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¿Le daría la contraseña de su celular a su pareja? Los líos amorosos se viralizan en la era digital

Espiar los chats de su pareja, pedir que le revele su clave como prueba de confianza, insertar programas espías y otros líos del amor 3.0.

24 de abril de 2022 Por: Por Redacción de El País
Los líos amorosos se viralizan en la era digital. | Foto: El País

Un video se hizo viral en las redes sociales luego de que una mujer, muy molesta, no dejara auxiliar a su pareja sentimental tras sufrir un accidente grave, todo porque él no le daba la contraseña de su celular.

Este hecho insólito, que logró causar algunas reacciones jocosas y otras preocupadas entre los internautas, también planteó serios cuestionamientos sobre los límites entre la confianza y el abuso.

Para Paula Dávila, psicóloga clínica y terapeuta de pareja, uno de los grandes males de la sociedad moderna es reconocer que tenemos a nuestra disposición el recurso de la tecnología, pero que esta no está siendo utilizada de la mejor forma. “Creo que la mayor muestra de toxicidad la encontramos en la comunicación a través de la tecnología y esta, a su vez, en la utilización de las redes, pues hoy más que nunca, creo que se han convertido en una enorme fuente de inseguridad”.

Y nada más cerca de la realidad, pues hoy el mayor número de conductas tóxicas se está dando desde este ámbito, las redes. Pedir la contraseña del celular, supervisar las redes sociales del otro y cómo este se conecta con el mundo externo ha sido tomado por las parejas modernas como la nueva “prueba de amor virginal” y nada más errado que eso.

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“Querer controlar al otro, decirle cómo vestirse, cómo actuar, con quién hablar o no hablar, es todo lo que va en contra de lo que yo resumo como el amor sano. Desgraciadamente, es muy normal que muchas parejas se revisen el celular y que eso sea el garante de que todo marche bien en la relación. Entregar las contraseñas de su celular, sus redes o correo para demostrarle al otro que se han “portando bien” ha inspirado toda una cultura donde reinan las inseguridades y por ende los celos están en el nivel más alto de toxicidad”, menciona Dávila.

En tanto Víctor Solano, consultor en reputación digital y columnista de Vanguardia, hace especial énfasis en por qué estas contraseñas no deberían ser compartidas bajo ninguna circunstancia. “Soy partidario de que, en general, no se entreguen las claves de los teléfonos celulares, claramente porque es una cuestión de seguridad. No entregar una clave a la pareja no tiene por qué ser una señal de desconfianza. Es importante que la pareja entienda que ni las claves de esa persona, ni las propias, son para compartirlas. La confianza debe cimentarse en otros aspectos”.

Ahora bien, ¿cómo saber si estamos siendo fiscalizados por otros a través de aplicaciones? Solano añade que “una señal casi inequívoca es que los teléfonos empiezan a volverse más lentos y a cargar con más dificultad las aplicaciones. Adicionalmente, puede que se encuentre el ícono de una app que no conocemos, después de que eventualmente un tercero haya manipulado el celular. Y para hablar de apps espías, hay unas que son más o menos conocidas, como Mspy, XNSpy y otras que tienen esa terminación, la palabra spy, que significa espía en inglés. Sin embargo, pueden camuflarse con nombres totalmente diferentes para no despertar sospechas, por lo que es importante revisar constantemente qué aplicaciones tenemos en nuestro teléfono”.

Lo cierto es que, aunque los expertos consideran una relación tóxica aquella que genera un entorno de inseguridad e inestabilidad emocional para los dos miembros de la pareja, debemos aprender a reconocer si ya estamos en una. Aquí, algunas señales de amor tóxico 3.0.

Conflictos: una, otra y otra vez

Cualquier situación, like o comentario virtual a un tercero es motivo para desatar la furia contra quien, se considera, ha sido desleal desde la virtualidad. En este tipo de amores mediados por la web ya han habido rupturas repetidas y reiteradas reconciliaciones, a pesar de que en ningún caso se observa ningún cambio real o, si lo hay, no es suficiente.

Otros en cambio tienden a hacer comparaciones innecesarias y lastimosas, esperando romances idílicos bien sea sacados del cine o de aquellos que pregonan de un amor perfecto. Usualmente, en este tipo de relaciones, se vive con una sensación de cansancio cada vez que se vuelve a estar atascado en el mismo círculo vicioso, el conflicto eterno.

“Las redes sociales son una gran fuente de inseguridad y pareciera que, ante esa vitrina donde unos se exhiben y otros están a la expectativa, la gente con inseguridades agudiza más sus faltas y miedos”, dice Paula Dávila.

Controladores y posesivos

Estas personas pueden llegar a extremos preocupantes, de proponérselo. Con frecuencia se sienten molestos cuando su pareja pasa tiempo con amigos o con su propia familia, y más todavía si lo invierte con una persona del sexo opuesto a quien lo une una relación de amistad o laboral.

En este punto, el hombre o mujer pueden llegar a ser tan tóxicos que controlan las llamadas de su compañero/a sentimental, su actividad en redes sociales e incluso sus gastos, sin respetar, en lo más mínimo, su privacidad. Su sobreprotección y celos son tan asfixiantes, que en algunos casos logran aíslar del mundo a su pareja. A quien sufre las consecuencias de estar en una relación tóxica constantemente se le ve desanimado, incapaz e intranquilo, y en un estado de frecuente tensión y preocupación, al no saber qué reacción va a generar su comportamiento en el otro.

Su majestad el drama

Jugar a ser la víctima es una característica principal de las personas tóxicas en general. Estos tienden a culpar a los demás de sus errores y jamás reconocerán haberlos cometido. Son amantes del drama, por lo que también hablan todo el tiempo de sus problemas y de aquello que les sale mal en sus redes sociales, o al menos buscan dejar evidencia a través de sus historias, de sus dolores sentimentales. En ocasiones son pesimistas, pues no logran verle el lado positivo a nada y se encuentran constantemente criticando cualquier situación que les sea desfavorable.

Logros por errores

No se alegra de lo bueno que pueda sucederle a quien es su pareja. Lo piensa dos veces antes de compartir una buena noticia con él/ella porque sabe que no pondrá buena cara y buscará algo qué criticar. Siempre anda buscando el lado negativo de todo y es experto en recordarle los defectos y errores que ha cometido en la vida, así estos tenga fecha de publicación de hace un “centenar de años”.

No hay reciprocidad

Uno de los dos siempre da más mientras que esa persona solo recibe. Es por eso que generalmente aparece cuando necesita algo de usted. Actúa sin plantearse si sus acciones favorecen o no a la relación, tiende a no escuchar aquellas razones que molestan al otro y no se pone en su lugar.

Otros patrones

Tener patrones de distanciamiento emocional, discusiones continuas, falta de respeto, abuso, manipulación, violencia verbal e incluso física, son muestra de que se está en una relación tóxica. No obstante, hay que reconocer que estos vínculos nocivos pueden darse no solo entre las parejas, pues también pueden presentarse con familiares, amigos o compañeros de trabajo, por lo que aplica para cualquier relación cercana que involucre su salud física y mental.

Cuide su celular

Tal y como lo decía Víctor Solano, existen muchas aplicaciones de monitoreo, popularmente conocidas, para vigilar el uso que hace de la tecnología. Estas permiten, además de ver los mensajes de texto y el historial de llamadas, añadir contactos a una lista de vigilancia para recibir alertas cuando estos se comunican con el móvil controlado, ver en tiempo real dónde se encuentra el terminal y su historial de ubicaciones.

Algunas de ellas son: Spizie, XNSpy, Qustodio.

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