Entretenimiento
Mujeres reales creando sueños; conozca a quienes crean contenido para adultos en Cali
Testimonios de quienes hacen parte de esta industria, en un mundo que no está exento de tabúes y prejuicios.
Por Juan Carlos Moreno Urán, reportero de El País
Crear contenido para adultos es para algunos un oficio ideal donde se recibe dinero por desnudarse y todos felices.
Lo cierto es que para las modelos dedicadas a dicho rol, llegar a esta industria es un gran alivio económico debido a la falta de empleo y oportunidades. Llegan así a las plataformas “con cierto temor”, siendo la razón central obtener dinero porque “hay que trabajar para sobrevivir”, como lo dijo una de las entrevistadas para este artículo.
A muchas vicisitudes se han tenido que enfrentar las tres mujeres que dieron su voz para que se pueda conocer más sobre este mundo, “no somos prostitutas y no nos ganamos la vida fácil”, reconoció Hanna al preguntarle qué es lo más feo de este ambiente.
Precisamente son los prejuicios los que han hecho que se tilde a las mujeres con adjetivos que denigran su dignidad.
La otra verdad es que de 100 personas que ingresan a plataformas como OnlyFans o Chaturbate, 90 son hombres, siendo las mujeres las que en menor medida acceden a estos contenidos.
Cabe mencionar que muy poco se habla de la salud mental en las modelos, y existen aspectos tanto positivos como negativos.
Aislamiento social
Por un lado, hay mujeres que comienzan a aislarse de su familia y de las personas cercanas, ya sea por el temor a ser juzgadas o porque ellas mismas han decidido dedicarse a trabajar y lo hacen por más de ocho horas diarias, incluso laboran hasta 20 horas consecutivas.
“Estar dispuestas en todo momento a seducir, estar en esa pose de ‘gata’ es algo que puede llegar a ser muy desgastante con tu energía sexual. Personalmente, llega un punto en el que me canso de representar el papel de seductora. Con el tiempo, esta rutina pierde su atractivo”, opina Camila.
Ella ya no ejerce esta profesión y se dedica a escribir literatura erótica y a su gran pasión que es la astronomía y el registro de los cuerpos, en este caso, celestes.
Leer el cuerpo
A Camila, como decidió llamarse en esta entrevista, siempre le ha gustado escribir literatura erótica, esta cercanía con la sensualidad, quizás, fue lo que le permitió llegar al mundo de la producción de contenido para adultos.
“En la pandemia, el lugar donde trabajaba se cerró y tenía que pagar facturas, necesitaba encontrar una forma de generar ingresos. Una amiga me comentó acerca de un estudio muy bueno que estaba necesitando modelos. La particularidad era que no requerías salir de casa. Además, proporcionaban formación para crear contenido y contaban con fotógrafos profesionales. Me fue muy bien en esta experiencia y me pude solventar económicamente”, comenta Camila.
Ella destaca que en esta industria hay dos categorías: contenido no explícito que puede ser visto públicamente y explícito que conlleva un costo más elevado. Dice que crear contenido no se trata solo de mostrar las partes íntimas, también se ha convertido en algo que permite a algunas mujeres explotar su creatividad y talentos, “yo conozco mujeres que hacen toda una puesta en escena con erotismo. Hay pianistas y violinistas que crean un contenido muy exclusivo”.
“Soy una mujer feliz e independiente”
Cuando empezó a trabajar en una plataforma con una prima, se hizo en 15 días lo que paga una empresa en un mes, un salario mínimo, que para ella, a sus 22 años, esto le representaba un buen ingreso económico.
Gabriela Wagner, le gusta la danza aérea, tocar el piano y el ballet, por su flexibilidad es de las más buscadas en las diferentes plataformas. Por el momento se ha retirado de las transmisiones en vivo como ‘webcam’ porque acabó de tener un bebé, que hoy tiene seis meses.
Para ella y muchas más, no todo en la vida es color de rosa, Gabriela relata como cuando conoció el padre de su bebé, ella se presentó como una webcam y él no puso reparos, siguieron la relación, pero de un momento a otro “él llegó con maletas y todo a su apartamento. No quería hacer nada y pretendía que lo mantuviera. Porque los hombres creen que ganamos mucho, incluso para mantenerlos”, aclara ella.
Las relaciones con los hombres son complejas porque muchos las rechazan, abandonan o quieren aprovecharse de lo que ellas ganan, según Gabriela.
“En un principio me aislé, pretendía solo trabajar, y cuando mis amigas me invitaban a salir, muy poco lo hacía o me quedaba poco tiempo. Con ellas me daba cuenta de que estaba perdiendo el tiempo y que podía estar haciendo más dinero trabajando”, comenta Gabriela.
Ella reconoce que esa etapa de ‘adicción’ por el trabajo ya la superó. Se muestra feliz con sus dos hijos, con los que comparte alegrías, tiempo de calidad y darse espacio para su gusto por el baile y el piano.
Mujer grande y hermosa
Hanna Miills es su nombre artístico y, dice, que encontró en esta industria el sustento para ella y sus tres hijos. Tiene un nicho definido para crear contenido, el acrónimo BBW corresponde a la expresión inglesa Big Beautiful Woman, es decir, “mujer grande y hermosa”.
Asegura que hoy puede aceptarse en su talla grande, y que su objetivo no es quedarse por siempre en dicho oficio, quiere con sus ahorrar montar una empresa de confecciones para mujeres de sus mismas medidas.
“Cuando vendía arepas, le llevé mi producto a una chica que era clienta, y ella al ver mi necesidad, me comentó que si me interesaba hacer contenido, al principio fue muy intimidante porque era enfrentarse al desnudo público, pero cuando empecé a trabajar en las páginas privadas, comencé a sentir seguridad de mi cuerpo, en mi misma y a descubrir cuál era mi potencial dentro de la industria”, cuenta Hanna, quien llegó proveniente de Medellín, su ciudad natal, hace 14 años, a Cali.
Para ella, “la creación de contenidos para adultos, se convirtió en mi fuente de ingresos. Para mí se trata de aprender a identificar la necesidad que tiene ese usuario, qué es lo que realmente quiere. Cuando aprendes a indentificarlo, entiendes que estás prestando el servicio de complacer esa fantasía que tiene esa persona contigo, porque uno se convierte en la fantasía de quienes deciden comprar tu contenido y pagar tus shows”. Aunque Hanna reconoce que no todo es lo que quiera el cliente, siempre hay restricciones que se les hace cuando atentan contra la dignidad de la mujer.
“Este es un servicio intangible”, como ella aclara y les recomienda a las mujeres que asesora cuando llegan a esta industria que “deben ser muy honestas con los usuarios y no hacer nada que no les guste”.
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