y aunque suelen empezar a los 6 años de edad, de algo sirvieron sus prácticas empíricas y con maestros perfeccionó sus acrobacias, aprendió disciplina y respeto.

Por un tiempo hizo parte de la compañía Los Cobos, que buscaban a una mujer acróbata, e hizo suya la técnica del columpio. Con ellos también trabajó en el American Circus.

“Tuve mi primer accidente de circo, me operaron la rodilla y entré a la Escuela Nacional de Circo para Todos. Eso me enseñó que no hay dificultades que no se puedan superar. En ese tiempo el director de la escuela era Fabián Hoyos y me dejaron entrar como estudiante para hacer la carrera profesional”, relata ella, quien durante cuatro años de hacer aéreos y otras técnicas, encontró en Delirio el lugar que le abrió las puertas para ser una gran artista.

Como todos los alumnos que pasaban por la Escuela, presentó audiciones para Delirio y obtuvo el rol de la Gitana, de la canción de Willie Colón. “La primera vez que viajé con ellos fue a Panamá. Luego fuimos a la Costa, a La Guajira, y por Europa: España, Holanda, Francia e Inglaterra”.

Se especializó en mano a mano (combinación de ejercicios basada en el equilibrio de manos, que se realiza en pareja) y Swinging Cradle o Ramka Volante, un aparato grande que se balancea, lleva un cuadrante en la parte inferior donde la persona que carga posiciona sus rodillas y pies dentro de este.

“Soy la ligera, es decir, la persona más liviana que hace acrobacias mientras el aparato se balancea”, explica.

Maritza se graduó de Circo para Todos en 2008, pero sus sueños de comprarle una casa a su mamá la llevaron a trabajar en cruceros por el mar Mediterráneo, y vivir como una gitana.

Fue capitana de circo y al regresar a Colombia trabajó con Fabián Hoyos, en Delirio, por un año y medio. Cuando él montó su compañía, Circo Herencias, se le unió, no sin dejar de girar con Circolombia, por París y Nueva York, y hasta fue a dar a Dubai donde perfeccionó sus técnicas.

Su sed por perfeccionarse la llevó a la academia Fratellini, en Francia, de las mejores del mundo, y logró hacer acrobacias en una cuerda que se balancea todo el tiempo. Pero sus sueños iban más allá.

Se enteró de que para el show ‘The House of Dancing Water’, en Macao, de la compañía Franco Dragone, necesitaban una acróbata. En 2014 la llamaron y por dos años y medio vivió allá, voló por arneses, hizo clavados desde 10 metros de altura, nadó, hizo trapecio, mano a mano, en “un teatro de ocho pisos donde desde arriba puedes ver una piscina de 6 metros de profundidad. Tuve dos operaciones de los hombros y lesiones que me enseñaron a ser más proactiva, resiliente y positiva”.

Su talento la llevó a Kuwait, donde hizo parte del show The Golden Age, del Cirque Madona Bouglione.

Estando allí la llamaron del Cirque du Soleil donde el año anterior había presentado una audición, pero por sus compromisos no pudo aceptar.
No es el artista quien se postula. “Ellos te invitan. Fueron tres días de una carga mental y física muy duras, pero, gracias a Dios, pasé la prueba y quedé seleccionada para ser una de las artistas importantes para los shows”.

Perseguir los sueños

Cuando Maritza estaba en Kuwait le ofrecieron hacer parte del espectáculo de ‘Toruk’, pero ella no pudo aceptar por otros compromisos. Eso sí, cuando regresó, la llamaron del Circo del Sol para hacer parte del show.

Maritza ya había estado con el Circo del Sol, en un proyecto en Punta Cana, con un show en el Club Med Creactive, por cuatro meses.

“Actualmente estoy en Róterdam. Este sueño apenas está comenzando. Muchas veces me pregunté qué iba pasar conmigo, sentía que me estaba poniendo vieja, pero seguía adelante. La Liga de Gimnasia y la Escuela Circo para Todos siempre me dejan entrenar cuando quiero. Entreno con las niñas de la Selección Valle, ellas tienen 16 y yo 30 años, pero les digo que cuando se quiere se puede, que se vale soñar, que no hay edad para los sueños. Ahora estoy comenzando este gran sueño que he tenido desde que entré a la Escuela de Circo. Espero seguir haciendo parte de la compañía Circo del Sol y ser la representante colombiana allí”.

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